Elecciones desdobladas y obras, claves en la negociación por el Presupuesto

El jueves pasado, María Eugenia Vidal y el líder del Frente Renovador Sergio Massa mantuvieron un hermético encuentro en un hotel porteño que marcó el inicio de las negociaciones para intentar destrabar la aprobación en la Legislatura bonaerense del proyecto de Presupuesto 2019 que el Ejecutivo provincial enviará al Senado el próximo lunes.

La cumbre, y las reuniones informales que mantuvieron funcionarios de la Provincia con referentes de otros espacios de la oposición, dejaron algunas certezas sobre los parámetros en que se desarrollará la negociación en torno al proyecto de Presupuesto, que tendrá, como anticipó este diario, un incremento en el impuesto Inmobiliario y un ajuste general en toda la estructura de gobierno, del que sólo se salvarían áreas como seguridad y desarrollo social, además de un fuerte pedido de endeudamiento.

Planteos de reformas electorales, pedidos por obras en distintos puntos de la Provincia y “rosca” por la cobertura de cargos vacantes en organismos claves como el Tribunal de Cuentas y el directorio del Banco Provincia serán los principales ejes por donde avanzarán las negociaciones entre la Gobernación, los legisladores de Cambiemos y la oposición.

Con la certeza de que tanto el kirchnerismo como el frente de izquierda no acompañarán los proyectos de Presupuesto y de Ley Fiscal 2019, Vidal parece haber apuntado los cañones a sondear un posible acuerdo con el Frente Renovador de Sergio Massa, que si bien por sí mismo no asegura en términos numéricos la sanción de las leyes, sí puede ser la llave que destrabe las negociaciones.

El massismo aportaría dos votos claves en el Senado, donde Cambiemos tiene mayoría, y podría prestar 11 votos propios en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tiene un bloque de 44 sobre 92 escaños y un escenario mucho más complejo que en la Cámara alta. Por eso, también será clave qué postura adopte el bloque del PJ referenciado con los intendentes del Conurbano. Algunos de los operadores políticos de la Gobernación temen que, alineados como están con Cristina Fernández de Kirchner, los jefes comunales que tienen como uno de sus principales referentes a Martín Insaurralde terminen adoptando una postura dura en la negociación del Presupuesto. Por eso, junto con el massismo, en el oficialismo además ponen las miradas en la flamante bancada integrada por los ex camporistas José Ottavis y Rocío Giaccone, que tiene cuatro integrantes.

Con los once massistas, los cuatro de la bancada de Ottavis y algunas otros acompañamientos de monobloques como el de Fabio Britos, Cambiemos tendría un escenario despejado en Diputados.

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REFORMA ELECTORAL

El massismo ya puso sobre la mesa de negociaciones como tema central un ambicioso planteo que genera rechazos en el oficialismo, especialmente en la Casa Rosada, pero que, entienden en el Frente Renovador, podría prosperar si Vidal no encuentra caminos para destrabar la sanción del Presupuesto. El pedido apunta a que la Legislatura sancione una ley que habilite a las intendencias a despegar las elecciones locales de las de cargos provinciales y nacionales.

“Para Sergio es algo fundamental. Lo va a poner en el centro de la negociación. Ya lo tenemos medido. Podemos mantener lo propio en los municipios, porque todos los intendentes reelegirían según nuestros cálculos, e incluso sumar bancas en los concejos”, dice fuera de micrófono una de las espadas legislativas del massismo.

La ecuación es sencilla. Despegar las elecciones locales de las nacionales les permitiría a los intendentes del massismo “jugar” con mayor autonomía en su alineamiento político sin temor de que esa jugada le reste chances de obtener nuevos mandatos en sus distritos. De esa forma, entienden en el Frente Renovador, muchos de los alcaldes terminarían alineados políticamente con Sergio Massa en la nacional.

El pedido fue expresado por Massa en la reunión con Vidal del jueves pasado. Pero, en rigor, el jefe del Frente Renovador no participará más de las negociaciones. Para esa tarea, designó a un equipo integrado por el jefe del bloque de Diputados, Rubén Eslaiman, los legisladores Fernando Carballo, Valeria Arata y Jorge D’Onofrio, y el intendente de Miramar, Germán Di Césare.

En el massismo aseguran que el tema no supone ningún conflicto constitucional, ya que la Carta Magna establece que las constituciones provinciales deben darle mayor autonomía a los municipios. “Por eso la mayoría de las provincias se adaptaron y tienen un sistema de elecciones separadas de intendentes y gobernador”. Por eso, dicen, sólo requeriría una reforma a la ley electoral”, dicen.

Más allá de los argumentos técnicos, la decisión final será política. En la Casa Rosada no quieren saber nada con esa posibilidad, que perjudicaría a la candidatura reeleccionista de Mauricio Macri al restarle tracción de votos desde los municipios. En la Gobernación, por ahora, la postura es la misma.

En ese escenario, hay dudas con respecto a cómo jugarán los intendentes. Desde la llegada de Vidal a la Gobernación, los jefes comunales del peronismo se mostraron dialoguistas y terminaron acompañando con los votos de sus legisladores al oficialismo en el tratamiento de los presupuestos. Pero la nueva coyuntura política podría modificar ese escenario. Es sabido que el sector que tiene como referentes a Insaurralde, Fernando Gray y Mariano Cascallares, entre otros, se alineó a la ex presidenta Cristina Fernández. Por eso, algunos temen que muestren una postura mucho más dura.

Por lo pronto, el presidente del partido, Gustavo Menéndez (quien se muestra fuertemente alineado al kirchnerismo), mandó a formar una comisión que tendrá su primer encuentro el miércoles que se encargará de tomar postura sobre el Presupuesto. Hay quienes interpretan que sería una movida para acotar el margen de maniobra de los alcaldes dialoguistas.

Las obras serán otro de los factores claves en la negociación. Lo que puedan conseguir los distritos es un aspecto central que ayudaría a ablandar posiciones.

También se esperan tironeos por la distribución de recursos del Fondo Educativo. Otra de las claves es el endeudamiento que pedirá Vidal. Se habla de unos 100 mil millones, pero la oposición no aprobaría más de 70 mil millones.