Wanda e Icardi: la crisis sin fin

Los indicios de crisis son contundentes, y hasta los propios protagonistas de la historia parecieron reconocer que el final está cerca, si no consumado ya, para su polémico romance: Wanda Nara y Mauro Icardi habían atravesado una dura crisis a fin de año y, cuando parecían sobreponerse, ellos mismos, a modo seguramente de descargo emocional, regaron las redes sociales de pistas de que la crisis nunca se superó y que, ahora, el fin del amor parece inminente.

Claro que ninguno de los dos confirmó una separación: de hecho, en medio de las versiones, Wanda viajó de urgencia a Europa (se encontraba en Argentina, filmando como conductora de “Morfi”), quizás para intentar frenar lo que había pasado de ser una discusión subida de tono a una súbita separación. Y una reconciliación es posible, particularmente para una pareja que siempre ha tenido idas y vueltas, peleas y caprichos, pero también muy buena piel, y que seguirá viéndose aún separados porque son padres de dos chicas y, además, ella sigue siendo su manager. Las reuniones de índole profesional serán seguramente muchas, si tenemos en cuenta que ahora el Real Madrid pretende al joven delantero.

¿Qué pasó? Es difícil saberlo, pero las versiones más fuertes apuntan a discusiones constantes y cierto fastidio de Icardi con su pareja: algunos hablan de la exposición y los lujos de ella, otros, simplemente, a los deseos de la joven estrella de explorar. Lo cierto es que las pistas de malestar comenzaron en octubre. Susana Giménez visitó a Wanda en Milán como parte de su ciclo de entrevistas en el exterior y los acompañaba de compras cuando una escena que pasó desapercibida mostró tensión en la pareja: Wanda quería abrazarlo y Mauro le corría la cara.

Claro, podía ser un problema puntual, una peleíta por alguna nimiedad, los ronquidos de anoche, alguna costumbre molesta de alguno de los dos. Cosas de parejas. Lo cierto es que mientras el video de la escena se volvía viral y los rumores se multiplicaban, ninguno de los dos hizo declaraciones. Ni en los medios ni en las redes.

Pero Wanda decidió tratar el problema de manera lateral, y publicó un tuit arrobando a Mauro donde le preguntaba: “¿Me amás?”. ¿La respuesta? Icardi respondió con un silencio atronador y Wanda terminó borrando el tuit.

Enseguida se aventuraron hipótesis varias. La más sustentada señalada que Icardi estaba en efecto enojado: su pareja acababa de firmar un contrato para grabar un filme en junio y julio de 2018, la fecha en que el delantero estaría jugando el Mundial de Rusia (de ser convocado). Mauro, a diferencia de Maxi, siempre dio rienda libre a Wanda en sus emprendimientos. De hecho, ella es su manager, y acaba de lanzar una línea de ropa para “mujeres y niñas atrevidas” en Italia, donde es una celebridad más reconocida que en Argentina.

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Pero el hecho de que Wanda no estará en la cita mundialista, sin embargo, no cayó bien en Mauro: ella tiene rienda suelta, claro, siempre y cuando su carrera esté primero.

LA PRIMERA DESMENTIDA

“No, no hay crisis. Ni idea de lo que hablan”, respondió nerviosa días después de todos estos indicios Wanda, confrontada por medios argentinos cuando desembarcó para grabar escenas (recientemente emitidas) en la telenovela “Golpe al corazón”.

Pero aunque ambos lo desmintieran, las redes parecían decir la verdad: ninguno de los dos había subido fotos del otro por semanas. Incluso, en medio de los rumores de crisis. Y peor, Icardi ni siquiera saludó a su mujer y madre de Isabella y Francesca en las redes para el Día de la Madre, una costumbre de cada año donde la pareja mostraba los lujosos regalos (desde un auto deportivo hasta carteras de miles de dólares).

El silencio mediático se rompió con algunas fotos viejas que publicó Wanda, intentando llevar calma, pero el primer posteo significativo llegó casi a fin de mes, cuando Nara publicó una imagen desde la cancha, alentando a su marido, con la emotiva leyenda: “Siempre estaré detrás de ti... para gritar tus goles o calmar tus dolores Mauro Icardi”.

¿Tregua? ¿Final de la tormenta? Así parecía cuando tras aquella demostración de afecto, la familia decidió aprovechar la lesión de Icardi y la fecha FIFA y realizar un viajecito en busca de nieve, refugio y sanación para las heridas conyugales.

Con ganas de revertir la mala onda, Wanda incluso compartió una imagen donde su marido la besa en el cachete, una de las fotos que compartieron en un fin de semana donde todo parecía idílico.

Una de las hipótesis es que en medio de versiones de problemas entre Jorge Sampaoli, entrenador del Seleccionado, y Mauro, la familia se había unido: Wanda había empujado con insistencia para que uno de los goleadores de la Liga Italiana llegara al equipo argentino, donde nadie lo quería porque Messi es muy amigo de Maxi López (por sus días juntos en Barcelona); y tras conseguirlo, de repente, los sueños de ser el 9 de la Selección parecían desmoronarse si las versiones eran ciertas.

OTRA VEZ PROBLEMAS EN EL PARAÍSO

Públicamente, Wanda salió al cruce de las versiones, indicando que la no convocatoria de Icardi tenía que ver con la molestia que arrastraba el delantero; pero en su fuero interno, intuyó una nueva “opereta” en contra de Mauro. Su defensa leonina habría vuelto a despertar la pasión entre el joven delantero y su manager.

Sin embargo, el idilio habría durado poco y los problemas que llevaron a la supuesta crisis entre ambos habrían renacido: a días de la tregua, Icardi se mostró fastidioso e irónico con su pareja en las redes sociales, sin pruritos, publicando primero una foto del pasado de Wanda, junto a su hermana Zaira, como remarcando lo “hot” que era ¡antes!, y luego, directamente, la atacó. De vuelta de un viaje en su jet privado, Mauro le tomó una foto donde se ve a Nara algo desmejorada, con la leyenda “Qué fina, sentada así”. Peor fue lo que siguió: en otra imagen, Icardi pegó un dibujo de un carancho que decía “quiero ir a mi nido”, con una flecha que apuntaba al cabello de Wan...

“Poder decir adiós es crecer”, escribió Icardi en una foto que publicó en Instagram

A esta altura, era claro que algo pasaba en la pareja que se mostraba siempre enamorada y pasional y, de repente, deja entrever con su conducta 2.0 los problemas en el paraíso. Quizás Icardi, todavía muy joven e impetuoso, esté fastidioso, y seguramente tentado por las mil ofertas que un jugador de fútbol de los más codiciados debe tener a cada minuto; quizás sea Wanda la ofendida con un Icardi caprichoso, malhumorado, en medio de una temporada menos exitosa, tras un mal paso por la Selección y mostrando esa juventud inmadura a flor de piel.

Lo cierto es que los problemas en el paraíso regresaban, pero, otra vez, ellos se encargaban de cerrar filas y mostrar al mundo pura felicidad: la pareja, por ejemplo, recibió el 2018 con un posteo que demuestra que siguen teniendo tanta “piel” como siempre. No fue un saludo familiar, ni una postal viral, ni un collage temático: la botinera número uno y el delantero de Inter decidieron mandar su saludo de Año Nuevo en las redes con un tremendo beso de lengua que incluyó mordiscos y la sensación de que estábamos viendo algo prohibido, más que un saludo de felices fiestas...

Tras aquel inicio de año hot, ambos se fueron de vacaciones con la familia, y parecía que la calma volvía al reino. Pero, finalmente, aquella habría sido la calma antes de la tormenta.

“Poder decir adiós es crecer”, escribió esta semana Icardi en una fotografía que publicó en Instagram: y al pie de la fotografía tiró “chau, chau”. Muchos lo relacionaron con su potencial salida del Inter (es buscado por el Real Madrid), pero todo se volvió claro cuando los medios se anoticiaron de que el delantero ya no seguía en la red social a su esposa...

Para colmo, el delantero empezó a tirotear a lo loco. Entró en los perfiles sociales de mujeres famosas, y les tiró “me gusta” sin drama. Wanda guardó silencio, pero también se expresó en Instagram. “La medida del amor se mide con la distancia”, advirtió en un posteo de esa red, acompañada de una foto que hizo en una producción en Buenos Aires.