El adoquinado de diagonal 73 se está desgajando y se renuevan los reclamos por su descuido

En septiembre de 2016, hace diecisiete meses, la calzada perimetral a la plaza Matheu sumó un enorme bache y numerosas quejas por el hundimiento del histórico empedrado y la desintegración de un parche asfáltico mal colocado a la altura de la diagonal 73 entre 1 y 2. En febrero de 2018, algo así como quinientos días y otro parche después de aquellos reclamos, el escenario es el mismo: mala praxis municipal, robo de antiguas piezas y falta de mantenimiento, que confirman lo que expresan con enojo los vecinos: en las calles platenses, todo arreglo es efímero.

El anillo de adoquines que rodea al espacio verde con forma de diamante de 1 y 66 se conserva en un estado regular a malo, con reparaciones hechas una y otra vez según técnicas no recomendadas para las superficies afectadas. Pero los desniveles se convierten en cráter en un punto en el que quedó al descubierto la “cama” de arena sobre la que se apoyaban los bloques de granito. Al aflojarse las primeras piezas, empezaron las sustracciones y el agujero empezó a crecer a pasos agigantados.

“Es un peligro, el bache te agarra desprevenido y corrés el riesgo de que un adoquín salga para cualquier lado” señaló Osmar Ayala, vecino de El Mondongo: “al menos que lo arreglen una vez bien para que dure un par de años en vez de seis meses”.

En la Comuna explican que “se está terminando la obra de renovación de toda la Plaza Matheu, y en ese contexto el tema de los adoquines está en evaluación, pero no sólo en ese sector sino también en otros en los que este tipo de calzada muestra deterioro”.

Siempre en el centro del debate, los empedrados de la Ciudad son parte de su patrimonio urbano -arquitectónico y cultural- y están protegidos por una ordenanza específica, tal como ocurre en la capital federal y en muchas capitales del mundo. Su preservación y mantenimiento con técnicas apropiadas es promovida por urbanistas, ambientalistas y expertos en seguridad vial.

En la vereda de enfrente, taxistas y algunos funcionarios creen que sería mejor cubrirlos con asfalto. El propio intendente municipal Julio Garro calificó estas superficies, meses atrás, como “antiguas y difíciles para frenar si llueve”.

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Desde la Secretaría de Planeamiento comunal se expresa que “en primera instancia, para el municipio es prioridad preservar el patrimonio histórico y la identidad de la ciudad. Siempre el foco está puesto en el eje fundacional y en las zonas de preservación”.

Los funcionarios del área agregaron que “en algunos casos específicos se evalúa la situación, cuando pueden existir riesgos para la seguridad o generar dificultades en la transitabilidad”.

“Si están bien colocados, los empedrados tienen más pros que contras, porque la gente circula a una velocidad razonable y cuando hay mal tiempo, toma conciencia del riesgo y es precavida” aclara Daniel Zuccarelli, magister en Seguridad Vial: “es necesario reparar con eficiencia los adoquinados y es más importante aún preocuparse por los barrios intransitables de la periferia”.