La historia del preso que pateó a un policía, huyó esposado y lo capturaron en un arroyo

Fue en un operativo de rutina que policías de la Local lo demoraron a las 6 de la tarde del jueves, primero porque circulaba en una moto a la que faltaban varias partes y después porque el vehículo tenía pedido de secuestro de hace dos años. Por el tipo de delito que le imputaron podría haber quedado libre en pocas horas -trámites judiciales mediante - pero fueron sus antecedentes penales los que complicaron su situación, transformando al paso por la subcomisaría La Unión en una estadía un poco más larga.

Esta historia viene a completar la que pasó el viernes a la noche y que este diario reflejó ayer en exclusiva, cuando un detenido que estaba a punto de ser ingresado en esa seccional escapó corriendo bajo la lluvia con las manos esposadas por la espalda, obligando a desplegar un impresionante operativo para recapturarlo. Lo lograron un par de horas después, aunque no fue fácil, admitieron distintas fuentes.

El protagonista de este caso fue identificado oficialmente como Leonardo Selay, de 25 años, quien el jueves pasado fue interceptado en un “operativo dinámico contra motochorros”, en 143 y 32.

“Se lo vio circulando en una Honda Wave 110 con partes faltantes, por lo que se lo demoró para identificarlo”, explicó un jefe policial, antes de apuntar que el vehículo quedó retenido porque tenía un pedido de secuestro de la comisaría de Melchor Romero ya que había sido hurtado en abril de 2015 y al muchacho lo aprehendieron por “encubrimiento”.

Se trata de un delito excarcelable, pero una vez que lo trasladaron a la UFI 5 en turno -el viernes- salió del edificio de 7 nuevamente esposado. “Tenía antecedentes penales”, explicó la misma fuente.

Como indica el protocolo, Selay fue subido al camión de Custodia y Traslado de Detenidos para que lo llevaran de nuevo a la subcomisaría La Unión, en 137 entre 524 y 525, a donde llegaron cerca de las 8 de la noche. La lluvia era muy intensa. Y al teniente primero que se dispuso a bajar al preso, lo tiró de espaldas una potente patada en el pecho. Según la versión oficial, Selay aprovechó esos segundos de confusión para saltar a la calle y escapar corriendo, con las manos esposadas por la espalda.

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Se desplegó un impresionante operativo que incluyó a personal de La Unión, la Local y la DDI, sobre todo en los alrededores de la casa del evadido, situada a dos cuadras de la seccional. Pero el joven no buscó refugio ahí. Lo encontraron después de las 22 en 140 y 525, en la zona del entubado, “tratando de ocultarse en el arroyo”, completaron las fuentes. Empapados él y los policías, todos volvieron a la comisaría.