Crece el peligro en diagonal 73 donde taparon con asfalto el adoquinado

Desde que los adoquines de la diagonal 73 se taparon con capa asfáltica tanto vecinos como quienes habitualmente transitan por esa zona denuncian que la obra quedó incompleta y que los desniveles que se forman entre el empedrado y el pavimento son tan pronunciados que le multiplican los riesgos de sufrir accidentes a los motociclistas, ciclistas y peatones desprevenidos. Además la mayoría de las rampas que se encuentran en el tramo comprendido entre las plazas Moreno y Azcuénaga tiene pozos, grietas y especie de escalones que las tornan infranqueables para los discapacitados.

En noviembre último el Concejo Deliberante local aprobó en la modificación del artículo tercero de la Ordenanza 9008, por la que las calles adoquinadas de 12 zonas de la ciudad dejaron de ser patrimonio histórico.

El objetivo fue asfaltar esas calles con el argumento de mejorar la seguridad vial, garantizar el “normal desenvolvimiento de transporte público”, la “accesibilidad” a centros educativos y de salud y “por cuestiones de movilidad urbana en general”.

Se taparán los adoquines de calle 12 de 64 a 68; 66 de 1 a 12; 15 de 60 a 61.

En ese marco, la diagonal 73 fue una de las primeras que se intervino, pero el asfalto se colocó como si se tratara de una alfombra angosta que dejó hacia los cordones amplios sectores con los adoquines al descubierto.

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¿Se tapan o no los adoquines? Es lo que se preguntan muchos vecinos que observan como tanto automovilistas como motociclistas deben sortear los altos desniveles de la carpeta asfáltica; además en las bocacalles se formó una especie de triángulo de adoquines que nadie sabe si en otra instancia se cubrirán.

Eso pasa en esquinas como diagonal 73 y 47 y también a la altura de las calles 49, 48 y 46, algo que obliga a quienes cruzan la diagonal a frenar la marcha para esquivar el profundo peldaño que se formó

“Al principio pensábamos que esto se iba a mejorar de alguna manera, que no lo iban a dejar así, tan desprolijo, pero se fueron las máquinas y como quedó, quedó, para peor ya se está desgranando en muchos orillas y a medida que estacionan los autos se rompe mas”, dijo un comerciante de diagonal 73 y 17.

Las personas consultadas coincidieron que lo que mejor quedó es la bicisenda que se pintó en la rambla y eso se refleja en el uso que le dan los ciclistas, ya que dejaron de circular por la diagonal.

Sin embargo se indicó que la mayoría de las rampas tiene las bajadas obstruidas o con varios desniveles y eso dificulta el traslado de quienes se desplazan con sillas de ruedas o bastones.