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VOLVER AL FUTURO

Jorge Saffores dice: “En 1946 surgió en Argentina un credo político basado en la adoración reverencial de cleptócratas populistas y autoritarios. Teniendo como liturgia partidaria un cántico marcial, anacrónico y provecto ya desde sus orígenes, pero recursivo hasta el hartazgo, como persignación el signo v, (de la violencia) y culpando eternamente a un ‘imperialismo’ cuya moneda atesora. Tal como la ‘bacteria come carne’, su ideología tóxica se propaga y destruye el tejido social en forma fulminante, sin que sus genuflexos militantes sepan cómo, dónde, ni cuándo se contaminaron. El pasado es la clave del futuro; esta verdad, válida para los procesos naturales, es un réquiem para las aspiraciones, dramática y frecuentemente fracasadas y sangrientas, de eternización política. La estrechez que se persigue no es la abdominal, sino la mental, pues la maldad recela más de la virtud que del vicio (Eurípides ). Ante la posibilidad de un nuevo oscurantismo político argentino, recordemos que aunque la noche se nuble, las estrellas siempre brillan”.