Advierten que falta mano de obra para la cosecha en el cordón hortícola local

En el cordón hortícola local falta mano de obra para la cosecha intensiva. Así lo admiten productores y fuentes de la Municipalidad vinculadas al área de Producción y Empleo. Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) plantearon que esta situación la padecen las economías regionales argentinas en distintos rubros, fundamentalmente en el campo y sugirieron que “los beneficiarios de plantes de asistencia, nacionales o provinciales, puedan ser contratados sin que se les dé de baja el plan que reciben”.

En nuestra región marcan desde la Asociación Platense de Horticultores Independientes que “hace falta mano de obra de gente que quiera trabajar. Muchos se acercan para hacer una changa, en casos de extrema necesidad, pero no tienen mucho conocimiento y además se complica conseguir personal por el horario y el modo de trabajo, que es intenso, en horarios complicados si se lo compara con rutinas laborales de trabajos tradicionales y la paga quizás tampoco cubre las expectativas”.

En ese marco, señalan que jornaleros del interior país hacen trabajos golondrinas y arman su calendario según la demanda de los cultivos. De diciembre a enero están en La Plata, luego van al Norte, después al Litoral y vuelven a nuestra ciudad, según plantearon productores de la Región.

“La mano de obra en este sector, por más básica que se la entienda, es especializada. En verano, no puede entrar a trabajar a las 8 y salir a las 12, ni de 14 a 18. Las alitas temperaturas exigen entrar a las 5 ó 6 de la mañana hasta las 10 u 11 y luego de 16 ó 17 hasta las 20 ó 21. Esos horarios no se ajustan a los tradicionales”, señala Salvador Vides, referente de la Asociación de Productores Platenses Independientes.

Por estos meses, el cultivo estrella es el tomate en la Ciudad, pero remarcan los productores que la cosecha intensiva va más allá del verano, y se da prácticamente todo el año, con distintos cultivos. La mayoría de los productores locales tiene que ver con emprendimientos familiares, entre el 80 y 90 por ciento, y el resto son medianos y grandes productores, que son los que más demanda de personal tienen.

Buena parte de la franja de productores que demanda empleados para la cosecha de distintos cultivos lo hacen con la Municipalidad de La Plata, a través del área de Empleo, como así también a los sindicatos del sector.

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Rogelio Blesa, secretario de Producción y Empleo municipal, dijo que “es complejo encontrar recursos humanos que se ofrezcan para esta clase de trabajo. Es agotador y temporal. Esto es un tema que lleva muchos años. Por eso, en muchas oportunidades traen personal de Salta, Tucumán y Jujuy, acostumbrados a estas tareas”.

El funcionario indicó también que “hay algunos compradores que traen personal para cargar los camiones”, pero conforman el menor porcentaje.

Sin embargo, Vides detalló que “quienes traen gente para cargar, trabaja dentro del camión. Es decir, lo recibe y lo distribuye dentro del vehículo, entonces tiene que haber personal que lo acerque hasta el camión”.

Según pudo saber este diario, quienes hacen el trabajo de cosecha de cultivo pueden ganar un mínimo de 1.000 pesos por día, por lo tanto depende de la cantidad de días que trabaje en el mes para sumar un salario razonable. Y remarcaron que “en esta clase de tarea no hay domingos libres, porque es un día que se trabaje fuerte para que haya productos el lunes en el mercado y en las verdulerías de la Región”.

Además, se está originando un fenómeno inusual entre los productores. Muchos heredan la actividad entre las distintas generaciones familiares. La mayoría de quienes trabajan la tierra son familias bolivianas, y quienes ahora están en la adolescencia “no se prenden tanto con este trabajo y buscan estudiar para hacer otras actividades: estudian para ser maestros, técnicos en electricidad o siguen la universidad para tener el título de ingenieros agrónomos o de otras carreras. Ayudan, pero se dedican más tiempo a otra actividad. Después de 10 años intensivos, podríamos estar ante una generación que busca otro rumbo entre las familias bolivianas y se repite una situación de décadas anteriores”.

También se está dando otro perfil de trabajo. Gente que trabaja a porcentaje según la producción lograda y otros que alquilan la tierra. Por lo tanto, el jornalero va perdiendo terreno entre la mano de obra local para el sector hortícola.

UN FENÓMENO NACIONAL

Las economías regionales argentinas ven con preocupación e incertidumbre que, a pocas semanas de comenzar la cosecha de varios cultivos claves, no se consigue la cantidad de mano de obra necesaria para poder realizar los trabajos requeridos.

“Es fundamental que los beneficiarios de planes de asistencia, nacionales o provinciales, puedan ser contratados sin que se les dé de baja el plan que reciben”, señaló Eduardo Rodríguez, titular de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

“Necesitamos una rápida respuesta integral de las autoridades para poder destrabar este tema y brindar certidumbre a las economías regionales que están próximas a cosechar y al día de hoy no saben si podrán hacerlo”, advirtió Rodríguez.

Las economías regionales son generadoras de mano de obra intensiva y, como tal, precisan de miles de trabajadores para poder cumplir con las tareas que requiere la cosecha en cultivos tales como uva, olivos, yerba, maní, papa, tabaco, peras, manzanas y naranjas, etc.

Según datos oficiales, las economías regionales emplean, en forma directa y temporaria, alrededor de 625.000 personas en todo el país.

Si bien la falta de mano de obra en el sector no es un fenómeno nuevo, este año la problemática se agravó ya que muchos trabajadores no pueden concretar tareas en otras provincias en el marco de las restricciones impuestas por el COVID-19.

“Desde la CAME, exigimos un certificado único para el traslado para nuestros trabajadores, entre Localidades y provincias. Debemos articular soluciones interministeriales y brindarles garantías a los trabajadores y sus familias para que puedan realizar trabajos en cualquier lugar del país sin trabas que hagan que pierdan una posibilidad laboral. Estamos convencidos que la salida de la crisis es el trabajo”, explicó Rodríguez.

La falta de mano de obra en las economías regionales es una problemática de suma importancia. En la actualidad hay provincias y zonas del país con altos índices de desempleo (hasta 20 por ciento) donde la generación de trabajo genuino es prácticamente inexistente.

La falta de trabajo podría al menos aliviarse si se permitiera a los beneficiarios de planes sociales ser contratados para tareas temporarias y estacionales. “Las economías regionales somos parte de la solución”, comentó Rodríguez.

“Si queremos pensar en un país más descentralizado y con más inclusión federal, buscando una armonía entre lo urbano y lo rural, éste es un punto que se debe resolver en lo inmediato”, concluyó.

“Es complejo hallar recursos humanos para estos trabajos. Es agotador y temporal. Esto lleva varios años”

Rogelio Blesa, Secretario de Producción y Empleo

“Muchos se acercan para hacer una changa, en casos de extrema necesidad, pero no tienen mucho conocimiento”

Salvador Vides, Productor agrícola