Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Información General |Una historia de 13.200 años

En la piel del perezoso, uno de los tesoros del Museo platense

Llegó a La Plata en 1899, y desde entonces es una de las principales atracciones. Pero nunca se supo con exactitud cuándo vivió ese ejemplar. Ahora, científicos locales pudieron “datarlo” y develar el misterio

En la piel del perezoso, uno de los tesoros del Museo platense

Ilustración de un milodonte, por Néstor Toledo / Gentileza investigadores

3 de Enero de 2021 | 04:15
Edición impresa

Es una de las “joyitas” del Museo de nuestra ciudad, y platenses de distintas edades se habrán preguntado alguna vez, al observar esa piel, como sería ese animal gigante que transitó por nuestros territorios hace cientos de años. ¿Cuantos exactamente?; ¿más de 500 años?; ¿más de mil?.

La duda sobre cuando vivió ese perezoso gigante cuya piel momificada llegó al Museo del Bosque en el año 1899 y que hasta hoy se encuentra exhibida en una de sus salas, no solo asaltaba a los visitantes, sino también a los científicos.

Se sabía que el animal que vestía esa piel, también conocido como milodonte, habitó durante el período Pleistoceno, época que abarca desde aproximadamente 2 millones y medio hasta 10 mil años atrás. ¿Pero cuando vivió exactamente ese ejemplar?, un verdadero tesoro platense teniendo en cuenta su sorprendente grado de conservación, ya que aún muestra pelos y partes blandas en su piel.

La piel en cuestión había sido datada en 1974 con resultados dudosos, y ahora la duda pudo ser develada por investigadores del Conicet que pudieron hacerlo con precisión: el ejemplar del Museo platense vivió exactamente hace 13.200 años, y coexistió con los primeros humanos de América del Sur.

El milodonte, así llamado por haberse encontrado esa piel en la Cueva del Milodón, una formación natural ubicada al sur de Chile, o también perezoso gigante, fue uno de los animales terrestres de mayor tamaño de América del Sur, con un peso de más de 1 tonelada y 3 metros de longitud.

“La piel es realmente llamativa -explica Néstor Toledo, investigador del Conicet La Plata (FCNyM, UNLP) y uno de los autores del trabajo de datación- tiene un centímetro y medio de espesor con pelos largos de color amarillo rojizo, y es dura como la madera. En lo que sería el interior, está tapizada por un montón de huesos pequeños que forman como una armadura, propia de algunas especies de perezosos fósiles”.

Los investigadores platenses mandaron una muestra de la piel al mismo laboratorio de radiocarbono –método para determinar la edad de materiales que contienen carbono– que había realizado el análisis anterior en Estados Unidos, y a otro laboratorio argentino un fragmento de hueso del cráneo procedente de la misma cueva, dos punzones y herramientas de hueso talladas por el humano, encontrados junto al cuero del animal, los que arrojaron una datación de 11.300 años. El trabajo de los especialistas también incluyó el registro de dos omóplatos de perezoso, uno de ellos perteneciente a la colección local y el otro a la del museo de ciencias naturales de Zúrich.

Como valor agregado, estas piezas óseas, que cuentan con un fechado de entre 15 y 16 mil años, tienen marcas de corte realizadas por herramientas y otras de arrastre por el suelo.

“La piel es llamativa, tiene un centímetro y medio de espesor con pelos largos de color amarillo rojizo”

“Constituye una evidencia indirecta de la presencia humana, que por supuesto hay que seguir estudiando, pero es una prueba indiscutible de convivencia con el ser humano y, de comprobarse, sería una de las más antiguas de América del Sur”, señala Leandro Pérez, investigador del Conicet en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de nuestra ciudad.

EL GIGANTE PLATENSE

Este perezoso gigante, como quedó dicho, fue uno de los animales terrestres de mayor tamaño de América del Sur, con un peso de más de 1 tonelada y 3 metros de longitud. Tenía enormes garras y andaba en cuatro patas, aunque se piensa que también podía adoptar la posición bípeda. De hábitos herbívoros, formó parte de la megafauna sudamericana, como se conoce a los grandes mamíferos que coparon esta parte del planeta.

La piel que está actualmente en el Museo de nuestra ciudad, fue encontrada en la Cueva del Milodón, una formación natural ubicada al sur de Chile, explorada a fines del siglo XIX con incontables restos paleontológicos en su interior, e incluso evidencia de actividad humana. Pero como en ese momento se estaban estableciendo los límites geográficos con nuestro país, su dominio no estaba claro, y eso permitió que expediciones de distinta procedencia recolectaran materiales. Una de ellas, la del Museo de Ciencias Naturales de nuestra ciudad. Y se cuenta, incluso, que cuando algunos restos llegaron a ojos del naturalista Florentino Ameghino, este aseguró que pertenecía a una especie viviente, lo cual desató una verdadera fiebre por encontrar un ejemplar vivo, algo que por supuesto no sucedió.

El ejemplar que está en el Museo platense vivió exactamente hace 13.200 años

 

En cuanto al excepcional estado de conservación en que se encuentra la piel, algunos lo atribuyen a su posible momificación. Sin embargo, los especialistas del Museo cuentan que “aunque se habla de piel “momificada”, la realidad es que no se sabe si el término aplica exactamente a la condición de conservación que evidencia el famoso cuero de perezoso. No es como uno podría imaginarse una momia inca o egipcia, sometida a una serie de tratamientos adrede para preservarla de ese modo. Aquí no hubo deshidratación porque la cueva donde fue encontrada esta piel es terriblemente fría y húmeda, y tampoco fue por congelamiento. Lo que tuvo lugar fue un proceso más complejo para el cual ahora mismo estamos realizando análisis químicos de unas fundas de microcristales que recubren cada pelo, y que vimos por microscopía electrónica”.

Los autores del trabajo describen a su vez que “el material estaba sepultado bajo una gruesa capa de estiércol de un metro de grosor, compactado y sin oxígeno. Pensamos que los excrementos produjeron la liberación de taninos, compuestos químicos que precisamente se utilizan para curtir cueros, y eso desató el procedimiento de manera espontánea, como una suerte de curtido natural”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
Multimedia

Leandro Pérez junto a la vitrina en que se exhibe la piel / Conicet

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla