Recuperar la capitalidad debe ser la esencia de todo plan estratégico

Abogado

La Plata no es una ciudad más. Nació de la creatividad de mentes brillantes y visionarias. La nueva capital de la provincia de Buenos Aires, el primer estado argentino, es un símbolo de la unión nacional e hija primogénita de la República Argentina.

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Su diseño fue único en el mundo y hasta hoy es ejemplo de cómo la arquitectura puede comulgar con un determinado perfil político, universitario, productivo, comercial y portuario.

Hoy no queda ni el recuerdo de esa intensa y pujante actividad de la capital bonaerense.

Con los años, La Plata fue perdiendo importancia. Un síntoma de esta realidad es que de ser cabecera por poco tiempo del llamado Gran La Plata, en esta pandemia los platenses nos enteramos que nuestra ciudad es parte del AMBA.

Pero también los gobernadores de la Provincia la subestimaron cuando empezaron a atender en Buenos Aires en vez de hacerlo en el Palacio de la Gobernación de Calle 6.

Desde los ‘90 en adelante la Ciudad perdió su equilibrio urbano y su diseño original. La matriz para el crecimiento futuro fue relegada por incompetencias y desidias.

La primera de ellas es que de ser una ciudad pensada para un eficiente transporte publico, a medida que fue creciendo la población, pasamos a un modelo de movilidad basado en la presencia del vehículo particular, pero con altísima improvisación, lo que origina la alta congestión vehicular.

El diseño del casco urbano contrasta enormemente con la gran extensión periférica residencial, que creció con falta de planificación, que incluye urbanizaciones en áreas históricamente rurales. Esto provocó que queden zonas excluidas de los servicios básicos o con prestación deficiente de agua, cloacas, electricidad, gas natural, asfalto y desagües pluviales.

“La Ciudad tiene un material humano que sobresale y ama su raíz platense. También hay colegios de casi todas las profesiones”

En gran medida, esta falta de planificación que viene de años, también encuentra sustento en las sucesivas modificaciones al Código de Ordenamiento Urbano y Territorial, que afectan la red de conectoras principales, que son las vías que vinculan al partido con toda la región, determinan áreas de valor patrimonial y establecen restricciones de dominio en varias arterias troncales de la ciudad.

Cada ciudad debe establecer un límite de crecimiento urbano. El límite debe establecerse sobre la base de un análisis riguroso de las sensibilidades ecológicas, la capacidad del medio ambiente, y la eficiencia o productividad de los diversos usos de la tierra. Un desarrollo más compacto, es decir ciudades compactas, tiene unos beneficios directos.

Hay que devolverle su estatus de capitalidad y volver a la planificación de la ciudad.

Pensar que solo es necesario un proyecto de 10 años para solucionar problemas enmarcados en lo urbano, es minimizar la situación.

Son entonces momentos en que debemos tomar el ejemplo de nuestros fundadores. Hay que proyectar con innovación y visión estratégica y con participación y consenso de toda la comunidad platense.

La Ciudad tiene un material humano que sobresale y ama su raíz platense. También hay colegios de casi todas las profesiones. Existe la Universidad Nacional de La Plata, pero también la Universidad Católica de La Plata. Las organizaciones empresarias y del trabajo, como también los sectores políticos embebidos en esa mística de ser platenses pueden y deben realizar su aporte.

Un plan estratégico tiene que ser elaborado por todos para buscar soluciones que van desde el desmadre urbanístico hasta la reactivación del Puerto, desde los problemas de transporte hasta la jerarquización de la educación, desde frenar el achique de nuestro cordón frutihortícola hasta el desarrollo del turismo receptivo, desde la generación y promoción de industrias hasta la búsqueda de soluciones a los problemas ambientales.

Los retos que enfrentar son muchos y las metas a las cuales llegar son muy ambiciosas. Pero sí es posible rescatar la importancia de la capitalidad y de encarrilar el desarrollo de la Ciudad con participación de todas las organizaciones que pueden aportar sus conocimientos.

No hay otra manera y esta nueva época marca la última posibilidad antes de que La Plata y los platense terminemos de ser absorbidos por el Gran Buenos Aires.

* Presidente UCR Comité 1ra La Plata.