Pelea oficial, sin tregua: actos separados por Malvinas

Alberto Fernández y Cristina Kirchner profundizaron ayer sus diferencias. Eludieron compartir acto por el 40° aniversario de la guerra de las Islas Malvinas y como dos socios en disputa, se mostraron cada uno por su lado.

La puesta en escena volvió a graficar la virtual ruptura que existe en el Frente de Todos, que explotó a partir del acuerdo que el gobierno de Alberto Fernández firmó con el Fondo Monetario Internacional que es fuertemente rechazado por el kirchnerismo.

En las últimas horas había trascendió la decisión de la vicepresidenta de no volver a compartir actividades con el Presidente. Lo que sucedió ayer pareció la confirmación de una suerte de “separación definitiva” de la sociedad política que desalojó del poder a Mauricio Macri.

Con todo, el kirchnerismo tiene decidido no abandonar el gobierno nacional ni los cargos que ostentan varios dirigentes de La Cámpora en lugares clave como Anses, Pami o Aerolíneas Argentinas. Pero además, busca establecer una suerte de agenda paralela como la que se ensayó hacia algunos días en el Senado con la ley de reforma al Consejo de la Magistratura.

El acto que encabezó Cristina Kirchner en el Congreso dejó mucha tela para cortar. Abundaron las ironías de parte de la vicepresidenta. También resultó llamativo el regalo de cumpleaños que, dijo, le envió al Presidente: un libro en el que se cuenta el final del gobierno de Raúl Alfonsín jaqueado por la hiperinflación.

Filosa, Cristina apuntó en el acto. “Les voy a recomendar un libro que le recomendé al presidente (de la Cámara de Diputados) que todavía no lo leyó -dijo señalando a Sergio Massa, que estaba a su lado-. Es un libro que se llama “Diario de una temporada en el quinto piso” (de Juan Carlos Torre). Es una crónica histórica, no es una obra literaria”.

LE PUEDE INTERESAR

Alberto F. habló de una “desmedida presencia militar” del Reino Unido

LE PUEDE INTERESAR

Cristina elogió a EE UU por la defensa de sus intereses nacionales y pidió imitarlo

“Relata las experiencias del primer gobierno democrático del 83, del presidente (Raúl) Alfonsín y los distintos equipos económicos” que se sucedieron en esa gestión, continuó.

“Hoy se lo mandé de regalo al Presidente, para que después la vocera no diga que no le regalo nada”, apuntó luego Cristina Kirchner en relación a Gabriela Cerruti, portavoz de Alberto Fernández. “Después la veo el lunes: ‘Mire si será mala la vicepresidenta que ni siquiera le da un regalito al cumpleaños’”, ironizó.

“Así que le mandé el libro que es muy interesante y de una extraordinaria actualidad”, fundamentó la ex mandataria. “El libro no tiene desperdicio”, agregó.

Así, la vicepresidenta envió un tiro por elevación a Alberto Fernández, en el marco de la aceleración de precios que podría llevar la inflación de marzo al 6%. El kirchnerismo reclama medidas más duras para combatir ese flagelo.

Pareció además una insinuación en el sentido de que, a su criterio, Alberto Fernández no defendería los intereses de los argentinos como debiera. “Estados Unidos defiende sus intereses, el problema somos nosotros”, dijo Cristina.

El acto de ayer significó el estreno de una nueva estrategia del kirchnerismo de mostrar a Cristina más activa en medio de la pelea con el Presidente e intentando marcar agenda. Ese plan incluye tomar distancia de Alberto Fernández y no compartir actividades con él.

El jefe de Estado, por su parte, encabezó una actividad institucional sin referencias directas o indirectas a la tensión que se vive dentro de la alianza gobernante.

La única coincidencia, a modo de puente entre las dos actividades, fue la figura de Massa, que primero estuvo junto al Presidente y luego en el acto con la vice.

PERLAS

El acto que lideró Cristina anotó otras perlitas. Por caso, Aldo Leiva, uno de los diputados del Frente de Todos, llamó “presidenta” a Cristina Kirchner.

“Yo le voy a decir Presidenta y no del Senado. Para mí, es mi Presidenta”, señaló el legislador y veterano del conflicto bélico en el Atlántico Sur ante la sonrisa de la vice.

El recuerdo de Malvinas fue la segunda actividad pública que en menos de 10 días mostró en la calle la división del Frente de Todos.

Con motivo del recuerdo del Día de la Memoria, el 24 de marzo La Cámpora concretó una fuerte movilización de la que no participaron ni funcionarios ni dirigentes de organizaciones sociales cercanas a Alberto Fernández.

En esa ocasión, el Ejecutivo realizó su propia actividad.

CRUCES

En el medio aparecieron filosas declaraciones de dirigentes del kirchnerismo cuestionando al gobierno nacional y a algunos de los funcionarios cercanos al Presidente. “Nos quieren poner a nosotros y a Cristina (Kirchner) el mote de sectarios, cuando el sectarismo está en quienes quieren gobernar con cinco amigos”, disparó por caso uno de los líderes de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque.

Y agregó: “Tanto el Presidente como sus laderos deben salir de ese laberinto en el que se metieron de creer que el enemigo es Cristina”.

En ese clima de tensión interna, trascendió que el kirchnerismo reclama el paso al costado de algunos funcionarios como Martín Guzmán (Economía), Matías Kulfas (Producción) y Santiago Cafiero (Cancillería). Pero Alberto Fernández no parece dispuesto a desprenderse de su equipo.

En medio de la disputa, ayer volvió a aparecer una foto de la fractura oficialista.