La última alegría albirroja en 57 y 1 marcó un antes y un después

Estudiantes jugó por última vez en 57 y 1 con público en las tribunas en agosto de 2005, partido que quedó en la historia por varias razones. Una de ellas es poque desde entonces no hubo más fútbol en ese estadio por más de 14 años y porque la victoria 1-0 conseguida le significó empezar a enarbolar una racha contundente que lo dejó hoy en día al frente en el historial con 14 partidos de diferencia.

Aquel partido fue la edición 138 del clásico platense, que en 2005 marcaba una extrema paridad con 44 triunfos para cada uno y 49 empates. Ese triunfo le permitió al Pincha meterse arriba por uno.

El gol Pincharrata fue convertido por José Luis Calderón a los 4 minutos del segundo tiempo, luego de enganchar de mediavualta adentro del área de la calle 57 un centro desde la izquierda.

En la previa del partido se produjo un incidente que determinó el cierre del estadio. En la parte alta de la tribuna de 55 un tablón se partió al medio y una mujer de 34 años, llamada Claudia Jonas, cayó al piso, por suerte sin consecuencias para lamentar más allá del susto y algún fuerte traumatismo.

La mujer fue trasladada de urgencia al hospital San Martín, donde fue sometida a diferentes estudios médicos. Antes de marcharse a su casa el propio Calderón le llevó su camiseta que la familia hoy debe guardar con mucho cariño.

Pero ese suceso hizo que el Coprosede (el ante provincial que controloaba la seguridad en los eventos deportivos y estaba claramente enfrentado con el Pincha) decidiera clausurar la cancha, que nunca más pudo volver a funcionar para albergar espectadores.

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En aquellos años el Pincha estaba en conflicto con la municipalidad de La Plata, con el intendente Julio César Alak a la cabeza, y no podía remodelar su estadio. De hecho, unos años antes había comenzado la edificación de la tribuna sobre 55 pero las autoridades locales lo impidieron con recursos judiciales.

Un partido de gol gana

Durante el primer tiempo, ambos defraudaron porque arriesgaron muy poco. En ese lapso casi no hubo llegadas de peligro a los arcos. En el segundo, Estudiantes consiguió su gol muy rápidamente y luego, de contra, pudo aumentar en un par de ocasiones. Gimnasia intentó algo en la parte final, pero con los escasos argumentos que esgrimió lógicamente no le alcanzó.

El equipo de Burruchaga llegaba mal anímicamente tras sus derrotas en el campeonato y la pronta eliminación en la Copa Sudamericana. Del otro lado los dirigidos por Pedro Troglio arribaban al clásico luego de ser vapuleados 6-0 por Vélez en la fecha anterior.

Estudiantes recuperó la memoria, se quedó con el clásico (y con la ventaja en el historial) y logró sus primeros tres puntos en el Apertura. En tanto, Gimnasia quedó golpeado y debió trabajar mucho para levantar la moral porque la goleada sufrida ante Vélez y la derrota ante el clásico lo dejaron muy mal.

“Es una alegría enorme volver a jugar después de diez años este clásico que uno ya extrañaba, Poder ganar y además convertir es muy lindo. Es una alegría que no tiene explicación. Le dedico este gol a todos los hinchas que tanto me bancaron”, le dijo a este medio José Luis Calderón una vez terminado el partido. Y agregó: “Esta alegría se la merecía el plantel por todo lo que venía viviendo y jugando bien pero que al no ganar es como que quedaba una imagen rara. Pero estamos más unidos que nunca y demostramos una vez más que podemos jugar dos partidos seguidos en tres días”.

Otro clásico en ese escenario, pero sin público

Desde que Estudiantes llevó su localía otra vez a 57 y 1 se jugó un solo clásico. Fue en el torneo de la Liga Profesional del año pasado, pero como todavía el país estaba en fases de aslamiento por culpa del coronavirus, el partido se jugó sin público. Fue un clásico aburrido y prácticamente sin llegadas a los arcos. No hubo merecimientos de un lado y otro, por eso el 0-0 fue el resultado más justo.

En el Lobo, que jugó los últimos minutos con 10 jugadores por la expulsión de Harrinson Mancilla, tuvo una corrida de Johan Carbonero en el primer tiempo como la mayor aproximación, mientras que el Pincha contó con un remate de Leandro Díaz que reventó el travesaño sobre el final. El domingo se escribirá un nuevo capítulo.

Antes del partido una mujer de 34 años cayó al vacío. El estadio nunca más fue habilitado