Frida Kahlo: llegó la muestra que explora la vida y obra de la mexicana

A medias entre la museística tradicional, el cine, la música y la tecnología, la premiada muestra inmersiva “Vida y obra de Frida Kahlo” acaba de desembarcar en el porteño Centro de Convenciones con una propuesta que invita a explorar y comprender en profundidad el universo creativo, pictórico y biográfico de la célebre pintora mexicana.

Siguiendo los pasos de otras experiencias del estilo, como las de Klimt, Picasso o Van Gogh, la muestra incluye un centenar de obras plásticas, literarias y fotográficas que cobran vida en un espectáculo envolvente con proyecciones de videomapping 360º en paredes y suelo.

Diseñada, producida y promovida por la empresa española Acciona Cultura, “Vida y obra de Frida Kahlo” fue inaugurada el año pasado en Madrid. Su principal objetivo es acercar al gran público algunas de las obras maestras de la pintora (como sus famosos autorretratos, “La venada herida” o el dedicado al Doctor Eloesser) y otras menos conocidas, aunque también se propone contextualizar su figura puntualizando en su resiliencia y fortaleza personal.

¿Por qué Frida? “¿Y por qué no?”, respondió, en diálogo con EL DIA, la curadora española Carla Prat, quien contó que uno de los principales motivos que llevaron a elegir a la mexicana para “homenajearla” fue que, hasta ese momento, las experiencias que giraban por el mundo tenían como protagonistas a hombres pintores “pero no había ninguna mujer”, y Frida “tiene una historia fantástica para contar que merece ser revisada y recontada”.

Prat, que vivió durante siete años en México y pudo conocer de cerca la influencia de la artista, aseguró que aunque suene “genérico” se trata de una muestra pensada “para todos los públicos”, en tanto por la “transversalidad” de géneros que aborda ofrece diferentes niveles de lectura.

“Tienes la opción de alguien que la conoce, que se sabe su historia, que la ha seguido, que disfrutará la experiencia de una forma muy única; y alguien que no la conozca descubrirá y se llevará algo de ella porque tiene mucho con lo que empatizar: empatizas desde la cuestión relacionada con la discapacidad de su cuerpo, desde el hecho de su relación con Diego Rivera o a lo mejor desde la pintura o del feminismo”, advirtió.

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Chicos que se han acercado a la muestra sin conocer de la artista más que ese retrato de esa mujer de rasgos duros y cejas grandes en una remera, han conectado de manera especial con la artista que vivió entre 1907 y 1954 porque, según Prat, “Frida sería como una gran influencer en esta época porque todo el rato estaba revisando su imagen y como se presentaba, era todo casi como un acto performativo”; algo de lo que las nuevas generaciones conocen muy bien por la autorrepresentación que proponen las redes sociales.

Una característica que, en algún punto, marcó la rebelión de una artista que, en pleno siglo XX, cuando dominaba el muralismo, rompió el molde: “Creo que ella en ese momento se reinventa, y reta un poco el formato del arte. Las mujeres hasta ese entonces eran pintadas solo por el hombre y ella lo reta: yo me autorretrato, yo me pinto sola. Creo que eso es lo más interesante de Frida: ella representándose y creándose así misma”.

LA MUESTRA

Desarrollada sobre un espacio de unos 1600 metros cuadrados, la muestra propone un recorrido por espacios abiertos y otro dentro de la sala inmersiva.

En primera instancia, el espectador irá atravesando llamativas galerías que, sin orden cronológico, representan diferentes momentos en la vida de Frida Kahlo, aunque hay uno que se destaca: su diario personal, un testimonio que, según Prat, “nunca tuvo intención literaria” y que por su enorme valor se ha convertido, a su criterio, en el mayor legado de la mexicana.

Atravesando umbrales de color, “porque Frida relaciona el color con las emociones”, el público seguirá fluyendo por el espacio y podrá conocer sobre sus influencias; sobre el accidente que la terminó convirtiendo en la pintora y mujer que hoy conocemos todos; y sobre la famosa “Casa Azul”, en la que nació, pintó y murió.

Frida sería como una gran influencer en esta época, porque todo el rato estaba revisando su imagen y como se presentaba, era todo casi como un acto performativo”

Carla Prat, curadora

Después llegará la frutilla de la torta, la sala inmersiva, “una especie de película, que se proyecta de paredes a suelo, que es como si te metieras en la obra de Frida y donde cada escena, cada momento, emplea una o múltiples de sus obras”, anticipó Prat sobre una de las partes más celebradas de la propuesta, que tiene una duración de 40 minutos.

“Vida y obra de Frida Kahlo” tiene música original que fue creada por el compositor Arturo Cardelús, nominado a los premios Goya en la categoría mejor banda sonora por la película “Buñuel en el laberinto de las tortugas”. Con la guitarra como protagonista, y con algunos vientos, buscaron evocar emociones a partir de sonidos puntuales, por ejemplo, valses para graficar el vínculo que Frida tuvo con Europa, principalmente con Francia; o un in crescendo incómodo al hablar de su relación con Diego Rivera.

LAS CRÍTICAS

Mientras los especialistas de arte hablan de una “desertificación de los museos” generalizada, las muestras artísticas inmersivas son un fenómeno en todo el mundo. De hecho, en Argentina, la dedicada a Van Gogh, fue vista por más de 200 mil espectadores.

Un fenómeno que ha sido cuestionado por los defensores de la exhibición tradicional del arte por cuestionar que este tipo de propuestas puestas al servicio del entretenimiento no hacen más que convertirse en una “banalización del arte”. Para Prat, “una cosa no quita la otra”.

Según la especialista, “por un lado tienes la autenticidad de la obra y eso es innegable, pero por otro lado tienes la posibilidad de acercarte a la obra de otra manera, a través de la tecnología”.

En el caso de Kahlo, según remarcó, es “muy bueno” porque “todo lo que pintaba era en pequeño formato y la tecnología nos permite realmente acercarnos a su obra de una manera muy íntima, meterte dentro, conocer el universo creativo y su simbología, incluso mezclando obras”.

En este sentido, Prat destacó que “una cosa no va contra la otra, sino que se complementan en el hecho de dar opción a otras maneras de entender la obra pictórica. Al final, para mí también es la posibilidad de reinterpretar la obra y convertirla en otra. Para nosotros es casi un homenaje a la pintora mexicana”.

Aunque ha trabajado en México y en otros países latinoamericanos, es la primera vez que la curadora española visita Argentina, un país en el que, según remarcó, la gente “tiene un clarísimo vínculo” con la pintora mexicana.

“Creo que Frida representa muchas cuestiones que se identifican mucho con el país: la cuestión del feminismo; la dualidad entre lo europeo y, en su caso, lo mexicano. Pero creo que también tienen en común esta cuestión tan pasional y emocional, además de la cuestión política porque cada cosa que hacía Frida era un gesto político. Creo que hay muchas cosas en común que empatizan con la gente en Argentina”, concluyó.

Con entradas generales a $3800, pero con opciones con descuentos y promociones, “Vida y obra de Frida Kahlo” ofrecerá funciones durante enero, de 14.30 a 21. Los ingresos son cada media hora pero cada espectador puede transitar la experiencia durante el tiempo que quiera. El Centro de Convenciones Buenos Aires (CEC) está ubicado sobre la Avenida Figueroa Alcorta 2099, al costado de la Facultad de Derecho. Los tickets están disponibles en www.fridaexpoar.com