Pocas certezas y un manojo de incógnitas que sólo la competencia podrá despejar

Un combo de expectativas e incertidumbre le otorga a la antesala del torneo más importante del fútbol argentino matices por demás seductores.

En un torneo donde, además de los dulces premios, los tres descensos le agregan un condimento especial, Estudiantes y Gimnasia llegan a la hora del debut con motivaciones muy diferentes.

La “vara alta” que acompaña a las metas albirrojas luego del positivo ciclo que redondeó Ricardo Zielinski como entrenador, presenta ahora a Abel Balbo como un conductor plenamente consciente de las exigencias que lo esperan.

En otro plano, y con una coyuntura económica que le aprieta fuerte la garganta, Gimnasia, a través de sus nuevos directivos, decidió darle un baño de cruda realidad a su situación y confía en uno de sus ídolos para que tutele este desafío de enorme dificultad.

El Pincha eligió a Balbo (perfil europeo, sobriedad y algunas ideas novedosas para aplicar en el día a día) otorgándole un voto contundente de confianza con el objetivo de pelear por objetivos encumbrados.

Por su parte, el Lobo trasladó la matriz de su reserva (esencialmente el técnico Sebastián Romero y sus ayudantes, Nicolás Cabrera y Pablo Romero, procurando que muchos jóvenes crezcan rápido y consigan estar a la altura de las circunstancias.

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La opinión pública conoció a Balbo entrenador cuando asumió en Central Córdoba de Santiago del Estero. Como conductor de un equipo que obtuvo resultados interesantes y que supo hacerse respetar, la sobriedad y cierto atrevimiento estratégico lo volvieron un entrenador muy observado en la vidriera de Buenos Aires.

Sebastián Verón, quien sigue siendo el que marca el paso en muchos aspectos, y muy especialmente en el fútbol profesional, tuvo en la percepción y en las vivencias de su hijo Deian un informe que debe haber escuchado con suma atención. Verón Junior jugó poco con Balbo, pero sabe bien de qué manera trabajó el Ferroviario en la campaña donde terminó décimosexto, con ocho triunfos, dos empates y ocho derrotas.

Balbo, el que tiene bastantes opciones para terminar de moldear su identidad táctica, conoce a la perfección los deseos de todo Estudiantes por estar entre aquellos que definirán la gloria.

El Ruso Zielinski llegó para sacar al equipo de una situación compleja y lo consiguió con creces; él, en cambio, aterriza en un escenario diferente, sin urgencias, pero obligado a superar la impronta un tanto escasa de equipo protagonista del ciclo anterior.

Los hinchas albirrojos han sido cautos. Desde que se conoció que sería el nuevo DT, no hubo juicios extremistas. Balbo llegó acompañado por un respetuoso silencio. Tan lejos de la aprobación eufórica, como de un rechazo furioso cargado de protestas. Entró a la vida pincharrata sin hacer ruido.

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Dividido entre los que se identifican ciento por ciento con la austeridad extrema, y los que aseveran que el nivel de peligro con el que se va a convivir es demasiado, Gimnasia saldrá a la cancha con algunos pibes que el grueso de su propia hinchada no conoce.

¿Podría haber tomado otro camino? Mientras ese debate continúa, Sebastián Romero ya transita un escenario profesional que seguramente no había soñado para su llegada al primer equipo.

Con los pocos jugadores ya formados que quedaron y la energía desbordante de muchos jóvenes abrigados por su propia ansiedad, el Lobo no la tendrá fácil.

Crecer y aguantar pueden ser los verbos que definen mejor las metas de Pinchas y Triperos

El ambiente tripero hoy está impregnado de sensaciones tan fuertes como contrapuestas. El club se sinceró en el manejo de sus decisiones cotidianas y dentro de esa línea de comportamiento institucional está incluída la apuesta que genera temor, ilusión y hasta algo de orgullo por la nueva postura para manejar los fondos de una asociación civil sin fines de lucro. El tránsito de un nuevo paradigma entusiasma a los que no soportan más convivir permanentemente con deudas.

Una vez más, como todos los que están en el fútbol ya saben, la fuerza de los resultados será la más poderosa. Pasó en el último Mundial de Qatar y continuará ocurriendo en cualquier liga donde la actividad este regida por los condimentos profesionales. No aceptar estas condiciones es observar el complejo mundo del fútbol desde una perspectiva tan ingenua como utópica.

PASA ARRIBA Y ABAJO, NADIE SOPORTA PERDER SEGUIDO

La ceremonia de peticiones se reitera como una fotocopia sin fecha de vencimiento. Pasa con los más poderosos y también con los más humildes, a nadie le gusta perder y se les vuelve un ejercicio imposible de aceptar encontrarse seguido con la amargura de una derrota.

En un contexto nacional donde Boca, River y Racing (cada uno con su estilo y ninguno exento de riqueza individual) parecen hoy los que mejor parados están para afrontar la competencia. Muchas sorpresas irán apareciendo. Imposible acertar en los pronósticos. Sólo hay pálpitos fugaces que pueden desvanecerse ante el primer resultado impactante.

La verdad estará, para ambos, adentro de la cancha, en el juego que produzcan y, sobre todo, en los resultados que consigan. Una historia fuerte está por comenzar.