En esta fotografía proporcionada por Kunyakit Thanawtchaikun se muestra una pitón envolviendo el torso de Arom Arunro en el piso de su cocina en la provincia de Samut Prakan, Tailandia, el martes 17 de septiembre de 2024. (AP Foto/Kunyakit Thanawtchaikun)
Días atrás, una mujer de 64 años se estaba preparando para lavar los platos en su hogar ubicado en las afueras de Bangkok, Tailandia, cuando sintió un fuerte dolor en el muslo y al mirar hacia abajo vio que una enorme pitón estaba sujetada a ella. “Estaba a punto de tomar un poco de agua y cuando me senté, me mordió inmediatamente”, comentó Arom Arunroj al periódico Thailand’s Thairath. “Cuando miré, vi a la serpiente envolviéndome”. La pitón, de entre cuatro y cinco metros de largo, se enroscó alrededor de su torso y la aplastó contra el suelo de la cocina. “La agarré por la cabeza, pero no me soltaba”, señaló. “Sólo me apretaba”. Así pasaron dos horas. Las pitones son constrictoras no venenosas que matan a sus presas exprimiéndoles gradualmente el aliento. Apoyada contra la puerta de la cocina, gritó pidiendo ayuda, pero no fue hasta que un vecino pasó por allí una hora y media más tarde y oyó sus gritos cuando llamaron a las autoridades. Cuando la policía llegó a la casa, la mujer seguía apoyada en la puerta, exhausta y pálida, con la serpiente enroscada a su alrededor. Debieron utilizar una palanca para golpear a la serpiente en la cabeza hasta que se soltó y se escabulló antes de que pudieran capturarla.
Para comentar suscribite haciendo click aquí