El huracán Stan dejó una catástrofe en Guatemala

GUATEMALA.- Las autoridades de Guatemala temen que sean más de dos mil los muertos que provocó el paso del huracán Stan, cuyas lluvias dejaron sepultadas a comunidades enteras.

Según consigna la agencia Ansa, fuentes socorristas aseguran que unas 1.400 personas murieron en el poblado de Panabaj, en la localidad de Santiago Atlitán, departamento de Sololá, tapada por el barro de doce metros de espesor.

Además de las víctimas mortales las autoridades dieron cuenta de la desaparición de 337 personas, 94 heridos, 97.072 damnificados, 81.949 personas en albergues, 5.118 casas dañadas, 638 casas destruidas, 421 comunidades afectadas y serios daños a la infraestructura vial del país.

"Los sobrevivientes de la tragedia no daban crédito a lo que sus ojos veían, o no veían, porque Panabaj y Tzanchaj ya no existen", indicó el diario local Prensa Libre que llegó hasta esas dos comunidades anegadas por una masa de lodo. El presidente Oscar Berger dijo que la población debe prepararse porque los resultados finales pueden ser catastróficos en pérdidas humanas y materiales. "Hay muchos desaparecidos, muchos derrumbes, comunidades incomunicadas, siento que vamos a tener sorpresas desagradables", alertó el mandatario.

Debido a la magnitud de la tragedia, Berger declaró un Estado de Calamidad Pública y suspendió todas las clases en las escuelas por tiempo indefinido.

El crecido río Nahualate abrió una nueva salida al mar, causando la destrucción parcial de El Semillero, una población en el litoral Pacífico del país, en donde se registró la muerte de 20 personas y otras 80 heridas.

Presionados por la falta de comida y agua, se veía personas que salían de sus comunidades caminando con el agua hasta la cintura hasta la principal autopista construida unos metros sobre el nivel del suelo y desde la que se observaban las extensiones sumergidas.

"Creímos que iba a ser como con el huracán Mitch en 1998 y nos confiamos pero ahora fue peor", dijo Claudio Manchinel, cuya esposa Leticia Cabrera dio a luz en el hospital de campaña instalado en la base naval del Pacífico. Manchinel y su esposa Leticia tuvieron que caminar varios kilómetros hasta la carretera luego de que la labor de parto los sorprendió en su inundada vivienda.