Escándalo monumental con Ortega

Todo empezó con un faltazo a la práctica... Ortega tuvo una noche de furia en un boliche, los problemas siguieron en su casa con su esposa, que lo denunció por amenazas de muerte (los vecinos llamaron mientras tanto a la policía), fue a declarar y más tarde quedó libre. Es el primer episodio de este tipo luego de que el crack de River admitió sus problemas con el alcohol, presente en estas horas aciagas.

Hacía bastante que a Ariel Ortega no se lo mencionaba por otra cosa que por el fútbol. Casi un año, un poquito menos. Desde su último faltazo allá por comienzos de abril del año pasado, cuando se quedó en Buenos Aires mientras River debía viajar a Caracas para jugar un partido por la Copa. El Burrito debía presentarse ese mismo día a entrenarse en el Monumental y no fue. Luego de eso viajó a Chile a realizar un tratamiento para su adicción al alcohol y de ahí en adelante, nunca más un problema. Hasta ayer a la madrugada, cuando protagonizó dos escándalos. Uno en la disco Rumi, en la que generó destrozos y obligó a que lo retirasen del lugar, y otro un rato más tarde en su propia casa, lo que derivó en una denuncia por amenazas presentada por su mujer, Daneza Molineris.
Vamos por partes. La inquietud sobre que algo había pasado nació en horas de la mañana, cuando Ortega no se presentó a practicar en el predio de Ezeiza. Esa ausencia no hizo más que revivir viejos fantasmas. Lo llamaron los dirigentes, lo llamaron miembros del cuerpo técnico y no lo pudieron ubicar. Nadie sabía qué había pasado. Minutos después del mediodía apareció Ortega en el teléfono, finalmente. Comunicó que no había podido ir por un problema personal y que hoy sí se iba a presentar en el entrenamiento. Claro, después se supo cuál fue ese problema personal...

EMPEZO EN UN BOLICHE

Todo comenzó ayer a la madrugada en el boliche «Rumi», ubicado en la Avenida Figueroa Alcorta, a escasos 500 metros del Estadio Monumental. Ortega llegó allí luego de ver desde la platea el triunfo de su equipo ante la Universidad Católica por la Copa Libertadores.
Ortega concurrió al lugar donde la vedette Vanesa Carbone festejaba su cumpleaños, con varios jugadores de fútbol invitados. La mayoría de Independiente, ya que también el arquero del Rojo Fabián Assmann cumplía años.
Varios de los protagonistas de la velada reconocieron que Ariel Ortega «se pasó de alcohol» y cuando eso sucedió perdió el control. Provocó destrozos e incluso, en determinado momento según cuentan testigos, el Burrito se subió a una de las barras del local y desde allí pateó vasos y copas. Al ser recriminado por el barman, intentó tomarse a golpes de puños, por lo que estuvo muy cerca de ser expulsado violentamente del local, aunque finalmente fue convencido de irse por las buenas.

LA SIGUIO EN SU CASA

Luego del incidente, y pese a su estado, Ortega se subió a su camioneta y emprendió el regreso hacia su casa, ubicada en la calle Rafael Obligado 340, en las Barrancas de San Isidro. Al ingresar a la vivienda, el futbolista fue increpado por quien es su esposa desde hace una década, Daneza Molineris, de 31 años, quien lo ayudó mucho cuando su problema con el alcohol se hizo público, en el verano de 2007.
El escándalo por el estado en que llegó Ortega fue de tal magnitud -con gritos y objetos rotos-, que los vecinos de la pareja decidieron llamar al 911, por lo que un patrullero de la policía bonaerense acudió a la finca.
Ante los agentes, la mujer de Ortega reconoció que había sido amenazada por el jugador, por lo que radicó la denuncia en la comisaría 4ta de San Isidro, alrededor de las 11 de la mañana. En la denuncia, Molineris dijo que su pareja llegó «alcoholizada» y amenazó con «golpearla y matarla».
Los oficiales que estuvieron en la vivienda confirmaron -tal como más tarde verificaría un perito policial- que Ortega tenía un «fuerte aliento etílico».
En ese sentido, desde la Fiscalía que investiga la causa aclararon que Ortega estaba «lúcido» y podía desplazarse por sus propios medios.
Fue por todo esto que el jujeño se ausentó ayer a la mañana de la práctica de River que se realizó en el predio que tiene la entidad en Ezeiza, donde el entrenador Diego Simeone tenía pensado probar la evolución de su lesión.
Ortega permaneció en la Fiscalía de Martínez -ubicada en la calle Fleming 1299- hasta pasadas las 13, cuando fue liberado luego de declarar ante el doctor Jorge Apolo, el mismo que investigó la causa del millonario robo al banco Río de Acasuso.
Ariel Ortega y Daneza Molineris están juntos hace más de una década, y tienen tres hijos de entre 4 y 10 años -Tomás, Manuela y Soledad- fruto de esa relación. Sin embargo, los problemas en la pareja comenzaron hace tiempo, cuando la mujer denunció a Ortega por «lesiones», en mayo de 2005.
Este episodio es el primero que toma trascendencia pública luego de que Ortega reconoció tener un problema con el alcohol, durante la pretemporada de River en Mar del Plata, en enero de 2007, aunque en épocas de Daniel Passarella como entrenador había faltado en más de una oportunidad sin aviso a los entrenamientos, en situaciones que se asociaron a recaídas en su adicción.