Matilde Muñoz

Su fallecimiento

Profesional respetada y reconocida en el campo de las ciencias jurídicas; docente de jerarquía que formó hombres de Derecho durante varias décadas, sin escatimar compromiso institucional; especialista en Criminología a la vez que ama de casa y eximia ejecutante de piano, Matilde Andía Muñoz murió en nuestra ciudad el lunes pasado, a los 78 años.

Hija de Matilde Muñoz -docente- y Sixto Andía -empresario industrial-, hermana de Sixto, Matilde nació el 1 de diciembre de 1930. Tras cursar sus estudios primarios y secundarios entre tierras porteñas y pampeanas, a inicios de la década de 1950 llegó a nuestra ciudad, para inscribirse en la facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional.

Una vez graduada, continuó perfeccionándose hasta convertirse en Doctora en Ciencias Jurídicas y Licenciada Especialista en Ciencias Penales. Su intensa vocación docente la llevó, además, a no limitarse al ejercicio independiente de la profesión -en el estudio actualmente a cargo de su hijo Domingo Sixto Miguel-; así, enseñó Criminología en los institutos de formación del Servicio Penitenciario; encabezó la cátedra de Derecho Penal I en la Universidad Católica local; e impartió clases en ciclos de Postgrado de la UNLP.

Su empuje e iniciativa también se manifestaron en el campo institucional: integró la comisión directiva de la Asociación Amigos del Archivo Histórico y Museo del Servicio Penitenciario; fue vicepresidenta de Acción Católica; y hasta la actualidad, Asesora Honoraria Consultiva del Instituto de Derecho Penal del Colegio de Abogados platense.

Casada con el ingeniero agrónomo Domingo Gonzales Menéndez -ya fallecido-, Matilde tuvo tres hijos: Miguel, Eduardo y Guillermo. Activa, amable, asidua viajera que se nutrió con diferentes culturas, solía repasar un amplio repertorio de obras clásicas en alguno de los dos pianos con que contaba su casa del barrio de La Loma. "Si hubo un rasgo que la identificó, sin dudas fue su voluntad de compartir" subrayan sus afectos: "era una maestra de alma, y nunca dejó de recibir el reconocimiento de los alumnos que ella ayudó a convertir en profesionales".