Gimnasia fue una maquinita aceitada con fútbol y goles

Todo pasa decía el famoso anillo de Julio Grondona y lo mostraba cuando las papas quemaban. Todo pasa puede decir con tranquilidad todo aquel que tenga relación con Gimnasia. Hubo que esperar siete fechas, más allá del empate inicial ante Defensa y Justicia y el triunfo como visitante ante Olimpo en Bahía Blanca. Pero valió la pena. El de ayer ante Vélez fue un Gimnasia totalmente distinto al que se haya visto en esta Superliga. Hizo un partidazo. Le salieron todas las que intentó, tuvo rendimientos individuales de alto vuelo y así jugó bien al fútbol, que no es poco. El Lobo de Soso no podía darse el lujo de otro mal resultado. El Hincha, no todos, ya no estaban conforme con que le digan “leí mal el partido” como declaró el DT tras la derrota en Mendoza ante Godoy Cruz. El hincha ya no soportaba que se siga cambiando de esquema y fichas todos los partidos en busca de un buen resultado, que finalmente no habían sido positivos.

Para planificar, estudiar esquemas, están las pretemporadas e ir aceitando todo en los primeros partidos

Pero hoy que importan los resultados anteriores. Hay que disfrutar y mucho la actuación de ayer del Lobo. Impensada en el arranque, hasta para el más optimista, por la forma en que se dio.

Gimnasia tuvo 90 minutos de alto vuelo, dignos de un equipo que está peleando arriba

Hizo cuatro goles de buena factura y si se lo proponía pudieron ser muchos más. ¿Vélez?. Poco y nada, pero eso no le quita ningún mérito a lo realizado por el local. Se lo “comió” desde el vestuario mismo y nunca se pudo recuperar.

El de Liniers es un equipo joven que puede llegar a tener un gran futuro. Pero también es cierto que Gimnasia había perdido partidos con planteles que no son superiores. Los perdió porque había jugado muy mal, peor que el rival de turno.

El arranque mostró a un Lobo tranquilo sin enloquecerse por ir a buscar el resultado. Con una línea de cuatro en el fondo, con Rinaudo en su puesto de cinco, pero siempre retrocediendo para ayudar en el sector defensivo. Con Mazzola y Dibble jugando bien adelantados y con la permanente colaboración de Nicolás Colazo.

EL GRITO DE LA CONFIANZA

Así cuando nada había pasado, un buen ataque entre Mazzola y Colazo por la izquierda terminó en los pies de Dibble quien sin marcaalguna pudo mandarla al fondo y festejar. El gol de la tranquilidad, para lograr la confianza que se necesita para poder seguir aumentando la diferencia. La que no ocurrió en la primera parte aunque hubo alguna que otra oportunidad. Las que también tuvo Vélez para llegar a la igualdad si el palo derecho de Alexis Arias no hacía estrellar un balón bien direccionado de Nicolás domínguez.

De todas formas, el uno a cero de la primera parte fue justo por lo hecho por uno y otro. Gimnasia siempre con el control del balón y del juego en todos los sectores del campo.

Gimnasia, todo lo bueno que había realizado en la primera parte lo ratificó asegurando el resultado en los primeros 17 minutos del complemento. Fue una ráfaga de contundencia en el área rival.

Tres goles con jugadas de gran nivel y un cuatro a cero cuando restaba mucho por jugarse.

Primero fue Mazzola tras aprovechar un rebote del arquero Alan Aguerre, después se despachó Faravelli tras una combinación entre Mazzola y Dibble y la terminó rematando Colazzo después de que Dibble hiciera toda la jugada previa. Un poco más de quince minutos para liquidar el pleito. Para poder disfrutar del juego y hasta se pudo ver algunas jugadas con lujos incluido que llegó a molestar al rival.

Vélez, pese al resultado, siguió haciendo lo suyo, pero ni el exquisito remate de media distancia de Romero ya casi sobre el final, pudo darle el descuento porque su envío pegó en el travesaño.

TODO A FAVOR

Fue una tarde a pedir de Gimnasia. Donde le salieron todas las que tiró y con un rival que nunca estuvo ni cerca de complicarlo. El Lobo necesitaba ganar y si era como lo hizo ayer mejor. El plantel, casi con seguridad ganará en confianza para lo que se viene.