Desvalijan un taller de arte y ponen en riesgo la terapia para chicos con cáncer

“Ver a los nenes sin ganas o con dolor y luego notar cómo cambia todo cuando se involucran con el arte es muy impactante, un regalo de la vida”. La tarea que sostiene Clara Becerra junto a un grupo de voluntarias en la sala de tratamientos oncológicos del Hospital de Niños fue puesta en riesgo esta semana, por el robo de los materiales con los cuales llevan a los chicos al mundo de la pintura y la plástica, como herramienta terapéutica.

El golpe, según contó Becerra, se produjo en el corazón del Hospital, la sala 29 del segundo piso del edificio situado frente al Parque Saavedra. “Fue en Hematología, un área restringida a la que sólo puede acceder personal autorizado. Rompieron la cadena de un mueble empotrado y saquearon los materiales que guardamos ahí para el espacio de arte”, lamentó Becerra.

Los ladrones, imperdonables, se llevaron pinceles, lápices de colores, témperas, acrílicos, goma eva, crayones, lápices para hacer bocetos en papel, tijeritas, cubeteras para pinturas y hasta pintorcitos de plástico.

“Es doloroso pensar que quien hizo esto quizás sabe para qué se usan esos elementos y que muchos eran fruto de donaciones de familias que tuvieron nenes en este tipo de tratamiento. También de talleres de arte que hay en la Ciudad”, indicó Becerra.

El daño fue selectivo: “Se llevaron las mejores cosas y dejaron lo que no sirve, lápices viejos”, detalló.

Con esos materiales cuatro voluntarias de la “Fundación Donde Quiero Estar”, coordinadas por Becerra, trabajan con los niños que en quimioterapia o transfusiones de sangre, en el mismo momento en que están en esos tratamientos en alguno de los 16 sillones de la sala.

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Para ayudar al espacio de arte: 15 428 3483

El denominado espacio de arte hace eje en el peso que tienen las emociones sobre la capacidad del paciente para sobrellevar los tratamientos y mejorar su salud en ese trance.

Becerra es acompañante terapéutica especialista en “arte terapia” y reflexología. Interesada en una nueva concepción de los tratamientos “más humanizada” se acercó a la Fundación con la que hoy sostiene el espacio, pero se gana la vida como profesional en actividades como acompañante terapéutica y docente.

El cuadro, extensible a las voluntarias que forman el equipo, obligó en los últimos meses a restringir la tarea, que venía desarrollándose a diario. En sesiones que duran hasta seis horas, los chicos pueden dibujar, pintar o recortar figuras. Antes que ellos toquen los elementos, las voluntarias se encargan de limpiarlos, con el objetivo de preservar la asepsia en la sala.

Trabajan los pacientes ubicados en los sillones y también los hermanos y padres que acompañan. Así, la sala puede verse transformada en un atelier de arte, según cuenta la coordinadora del taller.

No es ese el único lugar. Las voluntarias, especialistas en rehabilitación, también se mueven allí donde los pequeños pacientes requieran de la asistencia a través de la terapia del arte.

Toda la ayuda tambaleó el lunes. “Ese día fue el más triste. Es doloroso pensar que alguien puede hacer algo así, pero pudimos evitar la suspensión de la actividad. Cuando notamos el robo las voluntarias que forman el equipo pudieron seguir trabajando, en esa situación de emergencia, con algo que quedó y que conseguimos en el día. Por suerte, gracias a la solidaridad que encontramos rápidamente, empezamos a reponer los materiales. Un montón de gente comenzó a donar insumos”, indicó la terapeuta.

En las últimas horas, también empezaron a tomar contacto con comerciantes interesados en colaborar con lápices, pinturas y todo lo que haga falta para que el espacio no se resienta.

Según contó Becerra, del robo también se informó inmediatamente a la dirección del centro de salud.

“Las autoridades del hospital me pusieron en contacto con la Fundación Casa Ludovica, del Hospital, quienes también nos ayudaron a reponer lo que nos robaron”, dijo y remarcó también el apoyo de los profesionales de la Sala.

Mientras en el espacio de arte siguen buscando ayuda para sostener la actividad, también se plantea la inquietud con respecto a la naturaleza del episodio, que se produjo dentro del Hospital, en una zona de restricción a la circulación de público e incluso personal de ese centro.

ROBO CON ANTECEDENTES

Según indicó Becerra, este robo tiene antecedentes en la misma área: “Personal del hospital cuenta que hubo otros hechos e este tipo, en los que se llevaron desde golosinas que se dejaban guardadas hasta medicamentos para los tratamientos que se dan en esta sala”.

Por el Hospital circula mucha gente y la confianza para los integrantes del espacio de arte quedó resentida. Así, en estos últimos días, los elementos que se fueron reponiendo ya no se quedan en el gabinete violentado de la sala 29. Becerra contó que se los lleva a la casa.