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El Mundo |ANALISIS

Un tiro por la culata

10 de Junio de 2017 | 02:01
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Por JORGE ELIAS

Theresa May urdió en abril el adelanto electoral. Su mandato concluía en 2020, pero adujo que necesitaba más fuerza para negociar la salida del Reino Unido de la Unión Europea. No lo había prometido cuando sucedió al primer ministro David Cameron. Tampoco había apoyado la campaña por el Brexit. En ese momento, el resultado parecía soñado: le llevaba más de 20 puntos de ventaja al candidato laborista, Jeremy Corbyn. Era previsible que en un ambiente hostil por los atentados terroristas se impusiera May, pero, en medio de una campaña con intervalos luctuosos, comenzó a caer en las encuestas. La conciencia colectiva reparó en su gestión como ministra del Interior. Seis años durante los cuales, más allá del endurecimiento de las leyes, creció el peligro. Sobre todo, por la radicalización de los musulmanes que se sienten marginados dentro de sus comunidades. May, ausente con aviso en los debates televisivos, quedó aislada en su propia jaula.

Londres tiene el primer alcalde musulmán de su historia, Sadiq Khan, laborista, hijo de un conductor de autobuses paquistaní, criado en una vivienda de protección oficial y educado en la escuela pública. Su elección, en 2016, suponía el reflejo de un rasgo multicultural que iba a contramano de los partidos xenófobos de Europa y, a su vez, un mensaje de integración frente a la ola de atentados. Tras el del sábado 3 en el Puente de Londres y un mercado cercano, Khan echó paños fríos: “No hay razón para alarmarse”. Recibió de inmediato una réplica ofensiva de Donald Trump, comedido, adujo que era una “excusa patética”. Era oportuno solidarizarse con los familiares y los amigos de las víctimas. Trump entendió, que estaba dándole una mano a su amiga May en vísperas de comicios cruciales. Le echó nafta al fuego. La llevó a criticar la “tolerancia” con el extremismo y a plantearse un cambio en las leyes de derechos humanos. A amenazar a los suyos con mayores restricciones de la libertad. Por eso The Economist comenzó a llamarla Theresa Maybe. Lo contrario de una certeza, como el triunfo que presumía holgado.

 

(*) Periodista, dirige el portal de información y análisis internacional El Ínterin, y es columnista en la Televisión Pública Argentina.

 

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