Vecinos de Tolosa viven aterrados por los continuos tiroteos en el barrio

El fastidio y el miedo se conjugaron con el hartazgo en un sector de Tolosa, donde los vecinos cortaron la calle para forzar la presencia de los policías y exponer lo que les pasa: en la última semana recrudecieron los tiroteos por la madrugada, que -todavía- no causaron ninguna tragedia, pero dejan insomnes y aterrados a todos los que quieren vivir en paz. Para probar que no exageran juntaron “420 vainas servidas” con las que la violencia tapizó las calles, confirmaron a este diario fuentes judiciales.

Quienes viven cerca de El Mercadito no dudan en citar que “disparan hasta con ametralladoras”

“Hace una semana que por acá no duerme nadie, porque es infernal escuchar toda la madrugada cualquier cantidad de disparos”, contó ayer a este diario una vecina que reside a pocas cuadras del barrio El Mercadito.

Otros vecinos de la zona dieron cuenta del mismo problema y apuntaron contra bandas establecidas en aquella zona. Los denunciantes son quienes, desde hace tres años, comenzaron a residir en un complejo habitacional enclavado en el límite.

Se trata de familias que vivían a la vera del arroyo El Gato y fueron reubicadas en esos terrenos para que dejaran de sufrir las consecuencias de las inundaciones. Y ahora padecen el fenómeno de la violencia.

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Las viviendas tienen servicios de luz, agua y cloacas, pero son prefabricadas y las paredes de varias de ellas acusan los estragos de las balas. En el proyecto original se contemplaba además instalar un destacamento policial, que hasta la fecha, pese a los insistentes reclamos de los frentistas, sigue postergado.

PIQUETE

El hartazgo impulsó a un nutrido grupo de vecinos a realizar ayer un piquete en la esquina de 1 y 520, que concretaron durante dos horas, en el primer tramo de la mañana. La protesta incluyó quema de cubiertas

“Queremos que las autoridades tomen cartas en el asunto, que haya presencia policial recorriendo esta zona, porque estamos a la buena de Dios y uno de estos días vamos a lamentar una desgracia”, explicaron los organizadores de la protesta, que se entrevistaron con algunos jefes policiales.

LO QUE FALTA

En la misma sintonía se manifestó Pablo Pérez, conocido dirigente comunitario de Tolosa, quien hizo saber a este diario que “tenemos confirmada una reunión el 6 de abril con el subsecretario de Desarrollo Social. Eso más allá de que en esa dependencia ya hay dos expedientes, en los que advertimos sobre la situación de conflictividad que hay en esa zona”.

“Pero además -remarcó- esto ocurre porque no hay una presencia del Estado para recomponer la situación”.

“Sabemos que hay gente que duerme a la noche debajo de la cama por miedo a que los impacte alguna bala, a veces abrazados a los chicos, por los tiros que se escuchan”, reveló, y pronosticó que “si no se toman medidas efectivas, lo que está pasando en El Mercadito va a terminar muy mal”.

En el barrio vinculan los tiroteos de las madrugadas, los asaltos en los negocios y casas y la venta de droga, a “dos familias muy pesadas”.

Uno de los vecinos dijo que “esto sólo puede solucionarlo la presencia del Grupo Halcón”

TESTIMONIO DRAMÁTICO

Jorge Ibar (25) y su esposa tienen un kiosco en el límite con El Mercadito. “Ya hace un tiempo que por acá escuchamos disparos, pero todo empeoró en la última semana, y desde hace tres noches nadie puede dormir por los estruendos durante toda la madrugada”, aseguró.

Sostuvo que “se sienten tiros de diversos calibres, hasta de ametralladoras. Es impresionante”.

El joven recordó que abrieron su negocio hace tres meses y ya sufrieron tres robos. El más terrible fue el ocurrido en las vísperas de Navidad: “Me pegaron un tiro en la cabeza porque me resistí. Es que ya me habían asaltado el día anterior”, lamentó.

Ese ataque lo mantuvo 15 días internado en el hospital Rossi y le dieron 18 puntos de sutura. Dice que se salvó de milagro, pero también por la reacción de los vecinos que lo “llevaron en su camioneta rápido al hospital”.

Asimismo, Ibar mencionó que “después de una de las tantas noches con balaceras, un amigo encontró al día siguiente 60 casquillos”. No ocultó su preocupación porque “cada día que pasa el barrio se pone peor y, en sintonía con sus vecinos, reclamó una fuerte “presencia policial”. Ayer, distintas fuentes anticiparon que podría desembarcar la Gendarmería.