Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Espectáculos |TRES DÉCADAS SIN UN HUMORISTA GENIAL

Un vacío que aún no se ha llenado: a 30 años de la muerte del “Negro” Olmedo

Alberto Olmedo tenía 54 años cuando, el 5 de marzo de 1988, se cayó de un balcón en Mar del Plata. Todavía se lo extraña

Un vacío que aún no se ha llenado: a 30 años de la muerte del “Negro” Olmedo

junto a porcel formó una de las duplas humorísticas más recordadas de todo los tiempos / télam

5 de Marzo de 2018 | 05:38
Edición impresa

El “Negro” Alberto Olmedo tenía apenas 54 cuando cayó de aquel balcón del piso 11 de un edificio marplatense, quizá por un juego suicida o por un exceso de sustancias recreativas, aquel 5 de marzo de 1988, del que hoy se cumplen 30 años.

Estaba en la cumbre de su popularidad, ganaba fortunas con sus programas de televisión y llenaba noche a noche el teatro donde lideraba largamente la taquilla de la cuidad balnearia con la obra “Éramos tan pobres”, donde personajes como “Rucucu”, “Rogelio Roldán” y “El manosanta” vivían rodeados de las actrices más bellas y cotizadas.

Nacido como Alberto Orlando Olmedo en el barrio Pichincha de la ciudad de Rosario, el 24 de agosto de 1933, no tuvo padre y recibió enseñanza primaria en la escuela nocturna porque de día realizaba toda clase de changas -la más redituable era en una carnicería-, mientras su madre Matilde sostenía el hogar con los trabajos más humildes. Vivían en la calle Tucumán 2765.

Su primer contacto con el espectáculo fue como “claque” en el teatro La Comedia, de Mitre y cortada Ricardone, hacia 1947, y ya lanzado a lo artístico participó en la Troupe Juvenil Asturiana, que funcionaba en el Centro Asturiano de Rosario, tras lo cual forma un dúo gimnástico-humorístico con su amigo Antonio Ruiz Viñas y en 1954 arriba a Buenos Aires con el grupo “Gitanerías” -émulo del entonces famoso “Romerías”- que dirigía Juanito Belmonte, mucho más tarde representante y amigo de Enrique Pinti.

La llegada a la Capital no fue fácil, volvieron los trabajos de cualquier tipo y el recorrido ansioso por teatros de revistas y el único canal de televisión existente, el 7, que finalmente le permitió integrar el programa “La troupe de la TV”, donde su capacidad de improvisación obtuvo aplausos junto a figuras ya consagradas como Rafael Carret, Zelmar Gueñol, Noemí Laserre, María Esther Gamas, Tincho Zabala y Humberto Ortiz, el que luego fue “Coquito” en “El capitán Piluso”.

Ese programa, que tenía libretos de Ortiz y en el que Olmedo se permitía toda clase de “morcilleos”, amenizó las tardes de varias generaciones que tomaban la merienda pendientes de sus aventuras y mostró el crecimiento de un actor poco valorado al principio y que demostró cómo se puede triunfar sin haber pasado por una escuela de actuación.

En Canal 7 Olmedo fue “tiracables”, “swicher” y técnico en lo que hiciera falta, habilidades de las que nunca abdicó y que le valieron el respeto de los trabajadores detrás de cámara aun cuando ya era un figura famosa.

Así fueron llegando programas como “Operación Ja-Ja” (1967, Canal 11), un programa de Hugo y Gerardo Sofovich en el que debutaron Javier Portales y María Rosa Fugazot, y “El botón” (1969), donde era uno más entre varios grandes, hasta llegar a “Fresco y Batata” (1973, Canal 13), en el que lideraba el reparto junto a Jorge Porcel, desde entonces casi su socio exclusivo.

Ya sus personajes “Rucucu” y “El yeneral González” eran festejados por el público y en diciembre de 1970 organizó una emisión a beneficio de la Casa Cuna y el Hospital Argerich en el que batió el récord de permanencia en cámara, lo que le dio mayor repercusión pública.

Ya mito popular en vida, en mayo de 1976, con la dictadura cívico-militar a punto de cumplir dos meses, anunció su “desaparición física” en la apertura del programa “El chupete”; la broma fue muy pesada y su estrella se oscureció ante las autoridades de los canales y aún el público.

Esa estrella reverdeció gracias a “Alberto y Susana” (1980), junto a Susana Giménez, con la que ya había hecho cine y teatro de revistas, y sobre todo a Hugo Sofovich, que con “No toca botón” (1987) consolidó al bufo y a sus personajes, cuya carrera parecía no tener límites.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla