La avenida 60 desde 167 a ruta 36, un acceso clave del sector hortícola en terapia intensiva

Con un paisaje dominado por los pozos, los pastizales cada vez más altos, la basura dispersa a un costado de la traza y la escasa iluminación, el tramo de la avenida 60 que va desde la calle 167 hasta la ruta 36 está en terapia intensiva.

Por eso esta semana los reclamos de los vecinos de Los Hornos apuntaron al mal estado de esa arteria, que es clave para los productores rurales. Según lo describen los automovilistas, el pavimento está plagado de baches como resultado del intenso tránsito de camiones, lo que complica la circulación; pero además, destacan, hace tiempo que las banquinas fueron ganadas por pastizales y en algunos tramos la recolección de residuos es, cuanto menos, insuficiente.

Un frentista de la calle 60 y 174 comentó que los pozos en la avenida son tan profundos y reiterados a lo largo de la traza que “algunas veces somos los propios vecinos quienes los tapamos”.

“Además -dijo- no hay veredas y el micro tampoco llega, lo que implica que la gente que sale temprano o vuelve de trabajar tiene que caminar hasta la 167, porque hasta ahí llega el colectivo”. Esa situación, sostuvo, además de un trastorno cotidiano, representa un riesgo, no porque los peatones transitan en condiciones inseguras, sino porque de noche la zona es una “boca de lobo”. Y resaltó: “Varias veces hemos sido víctimas de robos por los pastizales y la poca iluminación”.

“No pretendemos que nos dejen una “súper avenida” sino que al menos la mejoren, pongan iluminación y construyan vereda para los transeúntes”, comentó.

Los vecinos dicen que llevan años esperando el arreglo del pavimento. En reiteradas ocasiones se ha denunciando, por caso, que “los automóviles y los camiones que sacan la mercadería a la Ruta 36 utilizan las veredas para circular porque hasta las banquinas están destruidas”.

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“El asfalto casi no existe, está todo comido por los pozos”, comentó Amelia, otra vecina de la zona.

Manuel Correa, productor de la zona, comentó que hicieron reclamos ante la Municipalidad de La Plata -aunque la traza depende de Vialidad provincial- pero hasta ahora no han obtenido soluciones. “Se pasan la pelota mutuamente, estamos cansados”, coincidió un vecino.

Tampoco hay señalizaciones viales ni demarcaciones a lo largo de la traza, desde 167 hasta la altura de 191.

Con vinculación directa hacia la ruta 36, el trayecto es clave en una zona de fuerte actividad productiva, con invernáculos, viveros y plantaciones. De ahí que sirva de corredor de camiones con carga que se distribuye en la Región.