La seguridad está en terapia intensiva, dentro y fuera de los centros de salud de La Plata

Golpes, amenazas y robos, adentro y afuera, de día o de noche, ya son parte de una lamentable rutina en los centros de salud de la Región, sin importar que sean públicos o privados. La Unidad de Pronta Atención (UPA) de Los Hornos fue el escenario de un grave incidente ayer a la madrugada, con un hombre y una mujer policía heridos.

Allegados a un paciente de un instituto cercano al Bosque denunciaron que le robaron “dos celulares estando internado en grave estado”. Y los vecinos y comerciantes de los alrededores del Policlínico aseguran que los asaltos “se cuentan de a minutos”.

En todos los casos se quejan de lo mismo y reclaman en consecuencia: falta de vigilancia y prevención.

golpes y amenazas

El incidente en la UPA que funciona en 135 entre 65 y 66 sucedió en dos capítulos. El primero, a las 4 de la mañana, lo contaron empleados del lugar que fueron testigos de la intempestiva irrupción de “varias personas” (algunos hablaron de una veintena) que “venían persiguiendo a un hombre y se metieron adentro del edificio, donde lo golpearon”. Un par de enfermeras que estaban allí “se encerraron para que no las agredieran”, hasta que los atacantes se fueron y la víctima se retiró por su cuenta, explicaron.

Apuntaron que este tipo de incidentes “son recurrentes”. Y cuestionaron la falta de vigilancia. Ante la consulta de este diario, fuentes de la Policía informaron que a las 6 de la mañana “hubo una confrontación en el playón del UPA”, de la que participaron dos hombres de 28 y 29 años y una menor de edad, quienes “agredieron al personal policial”. Según el reporte, resultó con heridas una oficial de la Policía Local y dañada la ventanilla de la puerta trasera de un patrullero de esa misma fuerza.

Los tres fueron demorados por resistencia y atentado a la autoridades, lesiones, amenazas y daño calificado. A la chica la llevaron al San Martín para una evaluación psiquiátrica y el fiscal de menores dispuso su libertad. Personal del UPA refirió que la adolescente tendría alguna relación con el hombre que había sido agredido un rato antes.

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vivir con miedo

Quienes trabajan en los comercios de los alrededores del hospital San Martín saben que los robos son moneda corriente desde hace años, como un acecho permanente que forma parte de sus rutinas. Lejos de resignarse, demandan que “las autoridades y la Policía” adopten las medidas de prevención necesarias para “no vivir con el corazón en la boca”. Así lo reflejaron en una recorrida que hizo EL DIA. “Siempre hubo robos por acá, pero todo se puso peor desde hace poco más de un año, cuando sacaron a las chicas policías que con su sola presencia disuadían a los ladrones”, dijo un vecino, apuntando que la mayoría “son pibes”.

Al margen de este panorama, varios se animaron a revelar -en el anonimato, para evitar represalias- que a pocos metros de la entrada al hospital, en 1 y 70, “venden droga algunos de los que supuestamente lavan autos estacionados”, además de marcar como otro punto de venta “la cuadra de 2 entre 71 y 72”.

“Es como la Zona Roja -compararon- todos sabemos y vemos, pero nadie hace nada para terminar con el problema”. Entre los comerciantes y empleados de la zona, hubo alguien que resultó por demás gráfica al momento de describir el estado de cosas. Se trata de Hilda Carranza (60), tía del dueño de un local de ropa situado justo enfrente del San Martín. “Acá roban por minuto”, dijo, aportando que “no se ve seguridad de ningún tipo. Y lo más llamativo es que muchos de los robos se dan a plena luz del día”.

“En este negocio es común que vengan chicas con la excusa de probarse ropa, pero se van con la prenda puesta y escapan corriendo”, relató, en alusión a una variante dentro de la modalidad de las mecheras.

Alexis Dioses (36) es encargado de un kiosco que está a pocos metros de ahí. “En lo que va del año ya nos robaron tres veces, entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde”, chicos “de entre 16 y 17 años, en algunos casos con un revólver”. Agregó que “suele andar por acá una bandita de pibes, que entran en el negocio y te llevan de arrebato algunas mercaderías”, situación que ha ocurrido en “muchos comercios de la zona”. Puntualizó que “hace falta más presencia policial”, sobre todo de noche. En este panorama, la inseguridad también golpea fuerte entre los pacientes, sus familiares y personal que concurre a diario al hospital. Mario (24), vecino del lugar, mencionó que “en los puestos de choripanes hay juntadas de chicos que van desde los 17 a 27 años, que lavan o cuidan autos y venden celulares que son robados. La gente del barrio, principalmente los abuelos, les tienen miedo”, remató.

indignante

La inseguridad y la solidaridad se entremezclaron curiosamente en una historia que tiene como protagonista, y víctima, a Sergio Torres, un hombre de algo más de 70 años que está internado desde hace cuatro meses con una enfermedad terminal en un centro asistencial privado cercano al Bosque platense.

Según sus allegados, en el último mes le robaron dos teléfonos celulares, el segundo de ellos comprado por compañeros suyos del Círculo de Ajedrez local que hicieron una colecta para reponerle el primero. Gabriel (34) es uno de los ajedrecistas que suelen compartir partidas y momentos con el jubilado internado. Profundamente indignado, expuso que sospechan de personal de ese establecimiento médico. “El propio Sergio nos contó que a los dos celulares se los llevaron mientras él dormía en su cama del tercer piso, antes del cambio de guardia del personal, que se hace a las 2 de la tarde”.

Sus amigos lamentaron “que se hayan aprovechado de su situación personal, porque es un hombre grande, seriamente enfermo y sin nadie que lo acompañe en La Plata”, como cuestionaron también que la clínica “solamente tenga un empleado de seguridad para los cinco pisos del edificio y que, al menos en el tercer piso, no haya ninguna cámara de video”. Según Gabriel, ya expusieron estas quejas a las autoridades del lugar.

“Entraron en patota y las enfermeras se escondieron”

Juan José Testigo en la UPA

“La clínica no es responsable de los objetos de los pacientes, pero sí de su seguridad”

Gabriel Amigo de paciente asaltado