Christina Lindberg: la vengadora retro que inspiró “Kill Bill” y protagoniza la nueva cinta del platense García Bogliano

En 1973 el director sueco Bo Arne Vibenius decidió hacer “la película más comercial de la historia”, para recuperarse de su anterior aventura, una cinta que lo había dejado al borde de la quiebra. Llamó a quien era “la mujer más famosa en Suecia en ese entonces”, la modelo Christina Lindberg, pero “como no creían que fuera una gran actriz, me hicieron muda”, se ríe la actriz, periodista y activista sueca, una de las visitantes ilustres del BAFICI, que se lleva a cabo en Buenos Aires hasta el domingo.

Su falta de habla sería justificado en el guion de “Thriller: una película cruel”, uno de los clásicos del cine de explotación de los 70 que se proyecta en el foco que el festival ofrece sobre la carrera de Lindberg, por el trauma que su personaje, Madeleine (llamada Frigga en la versión que se conoció en todo el mundo), arrastra de una infancia dura, donde fue violada. Pero las desventuras siguen para la pobre Madeleine, luego secuestrada y forzada hacia la prostitución. Un día, por negarsele a un cliente, le quitan un ojo. Desde ese momento, Madeleine, con un emblemático parche sobre el ojo, comienza a ahorrar para tomar clases de manejo, artes marciales y tiro (que Lindberg tuvo que replicar para el filme, además de, claro, “aprender a hacer todo con un ojo solo”) para llevar a cabo su venganza.

Hoy una película de culto alimentada por las leyendas que la rodean (dicen que para la escena en que Madeleine le quita un ojo a uno de sus victimarios se usó un cadáver real, que obligaron a la actriz a inyectarse sales en las escenas de drogas, y que los productores sacaron un seguro de vida para Lindberg, porque en el filme se usaba munición real), también es una película de trama familiar para muchos: Quentin Tarantino se inspiraría en Madeleine para la protagonista de “Kill Bill”, dándole además su emblemático parche a Daryl Hannah, una de las némesis de “La Novia”.

Pero en aquellos años, el cine de explotación mostraba una tendencia creciente: mutaba velozmente hacia la pornografía. “Thriller”, de hecho, tiene escenas explícitas, “aunque todos saben que no soy yo”, cuenta Lindberg en diálogo con EL DIA. En medio de ese fenómeno, Lindberg dejaría el cine con una veintena de créditos en cinco años y apenas 24 primaveras cumplidas.

“Luego me arrepentí de haber dejado tan temprano, pero las películas en las que actuaba eran especiales, actuaban grandes actores de la escena nacional, la escena era la misma que trabajaba con Ingmar Bergman. Eran grandes producciones. Pero alrededor de 1974, las películas que hacía empezaron a mutar al porno: yo empecé como modelo de revistas adultas, pero siempre había jurado que no iba a hacer pornografía”, cuenta la actriz.

“Me arrepentí de haber dejado el cine tan rápido, pero el tipo de películas que hacía empezó a mutar al porno”

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Chistina Lindberg
Protagonista de “Thriller”

Su última experiencia en cine aquellos días, producida en Alemania, la rodaba juntó a Gerard Damiano, realizador de “Garganta profunda”, cuando decidió abandonar el proyecto al enterarse que, durante las noches, se filmaban en secreto escenas explícitas para introducirlas en la película. “Le avisé a mi compañera que me iba a casa, y fuimos al aeropuerto en el medio de la noche, de vuelta a Suecia”.

De su gran escape pasaron más de 40 años. “Dejé mi carrera en cine en 1974, estudié y trabajé como periodista durante 30 años, fui dueña de una revista de aviación escandinava”, relata Lindberg, sobre la vida que llevó tras su partida de la industria. Mientras tanto, aquellas películas se volvieron sumamente influyentes para una camada de realizadores.

Un fenómeno que, cuenta la actriz, “me sorprende”, aunque afirma que no tanto de “Thriller”, que “no es igual al resto de las películas que hice. Mientras hacía el resto, todos bromeaban que los guiones eran flojos, y todos se reían de que solo yo trataba de tomármelo en serio, de encontrar algo que pudiera expresar, para no aceptar que estaba haciendo una película de mierda. Pero ‘Thriller’ era diferente”.

“BLACK CIRCLE”

“Thriller”, que mostraba de forma contradictoria escenas de gran violencia hacia las mujeres y, a la vez, una protagonista poderosa (“me violaban, pero no era una víctima, era una sobreviviente. Las feministas hoy piensan que mis películas son bárbaras. Pero en aquellos días, te prometo que no pensaban así”, dice al respecto Lindberg), inspiraría no solo a Tarantino, sino también al platense Adrián García Bogliano, que la contrató para su último filme, “Black Circle”, que también se proyecta en el BAFICI y marca el regreso de la intérprete sueca al largometraje.

“Hace tres años vendí mi compañía... y tenía mucho tiempo libre. Y hay que hacer algo en la vida: yo vivo en el campo, en las afueras de Estocolmo, así que estoy ocupada, pero quería hacer algo con personas, no solo hablar con animales. Amo a los animales, pero tengo que estar con gente también”, revela sobre su regreso al cine Lindberg, activista que pasó los últimos años defendiendo a una especie de lobo que el gobierno quería erradicar para que la zona no sea peligrosa para la caza, aunque finalmente ganó la política (“Me rompe el corazón. El lobo no le hacía mal a nadie, pero la gobernadora era cazadora y se salió con la suya. Es terrible. Es importante que compartamos el mundo con otros”).

Su llegada a “Black Circle” tiene que ver, de forma indirecta, con el “préstamo” de Tarantino. Lindberg halaga al director de “Pulp Fiction” por haber reconocido su inspiración, a diferencia de, por ejemplo, Lars Von Trier, que tomó ‘Anita: ninfómana sueca’ y la rehizo en ‘Ninfómana’, pero no lo reconoció. “No fue igual de generoso, muchos cineastas no quieren admitir que se han inspirado en estas películas”, lanza la sueca; pero Tarantino sí citó la fuente y “fue genial, porque cuando Tarantino dice algo, la gente escucha: gracias a él pude viajar por festivales en todo el mundo”.

Y de paseo por el planeta, se encontró con Rickard Gramfors, que “estaba en el negocio de las películas retro” y que “iba a producir ‘Black Circle’, el nuevo trabajo de Bogliano, que era fana de Ingmar Bergman y de ‘Thriller’, una combinación que le hizo decidir que quería hacer una película conmigo”.

Bogliano escribió una parte especialmente para Christina, que cuenta que “había visto algunas de sus películas, es maravilloso”, aunque se queja de que le escribió un papel donde “tenía que hablar mucho”: quien fue muda en buena parte de su carrera, no solo en “Thiller”, no sorprende al revelar que “no me gustan las películas con tanto diálogo, me gusta actuar con el cuerpo”.

“Black Circle”, un filme de suspenso psicológico poblado de dopplegängers, música clásica, exorcismos e hipnosis, cuenta también con Inger Nilsson, la Pippi Longstocking original, en el elenco, y relata la historia de dos hermanas se reencuentran luego de un tiempo. Una de ellas revela el secreto detrás de su éxito: escuchar un antiguo disco de hipnosis antes de dormirse, y le aconseja a la otra que la imite. Lo que sigue, claro, es el descenso en un filme “bien extraño, es como una película de culto hecha hoy. No es una cinta fácil, te puede gustar pero la podés odiar: pero te vas a quedar pensando. Y esto es algo genial, creo”.