
Por qué este jueves no habrá clases en las escuelas primarias bonaerenses
Uno por uno, cómo votaron los diputados el rechazo al veto al Garrahan y universidades
VIDEO. Trágica caída de un caballo en La Plata: murió el jinete de 18 años
De Riquelme a Toviggino, los dirigentes que estuvieron en La Plata junto a Tapia en el estadio Único
"Se va a meter": se supo para que se usará el pene gigante que apareció en La Plata
VIDEO. Robo, tiros y muerte en La Plata: "un barrio con miedo", el día después en Tolosa
Así atraparon en pleno Centro un ladrón tras el robo a un comercio de celulares
En vivo, Andy Kusnetzoff quebró en llanto por el ajuste de Javier Milei
¡Bombazo! Evangelina Anderson sorprendió en su viaje a Europa: “Tengo novio”
Causa Vialidad: Cristina Kirchner y los demás condenados deberán pagar $685.000 millones
La Reserva Federal bajó la tasa de interés y abre expectativas para la economía argentina
Caso $LIBRA: Lijo declaró la incompetencia de la jueza Servini y la causa pasará a otro magistrado
Finalizó el escrutinio definitivo de las elecciones bonaerenses: cuándo se conocerán los resultados
Celular 5G, TV Led y un metegol: EL DIA premia a sus suscriptores con sorteos imperdibles
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
CLAUDIO PORTIGLIA (*)
Si estremece toda muerte más o menos cercana, la muerte de un ícono convierte el estremecimiento en conmoción social. Por horas, por días, a veces por semanas, se multiplican los recuerdos, las eventuales vivencias, las reflexiones, las valoraciones, los mitos. A los muertos se les adjudica virtudes que quizá no tuvieron y, si el muerto es icónico, las presuntas virtudes devienen verdad.
Hoy (ayer) se murió la Coca Sarli y el tema es ineludible. Perteneció a la selecta casta de las megaestrellas y nadie como ella encarnó la rebeldía y el deseo en una época de pacatería heredada y de censura y prohibiciones adquiridas.
Tres generaciones, cuatro, tuvieron a la Coca como símbolo de lo sexual. Y lo sexual, se sabe, es energía motriz de las personas y de los grupos que las personas integran. Es difícil imaginar la Argentina -la América- de la segunda mitad del siglo veinte, con todas sus convulsiones y todas sus reivindicaciones, sin la presencia apetecible y señera de la diva de ‘El trueno entre las hojas’, de ‘Carne’, de ‘Fuego’, de ‘Fiebre’. Isabel Sarli, como ningún otro, simbolizó la rebelión ante lo prohibido y lo pecaminoso y animó lo posible, aunque lo posible, por entonces, pareciera lejano y esquivo.
Tuve un compañero de trabajo, durante mi primera juventud, que sentía devoción por la Coca y que coleccionaba los afiches de todas sus películas. Era un hombre mayor. Fue un maestro de vida para mí -de esos maestros que enseñan exactamente lo que se necesita aprender- y cuando hice mi primer viaje a Bahía Blanca, donde la empresa para la que trabajábamos estrenaba distribuidor, me lo llevé como acompañante.
Yo no conocía Bahía y él había hecho la colimba en la ciudad portuaria cincuenta y pico de años atrás. Allí había dejado una novia. Nos alojamos en el Gran Sur, a media cuadra de la plaza central, y yo lo notaba ansioso por visitar la plaza. Nos dimos una ducha y fuimos. Se ubicó espacialmente como pudo (la Gath y Chaves que tenía como referencia en la memoria ya no existía y Bahía era un conglomerado de edificios en torre) y se dirigió con determinación hacia un banco en el cuadrante que daba al Museo.
- Acá nos veíamos con la pebeta, che pibe -me dijo y se le empañaron los ojos-; mirá si me la encuentro…
LE PUEDE INTERESAR
Los adioses en Twitter
LE PUEDE INTERESAR
Euge Tobal mostró por primera vez su pancita de embarazada
Yo me quedé callado. Después caminamos unos metros, hasta la calle comercial, y nos metimos en un cine. Daban dos continuadas de la Coca Sarli. Una era ‘La burrerita de Ypacaraí’; de la otra, no me acuerdo. El Osvald estaba conmovido. Cuando salimos y volvíamos caminando al hotel, pasamos otra vez por delante del banco donde nadie esperaba. Y con la misma niebla que le empañaba los ojos azules, me miró y me dijo:
- ¿Sabés que se parecían...?
(*) Escritor
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Full Promocional mensual
$690/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6470
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Básico Promocional mensual
$530/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4190
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro DNDA Nº RL-2024-69526764-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí