Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Opinión |PANORAMA NACIONAL

En plena discusión interna, el oficialismo busca apuntalar a Alberto Fernández

Crece en la coalición gobernante la idea de fortalecer el Gabinete nacional, aunque las versiones generan desconfianzas. El silencio de Cristina sobre Venezuela y el posicionamiento de Massa

En plena discusión interna, el oficialismo busca apuntalar a Alberto Fernández

Desde el oficialismo intentan apuntalar a Alberto Fernández / Presidencia

Mariano Spezzapria

Mariano Spezzapria
@mnspezzapria

11 de Octubre de 2020 | 02:20
Edición impresa

El peronismo gobernante está en plena discusión interna. Las voces que reclaman un cambio en el Gabinete de Alberto Fernández se hacen escuchar entre los distintos sectores del Frente de Todos. Los rumores se expanden al ritmo de la crisis del dólar y de la imperiosa necesidad del Gobierno de dar en la tecla para “encender la economía”, como pregonaba el Presidente en la campaña que lo depositó en la Casa Rosada, antes de que la pandemia apagara todos los motores.

Las sospechas siguen a la orden del día: están los que creen que detrás del “operativo desgaste” a algunos ministros está la vicepresidenta Cristina Kirchner; los que piensan que Sergio Massa quiere ser jefe de Gabinete y que por eso echa a rodar las versiones; y los que no identifican el origen de los comentarios pero aseguran, de todos modos, que al Gobierno le hace falta una oxigenación política para encarar la reconstrucción económica.

“Siempre pensamos que este Gabinete era para el primer año de gobierno. El desgaste fue muy grande durante la pandemia y necesitamos darle más volumen político a la defensa del Presidente”, deslizó un intendente del Conurbano que habla con Cristina y tiene llegada a la mesa chica del albertismo.

La idea de apuntalar a Fernández recorre a todo el oficialismo. Existe en el FdT una genuina preocupación por la caída de la imagen presidencial en las encuestas. Así alumbró la convocatoria virtual de la CGT al acto por el 17 de octubre, en el que no faltarán quienes propongan que Alberto encabece una lista única para presidir el PJ nacional.

El oficialismo necesita conjurar el internismo que puso en evidencia el culebrón oficialista en torno al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

El hecho de que una dirigente de segundo orden como Alicia Castro se haya animado públicamente a desafiar al Presidente y que éste le pidiera sin éxito que no renuncie a su designación como embajadora en Rusia, hizo mucho ruido político en el peronismo, acostumbrado a los liderazgos verticalistas.

EL SILENCIO DE CRISTINA

El silencio de Cristina también disparó interpretaciones de todo tipo: desde que “dejó hacer” al ala chavista del FdT con duros cuestionamientos a Fernández y al canciller Felipe Solá; hasta que comprende que no es momento de hablar porque el Gobierno necesita el apoyo de los Estados Unidos para las negociaciones que acaban de comenzar con el Fondo Monetario Internacional. Tal vez la ex presidenta considera que debe tener un ala izquierda y otra más cercana al peronismo tradicional que mantenga lazos con la clase media.

En rigor, la posición de Buenos Aires y la de Washington no difiere en la condena a las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, pero el Gobierno argentino piensa que debe haber una salida que incluya al chavismo residual y el norteamericano que debe darse una renuncia previa de Maduro, para que el proceso electoral no se realice bajo la tutela del Ejército bolivariano.

La alianza con la Venezuela de Hugo Chávez y luego de Maduro llevó a Cristina a cometer el peor error de su carrera política: el memorándum con Irán por la causa AMIA, que le costó carísimo en cuanto a su credibilidad tanto en la Argentina como en los principales centros de decisión mundiales. Y a ello se sumó la muerte del fiscal Alberto Nisman, que tuvo un impacto político determinante en la salida del peronismo del poder en 2015, tras 12 años de gobierno.

Por eso, el apoyo de Fernández y Solá al Informe Bachelet, la ex presidenta de Chile de reconocido prestigio internacional, viene a reparar años después aquel mal paso de Cristina por parte de un sector del peronismo que fue crítico del kirchnerismo: basta recordar que Felipe fue candidato opositor en 2009 (junto a Macri y De Narváez) y luego en 2013, en la lista que encabezó Massa. Y que Alberto jugó con Florencio Randazzo en las elecciones de 2017.

En la política exterior existe otro elemento interno en el Gobierno que difiere de la mirada histórica del kirchnerismo y que encarna el secretario Gustavo Beliz, de sólidos nexos en los organismos internacionales y en el Vaticano.

Ni a Solá, y seguramente tampoco a Beliz, les cayó en gracia que Aníbal Fernández apareciera dos días de la semana pasada en el sector presidencial de la Casa Rosada. “¡Otra vez este tipo!”, se le escuchó comentar a un dirigente que creía que el múltiple ex ministro era parte del pasado político enterrado del peronismo.

Pero lo cierto es que Aníbal habló directamente con Alberto, lo cual alentó dos versiones: que próximamente ingresará al Gabinete como ministro (algunos mencionan Seguridad, en reemplazo de la antropóloga Sabina Frederic). Otros deslizan, en cambio, que el Presidente lo usó como una suerte de escudo para frenar “operaciones” contra Santiago Cafiero, que señalaban a Massa como candidato puesto para la Jefatura de Gabinete.

MASSA NO VUELVE AL PJ

Aunque el presidente de la Cámara de Diputados no tendría intenciones de dar ese salto político: “Es un cargo en el que quedas a tiro de decreto”, aseguraron en su entorno. También descartaron un posible retorno al PJ y ratificaron que Massa buscará fortalecer el Frente Renovador con un congreso partidario nacional en noviembre próximo.

En un desayuno de trabajo que compartieron el Presidente y Massa días atrás, el tigrense convino con Fernández en la necesidad de marcar su postura cuando vea que el Gobierno se esté “distanciando de la clase media”. Esa lógica aplicó al anticipar la decisión del Ministerio de Educación de fomentar el regreso a las aulas de alumnos terminales del primario y el secundario. Una forma de marcar la cancha al dubitativo ministro Nicolás Trotta.

Otros ministros “albertistas” están en medio de las críticas que se hacen dentro de la coalición gubernamental: los más apuntados son María Eugenia Bielsa (Hábitat) y Matías Kulfas (Desarrollo Productivo). Éste último vio cómo el Senado cambió la ley de Economía del Conocimiento de modo tal que afectó a las grandes y medianas empresas. En el Congreso también se comenta que Máximo Kirchner suele recibir a los empresarios que “no hablan con Kulfas”.

El “intocable” del Gabinete sigue siendo Martín Guzmán (Economía), a tal punto que se estaría imponiendo su opinión sobre un recambio en la cúpula del Banco Central. Ya se sabe que perdió sintonía con Miguel Pesce –un amigo personal de Alberto Fernández- y que tiene mejor relación con Sergio Chodos, el representante argentino ante el FMI.

LA OPOSICIÓN, MOVILIZADA

La oposición observa los movimientos internos del Gobierno decidida a no ser comentarista de la realidad ajena, el principal error que cometió durante los 12 años del kirchnerismo en el poder. Por eso se sumó a la convocatoria de una marcha para mañana (#120) a sabiendas de que la reiteración de protestas callejeras incomoda al oficialismo.

El costo que deben pagar los impulsores de los “banderazos” radica en los cuestionamientos a las aglomeraciones de personas en medio de una pandemia que no está superada, ni mucho menos, en ningún lugar del mundo. Incluso el gobernador radical de Jujuy, Gerardo Morales, se mostró en contra de la marcha de mañana, a la salida del mensaje que compartió con Fernández en la Casa Rosada.

Pero las demandas contra la “impunidad” siguen al tope de la agenda de un sector de la sociedad que constituye la base del electorado opositor a Fernández y especialmente, a la Vicepresidenta. En este contexto sigue pendiente la resolución de la Corte Suprema de Justicia sobre el “per saltum” que presentaron los jueces desplazados Bruglia, Bertuzzi y Castelli.

La desconfianza entre el oficialismo y la Corte volvió a manifestarse en el vacío que el Gobierno le hizo a una convocatoria del presidente del tribunal, Carlos Rosenkrantz, a una reunión interpoderes sobre derechos humanos. En tanto que los diputados opositores buscarán que su denuncia contra una sesión remota de la Cámara baja llegue a ser tratada por los jueces supremos.

A su vez, el avance de la “Comisión Beraldi” que estudia una reforma de la Corte pone bajo la lupa el desempeño de los magistrados del máximo tribunal del país. Se trata de una cuestión delicada en el plano institucional, que también influye en el clima de negocios que la misión del FMI pidió regenerar en las diversas reuniones que tuvo durante la semana, antes de partir hoy mismo hacia Washington.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $1870

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2880

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $1870.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla