El Bosque, su último santuario, lo despidió entre el llanto y la conmoción

Hay imágenes que quedan para siempre en la memoria. Son parte de momentos que marcan un antes y un después en las historias personales, y en los que uno recuerda exactamente el lugar en el que se encontraba al momento de suceder. Sin dudas, la muerte de un símbolo como Diego Armando Maradona se convertirá, paulatinamente, en uno de ellos.

Es por eso que los hinchas, sin importar distinción en cuanto a los colores, buscaron la forma de rendirle un sentido homenaje a uno de sus máximos ídolos, sin dudas quien mejor trató a la número “5” a lo largo de su impresionante carrera con la camiseta de la Selección Argentina, que encontró en Nápoles su segundo hogar.

Así, tras el deceso, que se dio a conocer cerca de las 13 y generó un impacto a nivel mundial, la reacción de muchos de ellos fue la de acercarse al Juan Carmelo Zerillo, el último estadio que visitó Maradona y el cual le sacó su última sonrisa sobre el verde césped, el lugar que tanto amó.

SU ÚLTIMA CASA FUTBOLÍSTICASE TRANSFORMÓ EN SU SANTUARIO

Rápidamente, una bandera con la imagen de él feliz junto a su madre, “Doña Tota”, se apoderó de la entrada de acceso de los socios, con la leyenda: “María creó a Jesús y Doña Tota a Dios”.

Inmediatamente, las flores acompañaron la ceremonia y luego distintas velas se encendieron para desearle el descanso en paz a quien pocas veces pudo encontrarla en la tierra.

Aproximadamente a las 15.30, desde el Club se tomó la decisión de abrir las puertas de un estadio en el que ya se encontraban cerca de cien personas afuera, para que cada uno pudiera llevar adelante su duelo personal, puertas adentro, de cara al campo de juego.

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Así, muy lentamente y no sin antes extender sus manos para tocar la mencionada bandera y persignarse, poco a poco los hinchas se fueron ubicando en la popular que da al Bosque, en la que las distintas imágenes reflejaban la misma sensación: incredulidad y mucho dolor.

La monotonía de un silencio ensordecedor sólo se rompía con los llantos que empapaban las camisetas de Gimnasia y Nápoli, de las que más se vieron y todas con el 10 en la espalda, pero no sin ser las únicas para despedir a Maradona.

Algún que otro cántico, algo que tanto se extraña en esta época de pandemia, también irrumpió, con el mensaje: “Diego no se murió, Diego no se murió. Diego vive en el Bosque la p... madre que lo parió”, que nucleó a absolutamente todos los presentes.

Cerca de las 17, ya con más gente dentro del estadio, se dio el primer aplauso cerrado de los tantos que acompañarían una jornada de profunda tristeza y dolor, con Maradona como único protagonista.

Asimismo, aquellos que no ingresaron, pero que sí pasaron por las inmediaciones del Bosque, aportaron lo suyo con “bocinazos” que acompañaron una segunda y tercera tanda de aplausos respetuosos, que no fueron ni serán los últimos para el Diez.

“SE FUE ALGUIEN QUE NOS SACABA UNA SONRISA Y UNA ALEGRÍA”

Ante tanto rostro estupefacto y triste, el mensaje de los presentes en la tribuna que da al Bosque recorrió los mismos lugares.

Con lágrimas en los ojos, uno de los tantos que se acercó al Juan Carmelo Zerillo en compañía de su pareja, intentó explicar las sensaciones dentro de un día que quedará para la historia.

“Se fue alguien que nos sacaba una sonrisa y una alegría”, indicó. “Es algo triste y que afecta y duele un montón. Hay que recordarlo de la mejor manera posible, como lo que fue. Con sus cosas buenas y malas. Pero siempre fue el Diego. En todo el mundo fue el Diego”, explicó.

Su pareja, tan consternada como él, agregó: “Es mentira. No se puede creer. Uno mira el noticiero y lo mira mil veces. Y lo mirás y es lo mismo. No hay forma de revertir esto. Pero tratamos de despedirlo de la mejor manera”, fue su mensaje.

Un tercero indicó: “Cuando me enteré de la noticia estaba trabajando en la oficina. Y decidí ir a mi casa a cambiarme y venir para acá”. “Tuve la necesidad de compartir esto con toda la gente de Gimnasia. Me largué a llorar. Para mí Maradona es lo más grande que hay. Y tenerlo en sus últimos momentos con los colores de Gimnasia, más no se puede pedir”, completó.

Un último, visiblemente conmocionado, no pudo decir más que: “Para mí, Maradona es Argentina”.

UNA DE SUS “ELEGIDAS”

Si algo ha demostrado Diego Maradona a lo largo de su vida es la capacidad de cambiar la de determinadas personas que luego pasan a ser reconocidas por esa elección del Diez. Y entre los tantos rostros presentes, mirando a la nada, se encontraba Lucía Guiñazú, integrante del plantel de Primera del Lobo que generó los elogios de Diego luego de aquel golazo convertido ante Independiente en octubre del año pasado. De hecho, tras ver aquella conquista, desparramando rivales, Maradona había dicho: “¡Qué golazo! Ese sí que se puede decir que es un ‘gol maradoniano’, no como otros que se la llevan picando. Vos aguantaste una carga, dos cargas, tres cargas, y cuando definiste, definiste con el arquero ya en el piso. Te felicito”, fueron las palabras del Diez.

Compungida como todos, la volante ofensiva recordó aquel episodio, que hoy toma mucho más valor.

“Fue increíble. Una locura. Lo que me tocó vivir dentro del Club y que él haya estado, me hacen sentir una privilegiada. Estoy más que agredecida por ese momento”, sostuvo emocionada.