Opinan los lectores

“TODO VALE” EN CITY BELL

Marta Lázzaro afirma: “Comienzan con las primeras horas de la madrugada hasta la salida del sol: el espectáculo requiere de la oscuridad de la noche y no acepta miradas ajenas. Son los jóvenes -y no tanto-  que toman las calles céntricas de City Bell para desplegar la exhibición de estruendo motoquero, charlas a los gritos, exabruptos incluídos, autos portadores de música a máximo volumen, todo vale en un escenario de anomia. No existen normas familiares ni sociales . Al término del espectáculo, el auditorio anónimo al que expropió el descanso, encara su rutina de trabajo. Pero es muy difícil por muy injusto y penoso cuando todo `vale`”.