“On/Off”: el corto platense premiado en el mundo sobre la creatividad en la era moderna

A Nicolás Villarreal siempre le interesó la relación entre talento, actitud y éxito. “Admiro mucho a las personas trabajadoras”, dice el realizador platense, que ha sido artista de desarrollo visual y animador para Walt Disney Studios, Jim Henson y Amazon Studios, entre otros. Pensaba en el arrojo por su trabajo que tenían sus héroes, Da Vinci, Tesla, Frida, Beethoven, mientras, en su rol como profesor (es director del Departamento de Desarrollo Visual y Animación 2D de la Academy of Art University en San Francisco, de donde se graduó), observaba a sus alumnos. Y sus celulares. ¿Le servían aquellas pantallas a esos estudiantes para explorar nuevos mundos o solo eran distracciones?

Y entonces, ambas ideas se cruzaron: “¿Qué pasaría si Da Vinci, Tesla, Frida, tuvieran acceso a la tecnología? ¿Cómo la usarían?”, se preguntó, y a partir de allí comenzó a construir “On/Off”, cortometraje animado sobre las conspiraciones del mundo moderno contra la creatividad.

“On/Off” es un corto animado sobre las conspiraciones del mundo moderno contra la creatividad

Esos héroes de la ciencia y el arte son protagonistas del cortometraje. Todos habitan un mundo surreal, abstracto, “medio cubista, con algo de ‘Metrópolis’”, dice Villarreal, un estilo personalísimo de perspectivas planas, con formas geométricas más claras y más oscuras para dar profundidad, y personajes creados en el estilo de Picasso, Miró, Paul Klee. El diseño de personajes, cuenta el cineasta, lo comenzó a explorar para dos murales que pintó en San Francisco y Los Ángeles.

Y a esos personajes históricos los acompaña una muchacha de pelo violeta y sueños artísticos, que “al principio está atrapada, no puede hacer lo que quiere”: en el corto, que ha cosechado ya más de 280 premios en festivales alrededor del mundo (viene de proyectarse en el Ánima cordobés), cuando los celulares se encienden, se dispersa la magia.

LE PUEDE INTERESAR

“Cato”: el debut de Tiago PZK como actor de cine

LE PUEDE INTERESAR

Wanda e Icardi separados: ¿la China Suárez es la tercera en discordia?

Pero, dice Villarreal, en diálogo con EL DIA desde San Francisco, “este corto no es en contra de la tecnología, sino contra cómo se usa la tecnología en redes sociales”. El contexto, señala, es importante. “Es un mensaje más complejo, no es ‘las redes sociales están bien o mal’”, explica, y pone como ejemplo lo que le ocurrió en una de sus clases de modelo vivo: “Tras 20 minutos, hay un freno de 5 minutos. En esos 5 minutos, yo le decía a mis alumnos que no se pongan con el teléfono, que sigan dibujando, que al final del día esos 5 minutos suman, y al final del semestre mucho más. Es como ir ahorrando. Pero una vez estaba dando vueltas y vi a una alumna con el teléfono: estaba listo para darle mi pequeño discurso, pero menos mal que no lo hice. Estaba viendo dibujos de Glen Keane, el animador de ‘Tarzán’, ‘La Sirenita’, ‘Aladino’. Estaba mirando los dibujos y viendo como agarrar el lápiz como él”.

Al lado, cuenta sin embargo, pasó otro alumno, jugando a los videojuegos. “Y tuve el contraste, el contraste entre dos caminos completamente distintos”, cuenta Villarreal. Pero insiste: el problema no es el teléfono: “Lo que me interesa es que el público piense si está dejando de lado algo que aman hacer por cosas efímeras”, afirma.

En ese sentido, ¿qué hacen sus ídolos en “On/Off” con sus celulares? “Da Vinci, Tesla, Frida apagan el celular. Beethoven lo tira. No está mal chequearlo, claro, pero están trabajando en algo que aman, entonces lo dejan de lado. El celular nos conecta pero también nos desconecta”, dice el platense.

Esa desconexión constante de mensajes y pitidos y timelines infinitos en las redes sociales conspira contra la concentración. “Cuando yo era chico no tenía mayores distracciones: yo me ponía a pintar, ponía música, y estaba totalmente concentrado. Y ese momento es muy importante: uno cuando maneja mucho tiempo y de repente se abstrae, y de golpe llegás. Cuando dibujás pasa lo mismo. Pero el celular rompe eso, y eso puede afectar la creatividad”, analiza el realizador presentado por Vogue como una de las mentes creativas más influyentes de América Latina.

LOS PREMIOS

Lanzado hace medio año, “On/Off”, cuarto corto de Villarreal, ha cosechado casi 300 premios en todo el mundo, incluyendo participaciones en diez festivales avalados por la Academia de Hollywood en su selección oficial de cortos, que lo impulsan a ser un fuerte candidato para obtener una nominación al Oscar en su categoría de corto animado.

“El reconocimiento es lindo, pero me interesa que el mensaje llegue. En este caso, quería que el corto te deje pensando al final, te deje una semilla”, insiste Villarreal, y relata que en su vida en el mundo de la animación “aprendí a remover las expectativas, a sacar las emociones, por tantos rechazos”, y ahora sigue el consejo de sus padres: “Hay que hacer lo mejor que se puede, y después que pase lo que pase”.

Villarreal recuerda sus trabajosos inicios en la industria: “Yo me recibí con honores aquí en San Francisco, con el segundo mejor promedio en una camada de 800 alumnos, y pensé ‘ahora mando y empiezo a trabajar en los estudios’. En un mes me mandaron seis cartas de rechazo, la última de Disney, que la hice un bollo y después me arrepentí…”, se ríe el realizador.

“Uno cuando maneja mucho tiempo y de repente se abstrae, y de golpe llegás. Cuando dibujás pasa lo mismo. Pero el celular rompe eso”

Fue su primera aproximación a la industria a la que quiere pertenecer desde chico. “Desde que tengo uso de razón dibujo. En el colegio era muy inquieto, al parecer, y me ponían a dibujar, me quedaba en un costado tranquilo dibujando, dibujando próceres, mapamundis, cualquier cosa”, relata el cineasta que actualmente se encuentra trabajando en su primer largometraje de animación, sobre una idea que tuvo en el Secundario que mezcla “Los tres mosqueteros” y “Alicia en el país de las maravillas”.

EL CAMINO

Pero aunque ya se había enamorado de los movimientos fluidos de “Tarzán”, de la forma de narrar de Brad Bird en “El Gigante de Acero”, del despliegue visual de “Akira”, no había en aquellos años de fin de siglo demasiadas opciones para explorar la animación (tampoco la actual proliferación de tutoriales, por lo cual Villarreal despuntó su amor por el arte estudiando pintura con Miguel Angel Alzugaray. La animación, dice, parecía algo lejano, imposible. “Yo sabía que la animación eran dibujos, pero no sabía cómo pasaba del papel a la pantalla”, dice. Hasta que un día compró el libro “Los tesoros de la animación de Disney” y “me di cuenta de que eso era un trabajo”.

Envió una carta a Disney y otra a Warner, con sus dibujos. Disney le respondió. La carta le decía que en ese momento no estaban buscando a nadie, pero “me recomendaron que estudiara animación, y me dijeron que estaban muy ansiosos de trabajar conmigo en el futuro. No podía creerlo, me quedé tildado”. Así, aunque había comenzado a estudiar Arquitectura en la facultad, la idea de convertirse en animador lo mantenía despierto por las noches. Un día se encontró en una cursada de Arquitectura dándose cuenta de que “no quería hacer eso”. Habló con sus padres y con su apoyo comenzó a estudiar en la Escuela de Animación de Avellaneda.

Villarreal terminó la carrera y se fue a San Francisco a realizar un posgrado. “Yo en ese momento hice el posgrado como uno hace las cosas de chico, pero al año pasó el corralito. Si hubiese esperado un año, quizás no hubiera podido ir”, dice hoy, todavía con cierto susto en el rostro. “Mis papás siempre me dijeron, las oportunidades no hay que perderlas, porque no se sabe cuando vuelven a pasar: cuando te llegan las oportunidades, como están tangibles, en frente de uno, uno piensa que pueden llegar a volver, pero no racionalizás que quizás se va y no vuelve”.

Y algo de eso aparece en “On/Off”, ese impulso de no dejarse distraer con la rueda perpetua de entretenimiento vacío de las redes, de aprovechar el tiempo. “Siempre a mis alumnos: el esfuerzo siempre vale, no importa dónde estés, vos podés estar en La Plata, en Berisso, encerrado en un cuartito dibujando 15 horas por día, o podés vivir al lado de Pixar dibujando media hora por día, y a fin de año, con las dos carpetas, ¿a quién van a elegir? Hoy, con la globalización, además, es más fácil”, analiza al respecto.

Y agrega que lo dice por experiencia propia: el corralito implicó que Villarreal comenzó a recibir menos ayuda económica de casa, y para sobrevivir comenzó a dar clases de Photoshop, clases en gimnasio, clases de español, realizó ilustraciones para un libro de Anatomía (para el que incluso, por azar, llegó a modelar: todo por unos dólares más para sobrevivir). Changas que realizaba mientras iba encontrando pequeños trabajos de animador, de diseñador de personajes: uno de esos trabajos lo llevó a Italia, pero a su regreso, con pocos ahorros, tuvo que irse a vivir con un amigo en un hotel muy barato en el barrio chino.

“Yo quería entrar en Disney y él en Crystal Dynamics: dibujábamos todo el día, de las 9 de la mañana a las 12 de la noche. Frenábamos para comer algo, y comíamos viendo dibujos de artistas profesionales. Y arrancábamos cada semana planteando un tema para dibujar: inventábamos alguna historia, imáginabamos pirámides mayas que eran colosos que se metían adentro de la tierra, y así arrancábamos. Cada semana cambiábamos el tema. Fueron seis meses, y después de esos seis meses, yo mandé mi carpeta a Disney y él a Crystal Dynamics: él entró en Crystal a trabajar en ‘Tomb Rider’ y yo entré en Disney a trabajar en ‘Campanita’”.