El 4,2 por ciento de inflación asustó a los norteamericanos

La inflación en Estados Unidos creció 0,8 por ciento en abril y la estimación anualizada trepó de 3,6 por ciento a 4,2 por ciento, el mayor aumento en los últimos 14 años, y la segunda más alta desde la época del fin de la Guerra Fría, según informó la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU (BLS). El dato arrastró a terreno negativo a los mercados internacionales y generó expectativa de otra posible suba de tasas del Tesoro estadounidense.

“Este es el mayor aumento en 12 meses desde el 4,9 por ciento que se registró para el período que terminó en septiembre de 2008”, aseguró el BLS de EEUU.

El cóctel de elementos que impulsan esta suba es variado. Hay un fuerte aumento del precio de las materias primas, con el cobre y el hierro en máximos históricos, y el petróleo por encima de sus niveles prepandemia. El auge de la demanda global ha provocado un cuello de botella en la producción de dispositivos electrónicos que ha causado escasez por la falta de chips, y al reducirse la oferta, los precios pueden subir más fácilmente.

También explican los expertos que el ahorro acumulado durante la pandemia por los estadounidenses dota de capacidad de compra a aquellos que han seguido percibiendo sus sueldos pero no han tenido oportunidad de gastar tanto como antes. Y los cuantiosos estímulos lanzados por el Gobierno del demócrata Joe Biden en forma de cheques para millones de sus ciudadanos desempleados, el último, de 1.400 dólares, entregado recientemente, inyecta nueva energía al consumo. Pero a su vez, y por este mismo motivo, hay quejas de sectores opositores y empresarios porque aseguran que hay menos gente que se ofrece para algunos trabajos con sueldos cercanos a los mínimos porque les conviene cobrar el desempleo.

También el alza de los precios de la energía y los mayores costos de producción por encarecimientos vinculados a problemas con proveedores derivados de la pandemia, han llevado a que la inflación supere con creces las previsiones del mercado.

DÉFICIT FISCAL Y PRECIOS AL ALZA

Y muchos expertos ponen el ojo en el déficit creciente de las cuentas públicas estadounidenses, derivado también de las medidas contra la pandemia tomadas en los últimos meses.

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Ante esto, las cifras oficiales marcan que el rebote de los precios ha sido drástico. En marzo se publicó un crecimiento interanual de los precios del 2,6 por ciento, un nivel que ya superó el objetivo de la Reserva Federal de EEUU, que se encuentra en el 2 por ciento en el largo plazo. Ahora, una inflación impulsada por un incremento de los precios energéticos superior al 25 por ciento interanual superó todas las expectativas, pero para mal.

Aunque los precios de la energía se han disparado, el índice de inflación subyacente –que no pondera energía ni alimentos sin procesar- también subió con gran intensidad hasta alcanzar el 3 por ciento interanual, aunque el dato mensual marca que “El índice que analiza todos los artículos menos alimentos y energía aumentó un 0,9 por ciento mensual en abril, su mayor aumento mensual desde abril de 1982”, según el BLS.

Casi todos los índices de componentes principales en los que se divide el dato de IPC aumentaron de forma importante en abril. Junto con el índice de automóviles y camiones usados (+21 por ciento interanual), los índices de vivienda (rentas imputadas y alquileres), ocio, seguros de vehículos de motor y mobiliario y operaciones para el hogar se encuentran entre los índices con un gran impacto en el aumento general, sentencia el informe del BLS.

Por ahora, la suba de la inflación y sus posibles consecuencias están golpeando a los índices de Wall Street. Además, el interés del bono de EEUU a 10 años escaló hasta el 1,68 por ciento, mientras que la deuda europea también se ve arrastrada, informa El Economista.