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Enfermeros: la lucha contra la segunda ola desde la trinchera más sensible

Son quienes mantienen el contacto más directo con los pacientes. Dicen que su rol de contención se potenció con la pandemia ante un mal que deja aislado al afectado y un nuevo pico con cuadros de mayor severidad

Enfermeros: la lucha contra la segunda ola desde la trinchera más sensible

Más de 3.000 enfermeros murieron en el mundo en el primer año de pandemia /Télam

16 de Mayo de 2021 | 02:30
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Un escenario de guerra. Así describe María Marta Angelani, licenciada en enfermería y coordinadora general de enfermería de la guardia de emergencias y de los consultorios de COVID del hospital de Berisso, a la situación que le tocó vivir cuando irrumpió en la Región la segunda ola de la enfermedad con toda su fuerza. “Era una seguidilla: ambulancia tras ambulancia trayendo pacientes con problemas respiratorios y cuadros que se complicaban en un tiempo muy breve. Gente más joven que la afectada en la primera ola, con problemas más severos”, cuenta Angelani, quien alguna vez trabajó como decoradora de interiores, hasta que un día decidió hacerse enfermera: una decisión que, dice, volvería a tomar, aún en una situación tan crítica como la que plantea la actual crisis sanitaria. Porque de aquel “escenario de guerra” antes descrito, Angelani destaca un elemento que la impactó: “el peor momento en el hospital se vivió un domingo y hubo que convocar a todo el personal de salud. Y no faltó ninguno: vinieron cansados, con un año de pandemia en los hombros, pero con el compromiso intacto”.

Agotados, conmovidos por una enfermedad cruel que aísla a los pacientes afectados en los momentos más críticos y sorprendidos por lo severo de los cuadros más recientes con relación a los del año anterior, miles de enfermeros de la Región enfrentan la segunda ola de coronavirus desde una de las trincheras más sensibles: son los que están más cerca de los pacientes en los momentos críticos, algo que, dicen, “supone una carga emocional” extra que no se puede comparar con ninguna situación previa a la crisis por el coronavirus.

“Una de las características más crueles de esta enfermedad es que hace al paciente sentirse ´desnudo´. La internación lo obliga a separarse de sus familiares y lo expone a todo el rigor de una soledad que no impone ninguna otra enfermedad. Entonces se hace más importante contención, se hace necesario acompañar a esa persona que cursa su dolencia cargada de miedos e incertidumbres y lejos de sus familiares, a los que no saben si van a volver a ver”, cuenta, por su parte, Georgina López, enfermera del Hospital de Gonnet.

Según los datos que maneja la Asociación Trabajadores del Estado, de los 55.000 trabajadores de la Salud que hay en la Provincia, más de la mitad son enfermeros y enfermeras, quienes conmemoraron durante la última semana su Día Internacional en las particulares condiciones que impone la pandemia y convertidos en una pieza clave en la respuesta del sistema de salud a la crisis sanitaria.

En la fecha, que se conmemora el 12 de mayor desde 1965 para recordar el nacimiento de Florence Nightingale, enfermera, escritora y estadista británica considerada precursora de los conceptos modernos de la profesión, el presidente Alberto Fernández expresó su “eterno agradecimiento” a las enfermeras y enfermeros del país, resaltó su desempeño desde la llegada del coronavirus y consideró que su profesionalismo debe ser reconocido: “son profesionales de la salud y héroes de nuestra patria; por ambas cualidades deben ser reconocidos”.

La necesidad de ese reconocimiento, tanto económico como profesional, aparece también en el discurso de los enfermeros, quienes ganan salarios de entre 45.000 y 60.000 pesos, según se trate del ámbito público o privado- y se ven obligados, como los médicos y otros trabajadores de la salud, a recurrir al pluriempleo para completar su ingreso.

Al mismo tiempo, la pandemia determinó la suspensión de las vacaciones para el personal de salud (con la excepción de licencias extraordinaria) por lo cual muchos de los enfermeros llegan a este punto de la crisis sanitaria extenuados, según ellos mismos relatan.

Un diferencia sustancial entre su situación durante la segunda ola y la primera es que ahora están vacunados contra el COVID, lo que hace que sea menor el miedo a contraer formas graves de la enfermedad.

Con todo, las vacunas no impiden los contagios (aunque previenen las formas severas de la enfermedad y la mortalidad) con lo cual casos positivos y aislamientos siguen siendo habituales entre los trabajadores de la salud.

Los enfermeros llegan a este punto de 2021 extenuados por más de un año de pandemia

Según el último informe especial realizado el 31 de marzo por el ministerio de la Salud de la Nación, 79.606 trabajadores de la salud contrajeron Covid- 19 en todo el país, de los cuales 472 murieron.

En tanto, en todo el mundo, el número de enfermeros fallecidos sólo durante el primer año de la pandemia superó los 3.000, según datos dados a conocer por el Consejo Internacional de Enfermeras y Enfermeros, -federación que agrupa a más de 130 asociaciones nacionales que representan a los más de 13 millones enfermeros de todo el mundo- quienes advirtieron a su vez por el fuerte estrés que atraviesan los trabajadores del área en todo el mundo y la preocupación por el aumento de las deserciones entre sus filas.

Según el organismo, con sede en Estados Unidos, el mundo ingresó en la pandemia con un déficit de seis millones de enfermeros y otros cuatro millones debieran jubilarse a más tardar en 2030.

Georgina López, enfermera del Hospital de Gonnet, dice que la pandemia potenció el rol de contención de los enfermeros, tanto con los pacientes, obligados a estar solos y aislados, como con los familiares.

“La situación de los pacientes es muy difícil, porque en cuanto se separan de sus familiares para internarse se quedan solos, cargados de miedos e incertidumbres. En ese tránsito, el contacto más cercano que encuentra es el enfermero, que tiene que contener, acompañar”, dice.

Para López, “si el primer año de la pandemia se caracterizó por el miedo a lo desconocido, el temor a contagiarse y a contagiar, esta segunda ola nos encuentra vacunados, con el rol de la enfermería fortalecido, por lo que el mayor desafío hoy se trasladó al aspecto emocional”.

Con sueldos de entre 45.000 y 60.000 pesos, la mayoría recurre al pluriempleo

“Se ven casos más críticos en gente más joven y situaciones muy duras, de muchas soledad, pacientes con muchísimo miedo. Y ahí tenemos que estar nosotros no sólo para hacer nuestro trabajo de cuidado, sino también y cada vez más para contener, para dar ánimo. Porque somos el único contacto de ese paciente durante gran parte del día. Y ese paciente a su vez es consciente de lo que le pasa y de lo que le puede pasar y está viendo permanentemente el desenlace de otros casos a su alrededor. En este panorama sin duda la soledad es lo que más pesa en esta enfermedad”, dice López.

Y cuenta la historia de un momento crítico: el de un paciente que estaba a punto de entrar en terapia intensiva y su hijo de 22 años quería despedirse de él, pero no podía entrar a verlo.

“El hombre estaba consciente, así que le saqué una foto con mi celular en la que él saludaba a su hijo y se la pasé al chico, que se puso a llorar, porque no sabía si alguna vez volvería a ver a su padre”.

“Humanizar la estadía del paciente”

Para María Marta Angelani, el gran desafío de esta segunda ola (a la que califica como “shockeante”, por la severidad de muchos de los cuadros que se atienden en el hospital) es el de “humanizar la estadía del paciente” teniendo en cuenta que el coronavirus es una enfermedad signada por la soledad.

“En este momento la empatía con el paciente de parte del enfermero, que es el que pasa más tiempo con él, es tan importante como medicarlo, higienizarlo, atenderlo”, indica Angelani, quien , al desempeñarse en el área de hisopado y en la guardia de emergencias COVID ve “todas las etapas del paciente cuyo estado se agrava y muchas veces sorprende la velocidad del deterioro causado por el virus en esta segunda ola.”

“Si en 2020 reinaba el miedo al contagio hoy el mayor desafío está en lo emocional”

Angelani no duda que las situaciones que hoy vive son las más difíciles que le tocó atravesar en diez años de carrera.

Situaciones, cuenta, “para las que nadie estaba preparado en lo emocional, muy duras, angustiantes. Ver a una persona separada de su familia enfrentar con miedo y en soledad el avance de la enfermedad, mientras ve cómo otros enfermos al lado de él se agravan y mueren es fuerte, sobre todo cuando el desenlace del caso es trágico y uno siente que sus esfuerzos como profesional no alcanzaron. Hay mucha angustia y, si bien el servicio de psicología del hospital ofrece contención a los enfermeros, generalmente se hace catarsis en el mismo servicio. Entre colegas se comparten historias, sentimientos y se descargan las tensiones”.

Para Angelani la gran deuda pendiente de la sociedad con los enfermeros es el reconocimiento, tanto económico como profesional: “la mayoría de los enfermeros tiene hoy dos trabajos porque con uno no le alcanza para vivir y eso repercute en un mayor agotamiento. Además, son pocos los licenciados en enfermería que acceden al escalafón profesional”.

 

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“ Si el primer año de la pandemia se caracterizó por el miedo a lo desconocido, el temor a contagiarse y a contagiar, esta segunda ola nos encuentra vacunados, con el rol de la enfermería fortalecido, por lo que el mayor desafío hoy se trasladó al aspecto emocional" Georgina López, enfermera Hospital San Roque de Gonnet “ Si el primer año de la pandemia se caracterizó por el miedo a lo desconocido, el temor a contagiarse y a contagiar, esta segunda ola nos encuentra vacunados, con el rol de la enfermería fortalecido, por lo que el mayor desafío hoy se trasladó al aspecto emocional" Georgina López, enfermera Hospital San Roque de Gonnet

“El gran desafío de esta segunda ola es el de humanizar la estadía del paciente en el hospital, teniendo en cuenta que el coronavirus es una enfermedad signada por la soledad, ya que el afectado se queda solo, lejos de sus familiares. En este momento la empatía con el paciente de parte del enfermero, que es el que pasa más tiempo con él, es tan importante como medicarlo, higienizarlo, atenderlo”. María Marta Angelani, coordinadora general de enfermería de la guardia de emergencias y de los consultorios COVID, hospital de Berisso

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