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Información General |Un problema que se profundizó en los últimos años

“La precariedad de las casas es cada vez mayor y es difícil cumplir las medidas sanitarias”

La llegada del frío incrementa el riesgo de contagio en casas habitadas por familias numerosas y con graves carencias

“La precariedad de las casas es cada vez mayor y es difícil cumplir las medidas sanitarias”

Alrededor de 50.000 familias viven en barrios vulnerables en La plata / Web

9 de Mayo de 2021 | 05:19
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“Las viviendas de los asentamientos son cada vez más precarias y eso es algo que se nota más desde hace alrededor de cinco años”, dice Pablo Pérez, coordinador de la ONG La Plata Solidaria, quien agrega que “para muchas de las familias que las habitan, que además son familias numerosas, se hace imposible cumplir con las condiciones de salubridad y las medidas preventivas que exige la pandemia”.

Según describe, las viviendas en los asentamientos “en muchos casos hoy no califican ni como ranchos. Hay casillas hechas con carteles de publicidad, con bolsas de nylon, en lugares sumamente inundables, donde no llega ningún servicio, ni siquiera la electricidad”, indica,

Para Rodrigo Martín, director del Observatorio Socioeconómico de la Universidad Católica de La Plata, esta situación se hace más notoria en los asentamientos más nuevos.

“Una característica de este tipo de barrio, generalmente aquel formado en los últimos dos años, es que las casas tienen pocas aberturas o directamente no las tienen. Otra es que siempre se trata de una habitación sola donde conviven familias numerosas. Por lo general lo que se separa es la cocina del espacio para dormir y se hace con una frazada o una cortina antes que con material sólido”, indicó Martín.

Por otra parte, según destaca el director del Observatorio, la propia pandemia derivó en que integrantes de una familia que vivían en distintas casas hayan vuelto a vivir juntos a partir de cuestiones económicas.

“El caso típico es el de la mujer con un hijo que formó una nueva pareja y dejó el hijo al cuidado de su madre en su casa de origen, generalmente una abuela joven, de alrededor de 45 años. Esa mujer, que percibe una Asignación Universal por Hijo (AUH), si esa abuela no tiene un ingreso, vuelve a la casa de origen con su nueva familia para que todos compartan ese ingreso. Y eso lleva a una mayor concentración de personas en la misma casa”.

Por estas razones, Martín destaca que en muchos hogares de los barrios vulnerables de la periferia platense es difícil tomar medidas sanitaris frente a la pandemia, que vino a potenciar las vulnerabilidades que se vivían allí.

En este marco, la irrupción de los primeros fríos en la Región durante la última semana encendió luces de alarma en momentos en los que, si bien la velocidad de los contagios de coronavirus registró una ligera merma, la pandemia sigue pegando fuerte.

Como hoy se sabe, la principal vía de contagio del coronavirus es a través de los aerosoles, esas partículas que permanecen en el aire de los espacios cerrados y mal ventilados.

En los barrios vulnerables, donde las propias características hicieron que se pusiera en práctica un tipo de aislamiento “más barrial que domiciliario”, la llegada del frío hace que los vecinos pasen más tiempo en casas donde se hace difícil mantener condiciones de ventilación adecuadas para evitar contagios.

“La mayoría de los vecinos usa para calefaccionar su casa estufas eléctricas, lo que los lleva a cerrar todo para concentrar el calor y eso los hace más vulnerables al contagio de todo el grupo familiar si uno de los miembros del grupo se contagia”, dice Pablo Pérez.

“Sólo algunos utilizan salamandras o braseros para calentar el ambiente, pero las primeras no son muy bien vistas porque en los barrios hay mucha madera y se favorecen los incendios y además los braseros son peligrosos”, agrega Pérez.

Por otra parte destaca que la mayoría de las viviendas “se componen por un único módulo cuyas únicas aberturas son una puerta y una ventana que suele estar al costado de ésta, lo que no favorece la ventilación cruzada (el sistema recomendado, que permite que el aire circule).

Un factor que favorece los contagios

Mientras tanto, y según destacó el director de la Región Sanitaria XI, Claudio Cardoso, “por lo que sabemos de la experiencia del año pasado, la gran propagación del coronavirus se dio en ambientes cerrados y fue directamente proporcional al número de personas que habitan el lugar o que permanezcan juntas por más de media hora. Hacer una estimación hoy de cómo cambió eso con las nuevas variantes del virus, que se consideran más contagiosas, serían anticiparse mucho”.

“Lo que sí estamos comprobando”, agregó Cardoso, “es que la falta de ventilación, el hacinamiento y la poca circulación de aire favorecen fácilmente el contagio”.

“Hay casillas hechas con carteles de publicidad, con bolsas de nylon, en lugares inundables”

 

 

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