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El Mundo |REUNIÓN EN GINEBRA

Biden y Putin, cara a cara en una cumbre “constructiva”

Ambos expresaron moderada satisfacción tras el encuentro de amplia agenda en el que buscaban bajar la tensión bilateral. Apretón de manos e intercambio de regalos

Biden y Putin, cara a cara en una cumbre “constructiva”

Sonrisas y buena onda, para la foto. Biden y Putin concretaron el tan mentado encuentro en Ginebra / AP

17 de Junio de 2021 | 01:33
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GINEBRA

El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par estadounidense, Joe Biden, se mostraron moderadamente satisfechos ayer de su primera cumbre en Ginebra, que buscaba rebajar la tensión bilateral, aunque el mandatario norteamericano trazó una línea roja en torno a futuros ciberataques.

“Las conversaciones fueron absolutamente constructivas”, dijo en rueda de prensa Putin sobre la reunión de tres horas y media con Biden, quien en una conferencia de prensa distinta calificó de “bueno” y “positivo” el tono de la cumbre.

Pero, en una clara ruptura con la ambigüedad de su predecesor Donald Trump, el mandatario estadounidense aseguró que advirtió claramente a su par ruso contra los ciberataques y la injerencia rusa.

“Le dije claramente que no toleraríamos los intentos de desestabilización de nuestras elecciones democráticas y que responderíamos”, aseguró Biden, en una referencia a la presidencial de 2016.

El mandatario norteamericano también le entregó una lista de 16 “infraestructuras críticas” (energía, distribución de agua,...) que, en su opinión, son “intocables”.

Preguntado al término de la rueda de prensa por una periodista de CNN sobre por qué pensaba que Putin iba a cambiar su comportamiento, se enfureció y dijo que nunca había sugerido tal cosa, aunque luego pidió disculpas por su reacción iracunda.

Ambos presidentes también acordaron iniciar un diálogo sobre “ciberseguridad”.

NO A LA GUERRA FRÍA

En un gesto de apaciguamiento en sus tensas relaciones desde la llegada al poder de Biden a la Casa Blanca en enero, ambos mandatarios acordaron el regreso de sus respectivos embajadores.

Los embajadores “regresarán a su lugar de trabajo. Cuándo exactamente sucederá es una cuestión puramente técnica”, dijo el mandatario ruso, quien también adelantó posibles “compromisos” para un intercambio de prisioneros.

Biden advirtió claramente a su par ruso contra los ciberataques y la injerencia rusa

 

Después de que Biden comparara a Putin con un “asesino”, Rusia llamó a consultas en marzo a su embajador Anatoli Antonov y su par estadounidense en Moscú, John Sullivan, volvió en abril a Washington.

Sobre Joe Biden, el jefe de Estado ruso dijo que era “una persona constructiva, equilibrada”. “Algo que me esperaba”, comentó.

Y sobre Vladimir Putin, su homólogo afirmó que “lo último que quiere ahora es una Guerra Fría” con EE UU, aunque reconoció las diferencias sobre la cuestión de los derechos humanos.

El ruso lanzó ante los periodistas una larga crítica contra EE UU, evocando desde el ataque al Capitolio el 6 de enero al bombardeo de civiles en Afganistán, pasando por la violencia policial contra la minoría afroamericana.

“Son comparaciones ridículas. Una cosa es que criminales rompan un cordón policial (...) otra es que el pueblo desfile hacia el Capitolio y denuncie que no se lo deja hablar libremente”, le respondió Biden.

El estadounidense había advertido que la eventual muerte del opositor ruso Alexei Navalny “deterioraría las relaciones”.

Sobre la suerte del opositor encarcelado tras estar a punto de morir por un envenenamiento que atribuye al Kremlin, Putin se limitó a decir que “este hombre sabía que violaba la ley en Rusia”.

“DOS GRANDES POTENCIAS”

A pesar de las tensiones, la cumbre celebrada en la elegante Villa La Grange, que data del siglo XVIII, comenzó con un apretón de manos entre ambos dirigentes.

Biden había propuesto al inicio de las discusiones a su homólogo ruso una relación más “previsible”, estimando que “dos grandes potencias” debían gestionar sus desacuerdos de forma “racional”.

En los últimos días los observadores recordaban la célebre cumbre en Ginebra entre los presidentes Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov en 1985, que marcó el comienzo del deshielo de la Guerra Fría.

El presidente ruso tiene una larga experiencia en materia de cumbres. Desde que llegó al poder a fines de 1999 ya se codeó con cuatro presidentes estadounidenses. Biden es el quinto.

Muchos expertos coinciden en que Putin ya logró lo que más deseaba: la celebración de la cumbre como muestra de la importancia de Rusia en el escenario mundial.

Biden le regaló a Putin su modelo de gafas de sol preferido, tipo aviador, y la escultura de un bisonte americano de cristal. Mientras que el jefe del Kremlin le obsequió al estadounidense un juego de escritorio de madera laqueada con motivos típicos rusos.

Al irse, Putin aseveró: “Tienes que mirar alrededor tuyo y decirte que éste es un mundo maravilloso”.

Más brusco, Biden se despidió diciendo: “Hice lo que vine a hacer”.

JORNADA CALIENTE

La esperada cumbre comenzó con una imagen que inspiraba poder e historia: ambos mandatarios posaron rodeados de libros con siglos de historia y separados por un antiguo globo terráqueo, evocando una Guerra Fría para la que hacía demasiado calor en el húmedo verano ginebrino.

Sobre Navalny, Putin se limitó a decir que “este hombre sabía que violaba la ley rusa”

 

Biden, a la izquierda y con corbata azul, y Putin a la derecha y prefiriendo el morado para la suya, se mostraron ante la prensa en actitudes muy diferentes, revelando quizás los nervios del primero y la experiencia del segundo, ya curtido en reuniones con todos los presidentes estadounidenses del siglo XXI.

El inquilino de la Casa Blanca cruzaba piernas y brazos y observaba preocupado los empujones y gritos de los periodistas que competían por fotografiarlos, mientras su homólogo ruso, casi hundido en su butaca, miraba casi divertido esta lucha por lograr inmortalizar la imagen histórica.

Biden fue el último en llegar a la Villa La Grange, y también el primero en salir. Lo hizo con un gesto positivo, el del pulgar hacia arriba, pocos minutos antes de que Putin asegurara que en el encuentro “no había habido hostilidad” pese a las diferencias existentes. (AFP y EFE)

 

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