Con un ariete y a los gritos, “polichorros” atacaron a una jubilada en San Carlos

La jubilada de 81 años se encontraba sobre el final de la tarde del miércoles en la cocina de su vivienda de la localidad de San Carlos, preparándose para la cena.

En esos instantes la estremecieron ruidos que primero asoció a disparos de arma de fuego. Parecía que había un tiroteo en la calle. La lluvia que caía en esos momentos, sumaba más confusión.

Para su mala suerte, en realidad se trataba de un grupo de delincuentes que, vestidos con ropa oscura, cubriendo sus rostros con barbijos y valiéndose de un ariete como los que usa la Policía, le estaban destrozando a golpes la puerta de madera reforzada de la entrada principal de esa vivienda, situada en 531 entre 134 y 135.

Eran las 20 del miércoles y pocos segundos bastaron para que la víctima, Lida Marcon (81), comprobara que el peligro que presentía, estaba en su propia casa.

Según le contó a este diario en la tarde de ayer, cuando tuvo frente a ella a tres “polichorros”, intentaron mentirle: “Policía, es un allanamiento”, le gritaron. Otro cómplice permaneció afuera, según algunos testigos.

“¿DÓNDE TENÉS LA PLATA?”

En lugar de identificarse como oficiales de la fuerza mediante credenciales y mostrar papeles, con tono firme le preguntaron “¿dónde tenés la plata?”, recordó la damnificada, todavía angustiada por “el fuerte susto que me llevé”, admitió.

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Es que uno de los asaltantes “me puso una pistola en la cabeza”, detalló.

“Les dije que soy una jubilada que cobra muy poco, que es la verdad, y que podían llevarse mi monedero, como lo hicieron, donde guardaba varios billetes de 100 pesos y dos de 50 pesos”.

Sin embargo, luego ocurrió algo que todavía le sigue despertando curiosidad a Lida. “Uno de los ladrones fue a mi dormitorio y únicamente abrió el cajón de la cómoda donde tenía un billete de 1.000 pesos, que me había dado mi hijo. Es como si tuvieran ese dato”, señaló desconcertada.

HASTA EL GLUCÓMETRO

La banda no se calmó con el rejunte de billetes. “Además de los 1.000 pesos y de más o menos otros tantos que habría en el monedero, me robaron el televisor, el celular que compré hace apenas 3 meses, un bolso donde guardaba el DNI, el carnet de IOMA, el carnet de PAMI, la constancia de haberme vacunado contra el Covid 19 y hasta el aparato para medir el nivel de glucosa” en sangre”, precisó la víctima.

Si bien indicó que los intrusos, a los que describió como “jóvenes que tenían el pelo corto y sabían lo que hacían” no la agredieron físicamente, le resultaron “interminables” los dos minutos y medio que “algunas cámaras del barrio registraron entre el momento en que entraron y se fueron de acá”.

Todavía ayer Lida no se explicaba “cómo me rompieron de tal manera la puerta doble de madera, que además tenía trabas del lado de adentro”.

Ayer, el ingreso a la propiedad estaba provisoriamente cubierto con una placa de madera, protegida con una reja. “Pero con uno de mis hijos ya encargamos otra puerta, todavía más segura”, reflejó la jubilada.

ATARON Y ROBARON A UN MATRIMONIO

A sólo 350 metros de la casa de la jubilada, en 529 entre 135 y 136, una pareja vivió una auténtica pesadilla durante la madrugada de ayer.

Es que según lo informado por voceros policiales, “cerca de las 4.30” tres delincuentes violentaron una ventana de esa propiedad, tras lo cual sorprendieron a un hombre de 73 años y a su esposa de 66 cuando dormían.

Una vez que las víctimas se despertaron, se toparon con esa desagradable situación. Los delincuentes comenzaron a demandarles la entrega de dinero y otros efectos de valor, siempre encañonándolos con un arma de fuego y bajo repetidas amenazas de muerte.

Para asegurarse de que la pareja no ensayara alguna reacción, les inmovilizaron las manos con ataduras. Luego, comenzaron a revisar cajones de muebles en busca de dinero principalmente.

En base a lo asegurado por allegados a la investigación de este episodio de inseguridad, finalmente consiguieron apoderarse de “80.000 pesos y un teléfono celular”.

También mencionaron que “se fueron con la llave una camioneta Renault Stepway” del matrimonio.

Una vez que la Policía supo de este asalto mediante una denuncia recibida en el sistema 911, efectivos del Comando de Patrullas se presentaron en esa vivienda.

Allí, se informó, los damnificados se encontraban conmocionados por el duro momento sufrido y acusaban “dolores leves”, propios de las ataduras en sus manos.

Pese al intenso rastrillaje desplegado por los oficiales que fueron a cubrir esa denuncia, junto a otros de la subcomisaría de La Unión, la banda logró alejarse de la zona y por el momento se ignora su paradero.