Feroz ataque en Arturo Seguí: culatazos, patadas y terror por un asalto

Hacía apenas un rato que un hombre de 60 años, su esposa de 51 y la hija de 20, habían terminado de cenar en su vivienda de Arturo Seguí. De fondo, en uno de los televisores, estaba puesto el partido semifinal de la Copa Argentina, que -anteanoche- disputaron Estudiantes y Boca.

La familia, demás está decir, no se imaginaba el violento episodio que estaba por desatarse en ese domicilio de amplio jardín y dos portones de ingreso, ubicado en las calles 418 y 154.

Fueron algunos allegados quienes brindaron los pormenores del escalofriante caso de inseguridad, que tuvo un desarrollo aproximado a los 20 minutos, ya que las víctimas estaban en shock y prefirieron no recordar lo vivido.

“SE EQUIVOCARON DE CASA”

Elena (50) es hermana de la mujer atacada y, en medio del crudo relato que hizo ante EL DIA sobre el terrible asalto, reflexionó: “Para mí (los ladrones) se equivocaron de casa”.

Explicó, al respecto, que “a Javier, mi cuñado, que fue con quien más se ensañaron, los delincuentes le decían que sabían que había cobrado una buena suma en dólares, le mencionaron un apellido distinto al que tiene y hasta le reclamaban que le diera el arma reglamentaria creyéndolo policía, cuando Javier es empleado municipal”.

Tras ese prólogo sobre el caso, Elena aludió a cómo se originó: “Eran las 10 de la noche (del miércoles) y mientras mi cuñado miraba el partido de Estudiantes y Boca, recordó que había dejado sin cerrar el portón que da sobre 418 entre 153 y 154”.

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En tanto, uno de los investigadores policiales de la jurisdicción mencionó que “una vez que el hombre lo cerró con llave, detrás de una planta del parque apareció un delincuente encapuchado. Se trenzaron en lucha y enseguida entraron en escena otros dos ladrones”.

“Lo redujeron, porque dos integrantes de esta banda portaba armas de fuego y el restante, una cuchilla. Le dieron dos culatazos en la cabeza, que le abrieron una herida sangrante, y lo obligaron a entrar a la casa con ellos”, reveló.

Demás está decir el estupor de madre e hija al observar que quien salió a la puerta solo, volvió lastimado y rodeado de tres delincuentes armados y encapuchados.

Sobre los asaltantes, Elena dijo saber que “tenían camperas con capuchas puestas en la cabeza y cubrían sus rostros con bufandas. Solo se les veían los ojos. Uno de ellos, además, tenía guantes de lana. Aparentaban tener entre 30 a 35 años. El jefe de la banda era el más violento”.

Confirmó que “a Javier y a mi hermana Liliana los ataron con bufandas, vendas y tiras de almohadones” y citó que “los juntaron a los tres en el living”.

“Pero con mi cuñado no tuvieron piedad: además de maniatarlo y de los culatazos que le pegaron en la cabeza, le pusieron un trapo dentro de la boca, lo amordazaron, lo patearon en el piso y hasta le pisaron la cabeza más de una vez”, describió sobre el brutal castigo, que tuvo que soportar el mayor de las víctimas.

“LE PEDÍAN DÓLARES”

Consultada sobre el botín con el que se alzaron los delincuentes, Elena informó que “a mi sobrina Valentina le sustrajeron 300 dólares, una notebook y el celular. A mi hermana le sacaron algo de oro, un reloj de marca y el celular. Y después se llevaron perfumes, ropa de hombre y hasta vinos, que decían que era para festejar no sé qué cosa”.

“A mi cuñado le pedían dólares, que era lo que más les importaba a estos tipos. Y hasta amagaron con llevarse dos televisores, que al final los dejaron”, consignó.

Pero lo que más desconcertó a la familia agredida y asaltada, fue lo que uno de los ladrones les espetó en tono de reproche: “Esto les pasa por votar a Milei”, reveló Elena.

Por último, refirió que “a la hora del asalto, fue la Policía Científica y encontró huellas dactilares de los dos delincuentes que no usaron guantes”. De todas maneras, por ahora no hay detenidos.

“A mi cuñado le pedían dólares, que era lo que más les importaba a estos tipos”