Entre fuertes presiones y resistencias, se tensa más la interna del Frente de Todos

Con la cuenta regresiva para el cierre de listas para las Primarias de agosto corriendo, el Frente de Todos es un hervidero en el que se destaca la soledad política de Alberto Fernández. Los movimientos de las últimas horas han blanqueado que el Presidente es el único actor más o menos relevante del oficialismo en insistir con la realización de las PASO para dirimir las candidaturas principales, especialmente la presidencial.

En las últimas 48 horas, Alberto recibió presiones muy fuertes de sus socios principales para que los pre-candidatos presidenciales que le responden se bajen de la competencia interna. Quieren un candidato único, la presentación de un supuesto “consenso” entre las tribus pejotistas para maquillar lo de siempre: el “dedazo” de Cristina Kirchner en tanto arquitecta de la estrategia electoral de un peronismo que, según la mayoría de las encuestas, asoma perdidoso pero no definitivamente fuera de la carrera.

No sorprende la avanzada del cristi-camporismo, que hace rato viene jugando a agigantar a dos figuras muy leales a Cristina, eventuales postulantes a la Casa Rosada.

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Uno es Eduardo “Wado” de Pedro, que se mueve como candidato desde que la Vice habló de los “hijos de la generación diezmada” por la dictadura militar como herederos del famosos “bastón de mariscal” (el ministro del Interior es hijos de desaparecidos).

El otro es el gobernador Axel Kicillof, que si bien tiene como objetivo central ir por su reelección en la Provincia, no es descartado por ningún kirchnerista como jugador para la pelea mayor porque él mismo ha dicho que se supeditará a lo que “el proyecto” necesite. O sea, lo que quiera Cristina.

Pero en las últimas horas jugaron fuerte actores importantes en el universo peronista.

Un lote importante de gobernadores del PJ, el poder territorial de las provincias, salió el miércoles a “exigirle” a Fernández -en un comunicado, es decir lo pusieron en papel- que el Frente de Todos debe tenga un candidato único a presidente. Todos ellos, oliendo una posible derrota nacional en octubre, optaron por desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales en sus distritos cuando Alberto coqueteaba con la reelección. Bajado de esa ilusión el jefe de Estado, el mensaje que le mandan ahora es que deje de lado la obstinación de desafiar al kirchnerismo con un hombre de su cercanía.

Si bien están anotados Agustín Rossi y Daniel Scioli en la pelea de agosto próximo, el mundillo peronista descuenta que el embajador en Brasil es en realidad el elegido por la Casa Rosada para las Primarias porque parte de un nivel de conocimiento más alto que el del jefe de Gabinete y porque se mueve mejor en el viscoso juego de recaudar fondos extra estatales para la campaña.

Así, está claro que ni Cristina ni los gobernadores quieren que Scioli sea la cara albertista en las PASO. La reunión que el miércoles hicieron los mandatarios en la sede porteña del Consejo Federal de Inversiones (CFI), reducto de históricas catarsis y conspiraciones peronistas, fue absolutamente avalada -sino pedida- por la vicepresidenta. Ayer trascendió que desde alguna provincia se comunicaron con el ex motonauta para transmitirle lo obvio: ningún distrito apoyará su postulación.

La otra pata de la pinza de “presión territorial” sobre el Presidente la conforman la mayoría de los intendentes del PJ del Conurbano bonaerense, en especial los más ligados a Máximo Kirchner, que también abonan la conveniencia de la uni-candidatura. Se entiende: aún con sus limitaciones por ser parte de un gobierno que no logra domar la inflación, el kirchnerismo es hoy un fenómeno sobre todo del Área Metropolitana donde la figura de Cristina sigue siendo la más convocante del menú oficialista.

Pero en este enorme juego de nervios que vive el Frente de Todos el que jugó muy fuerte esta semana fue Sergio Massa, el otro actor decisivo. El ministro de Economía hizo saber que su Frente Renovador podría dejar la coalición oficialista (será clave el congreso de ese partido que se realizará el fin de semana, que en realidad será la pantomima para comunicar lo que decida el tigrense) y hasta amenazó con dejar su cargo si no se evita la interna oficialista.

El ministro de Economía, Sergio Massa, en un acto donde estuvo el presidente de la AFA, ‘Chiqui’ Tapia. Fue en Escobar, con anuncios

Massa sabe que su salida sería un golpe mortal para el gobierno, no porque a él le estén saliendo bien las cosas sino porque Alberto jamás conseguiría alguien con su espalda política para llegar a diciembre sin que antes estalle todo.

En el tema de las PASO Massa está en línea con Cristina, su gran aliada interna para implementar el recorte de la economía: ellos no quieren en verdad una candidatura “de consenso” sino una lista en la que Fernández no tenga ningún tipo de injerencia. En boca de una fuente kirchnerista, la premisa para ellos es que la gente de Alberto “no moje” nada relevante. Por eso ha cobrado fuerza la versión de que el Frente de Todos tal como se conoce podría desaparecer para dar lugar a una coalición sin vestigios de albertismo. Debería anotarse en la justicia electoral a mitad de la semana que viene.

Por supuesto que eso lo sabe el Presidente, que puede ser una figura con el liderazgo desgastado, casi extinguido, pero de política entiende. El también juega al límite: si el Frente se rompe buscará enfocar culpas en sus dos socios fundadores.

En las últimas horas Fernández y Massa mantuvieron encuentros a solas. El ministro detesta a Scioli desde hace años. Es probable, como deslizan fuentes de su espacio político, que haya amenazado con la idea de renunciar al ministerio si el Presidente continúa sosteniendo la realización de las PASO en el oficialismo porque eso es lo mismo que decir que será el exmotonauta el que juegue contra el kirchnerismo/massismo.

Por cierto, resulta algo infantil el argumento de Alberto respecto a que él no respalda a Scioli porque su rol de garante del mecanismo de democratización del partido se lo impide. El ex gobernador bonaerense es su embajador en Brasilia, ha hecho tándem con la ministra más cercana al Presidente, Victoria Tolosa Paz (posible rival de Kicillof en la Provincia), y las malas lenguas dicen que se ha garantizado cierto financiamiento de la Casa Rosada para costear su derrotero inicial de campaña.

Otro de los posibles postulantes a la Presidencia, ‘Wado’ De Pedro, compartió un acto en Tres de Febrero con Axel Kicillof y Malena Galmarini