Las lluvias mejoran la cosecha de soja en San Nicolás y la región

San Nicolás y su zona de influencia han experimentado un cambio significativo en el panorama agrícola gracias a las lluvias recientes. Tras un verano con escasas precipitaciones y el temor de pérdidas masivas, la cosecha de soja muestra signos de recuperación. “Pasamos del desastre a lo aceptable”, afirman los productores de la subzona III, que comprende localidades como Ramallo, San Pedro y Baradero.

Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, las precipitaciones permitieron frenar la caída del rendimiento y lograron una recuperación mayor a la esperada. En San Nicolás y el noreste bonaerense, los rindes son heterogéneos, con diferencias notables entre la soja de primera y la de segunda. Mientras que la primera alcanza un límite máximo de 28 quintales por hectárea, la soja de segunda, más castigada por la sequía, presenta un rendimiento variable entre los 10 y 30 qq/ha.

El impacto positivo de las lluvias radica en su llegada en momentos clave del ciclo del cultivo. “En un momento pensamos que no se iba a poder cosechar nada”, admiten técnicos del sector. Sin embargo, el panorama cambió y ahora se espera que los rindes finales sean mejores que los proyectados hace un mes.

En contraste, el maíz temprano fue el más perjudicado por la falta de agua en su etapa crítica. Los rendimientos estimados para este cultivo oscilan entre los 40 y 60 qq/ha, cifras que, a pesar de las dificultades, se consideran aceptables dentro del contexto climático adverso.

El pronóstico climático indica que en los próximos días persistirá la inestabilidad, con lluvias previstas entre el domingo 23 y el lunes 24 de febrero, mejoras temporarias el martes 25 y una posible nueva tanda de precipitaciones el miércoles 26. Además, se esperan temperaturas elevadas, con máximas de hasta 39°C el fin de semana, lo que podría afectar a los cultivos con menor disponibilidad de humedad.

A mediano plazo, los técnicos advierten que la variabilidad en los rindes será una característica central de la campaña, con diferencias de hasta 20 quintales entre lotes según la calidad del suelo y la humedad previa. No obstante, la recomposición parcial de las reservas hídricas y las lluvias previstas podrían consolidar la recuperación.

Los productores de San Nicolás y alrededores aguardan expectantes el cierre del ciclo productivo con la esperanza de que la cosecha de soja, que hace un mes parecía condenada al fracaso, termine con un rendimiento aceptable. En el plano económico, los precios de la soja han mostrado estabilidad en las últimas semanas, lo que representa un alivio parcial para el sector. Sin embargo, la volatilidad del mercado y los costos de producción seguirán siendo factores clave en la rentabilidad final de la campaña.