Indignación por el bombardeo israelí a la única iglesia católica de Gaza a cargo de un cura argentino

Un bombardeo israelí alcanzó a la Iglesia de la Sagrada Familia, la única parroquia católica en la Franja de Gaza, y dejó un saldo de al menos cuatro muertos, varios heridos graves y daños en el edificio. Entre los heridos se encuentra el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, de 55 años, párroco de la comunidad cristiana local, quien sufrió lesiones en una pierna y fue hospitalizado, aunque su estado no sería grave.

El ataque fue reconocido por el Ejército de Israel como un “error de tiro”, pero generó una ola de repudios internacionales. La parroquia, ubicada en el barrio de al-Zaitoun, no solo brinda refugio a los 135 católicos que residen en Gaza, sino que también acoge a fieles musulmanes desplazados por el conflicto.

Presencia argentina en el corazón del conflicto

Romanelli, miembro del Instituto del Verbo Encarnado, dirige en Gaza un complejo parroquial que incluye una escuela, un orfanato y el convento de las Misioneras de la Caridad. Durante los últimos meses, se hizo conocido por mantener contacto frecuente con el Papa Francisco, quien lo llamaba a diario para expresar su cercanía con la comunidad cristiana en medio de la guerra.

Las comunicaciones se interrumpieron poco antes de la muerte del pontífice argentino, el pasado 21 de abril.

La Cancillería argentina manifestó su “seria preocupación” por lo ocurrido: “La República Argentina expresa su seria preocupación por los hechos ocurridos en la Iglesia Católica de la Sagrada Familia, en la Franja de Gaza, en el marco de los cuales resultó herido el padre Gabriel Romanelli, ciudadano argentino y párroco de dicha comunidad”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores a través de un mensaje en X.

Reclamos desde el Vaticano e Italia

Desde Roma, el Papa León XIV expresó estar “profundamente entristecido” por el ataque y reiteró su llamado a un alto el fuego inmediato. La declaración fue firmada por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin.

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También el Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, condenó el ataque y confirmó la cifra de víctimas: cuatro muertos y siete heridos.

“Entre ellos, el párroco Gabriel Romanelli resultó herido leve y está hospitalizado”, indicó la agencia de la Conferencia Episcopal italiana (SIR).

Italia, uno de los países europeos más prudentes en sus declaraciones sobre la guerra en Gaza, se sumó esta vez a las críticas. La primera ministra Giorgia Meloni calificó el ataque como “inaceptable” y denunció que “las incursiones israelíes vienen afectando a la población civil desde hace meses”.

Por su parte, el ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, expresó: “El ataque también ha afectado a la Iglesia de la Sagrada Familia de Gaza, un acto grave contra un lugar de culto cristiano. Mi más sentido pésame al padre Romanelli, herido en el ataque. Es hora de parar y encontrar la paz”.

Una comunidad bajo fuego

Según fuentes eclesiásticas, la parroquia católica de Gaza está alojando actualmente a más de 500 desplazados por el conflicto, en su mayoría mujeres, niños y ancianos. El impacto del bombardeo sobre un lugar de culto y refugio intensificó las críticas hacia la conducción militar de Israel, que en los últimos meses ha sido cuestionada por organismos internacionales y gobiernos europeos debido a los ataques sobre civiles e infraestructuras humanitarias.

La figura del padre Romanelli se convirtió en símbolo de resistencia espiritual en Gaza. Su labor pastoral, su testimonio y su conexión con el Papa Francisco conmovieron a la comunidad internacional. Su herida, más allá de lo físico, representa para muchos otro golpe a la esperanza de paz en una tierra devastada por la guerra.