2 de Mayo de 2006 | 00:00
La India podría convertirse en una de las principales potencias económicas del planeta. Para muchos puede ser un dato asombroso. Los economistas, sin embargo, ven que esa posibilidad concreta está avalada por los índices de crecimiento sostenido que ya han producido en la India un verdadero boom de desarrollo.
Según la consultora norteamericana Goldman & Sachs, la perspectiva es la siguiente: en menos de cinco décadas, la India podría ubicarse en el tercer lugar del ránking de la economía mundial con un PBI de 27.800 billones de dólares, superando por lejos a toda Europa, con 12.500 billones. China sería la primera potencia económica del planeta con un PBI de 44.400 billones de dólares, seguida de Estados Unidos con 35.100 billones, de acuerdo con el informe de esa consultora. Esta proyección, aunque parece lejana, no es descabellada si se tiene en cuenta la velocidad con que la India, el segundo país más poblado del planeta, se adapta a las nuevas condiciones del comercio impuestas por la globalización.
Adicionalmente, los demógrafos proyectan que para 2025 la India será el país más poblado del mundo con cerca de 1.400 millones de personas, relegando a China al segundo lugar, lo que permite proyectar un continuo interés por un país que para 2050 sumará cerca de 1.600 millones de consumidores. Según datos del Banco Mundial de fines de 2005, el PBI indio es de 700.000 millones de dólares, frente a los 509.000 millones de dólares que registraba en 2003.
UNA DEMOCRACIA SOLIDA
El crecimiento económico experimentado por la India en las dos últimas décadas ha dado lugar a numerosas reflexiones. Debido a la aceleración de las tasas de crecimiento registrada con el proceso de liberalización económica que comenzó en 1991 y las proyecciones de comportamiento económico, son cada vez más los que auguran que la India se convertirá en una potencia económica en el futuro. Asimismo, los analistas destacan que India -denominada economía emergente- es considerada una democracia sólida, con una Constitución moderna, instituciones bien desarrolladas y una verdadera participación social en el gobierno. Además, la confianza en el proceso democrático está alimentada y protegida por un poder judicial independiente, medios de comunicación libres y organizaciones no gubernamentales activas.
En una democracia que funciona (actualmente timoneada por el primer ministro Manmohan Singh, desde mayo de 2004), los especialistas subrayan que los individuos pueden encontrar su lugar en la sociedad, reclamar sus derechos y responder a una vocación conforme a sus capacidades. La democracia multipartidaria de India corporiza este mismo proceso. India celebró elecciones libres a intervalos regulares desde su independencia. Lo que también convierte a India en una democracia vibrante es la naturaleza asimiladora de su sociedad. Las antiguas tradiciones se han amalgamado con el concepto moderno de democracia. Se ha recibido bien a quienes vienen de afuera dado que las influencias culturales son consideradas enriquecedoras.
EXPORTACION DE CIENTIFICOS
Crisol de razas, India alberga gente de las principales confesiones religiosas del mundo. El secularismo no es sólo una forma de vida sino una filosofía arraigada en la historia india. Abunda la diversidad tanto geográfica como cultural. En esta tierra de poderosas montañas y espectaculares desiertos bañados por las aguas de tres océanos, cerca de mil cien millones de personas viven juntas hablando 18 lenguas principales, adorando diferentes dioses y celebrando distintos festivales. También celebran la unidad y su indianidad única.
Aproximadamente 400 millones de habitantes pertenecen a la clase media, que aumenta constantemente su poder adquisitivo impulsando la demanda, la competencia y la productividad como nunca antes. La actual expansión y modernización de la industria india hace crecer la demanda de importaciones de bienes de capital y tecnología. La clase trabajadora india, educada y capacitada, ha protagonizado un cambio profundo en la composición sectorial del PBI y hoy los servicios representan casi la mitad del producto bruto del país.
Según el escalafón mundial de competitividad, India ocupa el primer lugar entre los países con mayor disponibilidad de ingenieros de gran nivel y el tercero entre las naciones con mayor disponibilidad de mano de obra calificada. Cada año se gradúan en el país asiático cerca de 360.000 ingenieros. La India cuenta con tres millones de graduados en tecnologías de la información y 800.000 postgraduados en ciencias. Su reconocimiento es tan importante en Estados Unidos que, por caso, el 33 por ciento de los ingenieros que trabajan en Silicon Valley o Valle del Silicio -el centro mundial de las nuevas tecnologías ubicado en California- es de origen indio.
PROCESO HISTORICO
Desde su independencia de Gran Bretaña en 1947, la economía india se caracterizaba por la planificación centralizada y por una gran influencia del Estado en todas las esferas de la vida socioeconómica del país. Durante los primeros 30 años de planificación, el crecimiento económico fue débil, pero la economía comenzó a experimentar un cambio en su estructura productiva a favor de los servicios y la industria. Esta transformación estructural se ha mantenido hasta la actualidad.
El crecimiento económico más fuerte en los años '80 desembocó en una aguda crisis de balanza de pagos en 1991. En ese año, con el gobierno reformista de Narasimha Rao, se tomaron medidas de liberalización, ajuste estructural y estabilización macroeconómica que tenían como objetivos principales remediar la precaria situación de la balanza de pagos y prevenir futuras crisis inflacionarias, así como impulsar la tasa de crecimiento económico y lograr niveles de competitividad en la industria india coherentes con los niveles del comercio internacional. Como resultado de dichas medidas, la economía india cambió su orientación hacia otra en la que se le daba mayor protagonismo al sector privado y a los mecanismos de mercado como reguladores de la actividad económica.
Al iniciarse la reforma de la economía india ya existía una base industrial, aunque con insuficiencias, que se había desarrollado con el modelo anterior. Después de superada la crisis de 1991, la India ha mantenido una situación muy favorable en términos de crecimiento económico, inflación y reservas internacionales. Se han logrado altas tasas de crecimiento del PBI a pesar de la desaceleración de la economía mundial y de hechos adversos como la crisis asiática en 1997 y el shock de los precios del petróleo en 2000. Todos los sectores productivos han crecido, principalmente los servicios y las manufacturas.
LOS GRANDES DESAFIOS
El balance del período indica que existen también importantes desafíos por enfrentar para sostener el crecimiento, entre ellos, el impulso de la inversión, sobre todo en infraestructura y capital humano. La pobreza que padecen millones de habitantes, la desigualdad, la situación preocupante que presentan la educación, la salud, la sanidad, entre otros, sugieren que, además de orientar los esfuerzos hacia la continuidad del crecimiento, se necesitan condiciones para que el desarrollo sea más equitativo. En este sentido, el gobierno puso en marcha muchos programas para generar empleo adicional, crear bienes productivos, impartir capacitación técnica y empresarial y aumentar los niveles de ingreso de los pobres. Estos planes, implementados tanto en áreas rurales como urbanas, buscan dar empleo no sólo a los desocupados capacitados sino también a los que no lo están.
CRECIMIENTO SOSTENIDO
Entre el año fiscal 1992-93 y 2004-05, la economía india experimentó un crecimiento de 6,1% como promedio anual, superior al 5,7% alcanzado como promedio en la década del '80, lo que ubicó a la India como uno de los diez países de más rápido crecimiento en el período. En el año 2003-04, el PBI experimentó un crecimiento mayor al esperado, de 8,1%, debido principalmente a la fuerte recuperación de la agricultura, que creció en un 9,1%. Tras la aceleración del crecimiento, especialmente en los '90, subyace un aumento del crecimiento en el sector de los servicios, superior al experimentado en la industria y en la agricultura. Adicionalmente, este cambio en las tendencias de crecimiento de los sectores, ha dado lugar a un cambio en la estructura económica de la India.
La economía de este país asiático dejó de ser fundamentalmente agrícola para ser una economía en la que los servicios tienen el mayor peso en relación con el PBI. El hecho de que actualmente la agricultura tenga una menor participación en el PBI ha provocado que, desde los '80, el crecimiento económico de la India sea menos dependiente de las condiciones climáticas, en especial de los vientos monzones y que, por lo tanto, su volatilidad haya decrecido. Así, anteriormente, un año con abundantes lluvias era sinónimo de mejores cosechas y, en consecuencia, de mejor desempeño económico; ya más recientemente, es posible encontrar años en los que el PBI creció pese a condiciones climáticas adversas.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
Para comentar suscribite haciendo click aquí