Qué hay en juego en medio de la puja entre Kicillof y La Cámpora
Alertan por el robo de miles de bicicletas por año en La Plata y el AMBA
Perros “enfermeros” en el hospital: el cariño también ayuda a curar
Padeció bullying, a los 15 se instaló en La Plata y sueña con representar a Argentina en Dubái
Noviembre vuelve a acelerar y la inflación quedaría arriba del 2%
Nación y provincias: el escenario para la discusión de reformas
El empleo formal cayó 2,8% y se perdieron más de 276 mil puestos en la era Milei
Monotributo: advierten por fallas y reclaman una reforma profunda
La Provincia busca inversión y progresividad fiscal para enfrentar el ajuste nacional
Quemó la tobillera: Bolsonaro y su plan de escape berreta que no prosperó
Terror en el oeste platense: la encañonaron con su bebé en el auto
Aceptar un viaje, una ruleta rusa: un remisero internado tras un robo
VIDEO. Pagaron para tener la plaza, pero llevan casi una década de promesas
Ocurrencias: La Plata, única ciudad que puso a sus dos equipos en la recta final
Tras una rueda reducida, las dudas se profundizan y el riesgo país salta
Fuerte pedido para que la Legislatura bonaerense apruebe el financiamiento
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
SILVIA RAMÍREZ GELBES(*)
Cuando mi abuela Carola nos invitaba “a todos” a almorzar en su casa el domingo, ninguna de sus tres hijas ni de sus cinco nietas se sentía excluida. ¿Qué nos ha pasado desde entonces?.
La lengua es eminentemente ideológica. Es un espejo de la sociedad. Y es que toda persona está atravesada por su lengua. Atravesada en el sentido de que piensa con su lengua y se expresa con su lengua. Aun cuando no nos demos cuenta, la lengua nos moldea y moldea nuestro mundo. Vemos a través del cristal que ella misma nos asigna.
Creemos que hay unos diez colores (aunque percibimos miles de matices) y que un abuelo es simplemente abuelo (aunque en sueco se distinga el abuelo materno del abuelo paterno). Para formularlo de modo más sencillo, la lengua nos ofrece un abanico limitado de posibilidades que, a menos que nos pongamos a reflexionar sobre el asunto, tomamos como dado. Como el único posible. Por ejemplo, que mi abuela nos incluyera a nosotras en su “todos”.
Si bien es cierto que en los ámbitos académicos el tema no es nada nuevo, la discusión sobre el género y la lengua ha estallado en nuestra sociedad hace apenas unos meses. Pero ¿de qué género se trata?
Se han puesto en diálogo dos tipos de género: el género gramatical y el género social. El género gramatical corresponde a ciertas clases de palabras (el sustantivo, el pronombre) y en español puede ser femenino o masculino. Por esa misma dualidad, cuando el género gramatical alude a seres sexuados, los ubica en una categoría binaria. El género social, por su parte, se refiere a la categoría sociocultural que se relaciona con las identidades y los comportamientos de los sujetos. Suele asociárselo con los estereotipos.
Como muchas otras lenguas, el español es androcéntrico. Fueron hombres quienes hicieron las gramáticas y desarrollaron los diccionarios. Fueron hombres quienes tuvieron el poder para establecer las políticas públicas relacionadas con la lengua. Fue su expresión la que quedó cristalizada como abarcadora.
LE PUEDE INTERESAR
Opinan los lectores
La cuestión es que el género social de nuestro tiempo ya no acepta el androcentrismo lingüístico tradicional. O no acepta la estereotipia binaria que el género gramatical le impone. Entonces, ni el masculino genérico ni el femenino a secas interpelan a la generalidad.
Desde los ámbitos prescriptivos –que son conservadores por definición–, se ha dicho que no hay necesidad de cambio. Que es una fantasía elucubrar que un cierto colectivo minoritario pueda impulsar semejante transformación de manera deliberada. Que el “todos” de mi abuela Carola es suficiente y no hace falta crear un “todes” ajeno a la lengua española. Y que tampoco hace falta decir “todas y todos”. Ni usar equis –”todxs”– ni arrobas –”tod@s”–, que son formas impronunciables.
Tal vez tengan razón. Pero hay quien siente la ambigüedad de “todos” –¿solo ellos o ellos y ellas o ellos y ellas y quienes no se reconocen ni en femenino ni en masculino?–. El tiempo dirá si surge o no un género neutro en la gramática. En todo caso y por el momento, hay géneros sociales que están pujando por sentirse representados. (Télam)
(*) Directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad de San Andrés.
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Full Promocional mensual
$690/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6470
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Básico Promocional mensual
$530/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4190
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro DNDA Nº RL-2024-69526764-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí