El país atraviesa el peor brote de sarampión de los últimos veinte años

Los esfuerzos de antaño por terminar con el sarampión están siendo víctimas de su propio éxito. Tras muchos años de no registrarse la enfermedad en el país, la sensación de seguridad de la población, el desconocimiento de su gravedad y un claro relajamiento en las campañas de vacunación han llevado a que Argentina esté atravesando el peor brote que se haya registrado en los últimos veinte años y corra el riesgo de perder su estatus de país libre de sarampión.

Desde que la enfermedad emergió en septiembre pasado, se registran ya 85 casos, la mayoría de ellos en el conurbano bonaerense y entre menores de un año, que constituyen la población más vulnerable por no alcanzar la edad de vacunación establecida por el calendario nacional. De ahí que esta última semana, en un intento por frenar el brote, las autoridades sanitarias dispusieran ampliar a los seis meses de vida la indicación de vacunación en algunas distritos en particular.

Pero lo cierto es que más allá de los esfuerzos locales, la reemergencia del sarampión constituye un fenómeno global que tienen entre sus escenarios más calientes a nuestro vecino Brasil. Y la proximidad de las vacaciones de verano, cuando miles de argentinos suelen visitar sus playas, no contribuye precisamente a mejorar la situación.

Mientras gran parte de la población aún no parece tomar conciencia de lo peligroso que podría ser un avance del sarampión, los infectólogos enfatizan la necesidad de que no sólo las autoridades sanitarias y los médicos se comprometan más en el esfuerzo por ponerle freno sino que hace falta también un mayor compromiso individual por parte de la comunidad.

UN VIRUS MUY CONTAGIOSO

El sarampión, como muchos de los mayores saben bien, es una enfermedad muy contagiosa que se caracteriza por la aparición de fiebre alta, conjuntivitis, tos y una erupción cutánea producida por manchas grandes y planas que suelen comenzar en la cara hasta abarcar casi todo el cuerpo y que generalmente se funden entre sí.

“El virus suele dar lugar a la aparición de manchas blancas en la boca y la cara interna de la mejilla (manchas de Koplik), y puede ocasionar complicaciones más severas como neumonía y encefalitis”, detalla la médica pediatra Cecilia Avancini, quien destaca que “si bien no hay un tratamiento específico para combatirla, ante la aparición de estos síntomas hay que hacer inmediatamente una consulta profesional”.

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El virus del sarampión, que es potencialmente mortal, puede además comprometer el sistema auditivo, generando hipoacusias de diferentes grados, una secuela que “puede ser unilateral o bilateral, parcial o total”, señala la audióloga Micaela Constanzo al precisar que “uno de cada diez casos de sarampión, presenta infecciones de oído y la consecuencia para algunos de ellos podría ser la pérdida permanente de la audición”.

La única herramienta eficaz para evitar el contagio es la vacuna triple viral (sarampión-rubeola-paperas), que se encuentra incluida en el calendario oficial de vacunación. Su esquema de aplicación establece que los niños de entre 12 meses a 4 años inclusive deben haber recibido una dosis y los mayores de 5 años, adolescentes y adultos (nacidos después de 1965) deben acreditar al menos dos dosis de la vacuna contra el sarampión.

UN BROTE AUTÓCTONO

Lo cierto es que pese que la vacuna contra el sarampión no sólo es efectiva sino obligatoria y gratuita en Argentina, a lo largo de los últimos años muchos de los que debían aplicársela no la recibieron. Y al caer las tasas de inmunización necesarias para mantener a a raya la enfermedad fueron apareciendo cada vez más casos importados hasta que finalmente este año la situación se disparó con un brote local.

En nuestro país los últimos casos de sarampión endémico se habían registrado en el año 2000. A partir de su eliminación y hasta diciembre del año 2018 fueron confirmados sólo 43 casos importados. Las epidemias que se produjeron fueron en 2010 (17 casos en Provincia de Buenos Aires) y en 2018 (cuando se registraron en el Área Metropolitana 14 casos en total)

La última epidemia nacional 1997-1998, se inició a partir de la asistencia de personal de la línea aérea brasileña en el Hospital de Ezeiza por miembros susceptibles del equipo de salud. En el brote del año 2010, el origen fue un adulto procedente del Mundial de Sudáfrica que contagió a un niño de dos años al regresar al país. Esta situación se reiteró en marzo pasado en el brote de la ciudad de Buenos Aires, donde la fuente de la infección fue un turista argentino procedente del sudeste asiático que contagió a un bebé.

A diferencia de esos brotes anteriores, este año 76 de los 85 casos registrados no tenían antecedentes de viajes al exterior ni de contacto con personas que hubieran ingresado al país con sarampión, por lo cual se presume que son autóctonos. La gran mayoría de ellos corresponde a residentes de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, donde se presentaron en los partidos de Almirante Brown, Hurlingham, Ituzaingó, Lanús, La Matanza, Lomas de Zamora, Merlo, Moreno, Quilmes, Tigre, Tres de Febrero, Vicente López y San Martín.

Según datos de la cartera de Salud, el mayor número de casos confirmados corresponde a bebés menores de un año. Luego los siguen los chicos menores de 4 años; y el tercer grupo más afectado está en la franja de quienes tienen entre 20 y 40 años de edad.

DOSIS CERO PARA LACTANTES

Frente a esta situación, el ministerio de Salud de la Nación resolvió días atrás ampliar las indicaciones de vacunación vigentes para niños de 6 a 11 meses de las regiones sanitarias más afectadas con el fin de interrumpir rápidamente la transmisión viral.

La medida, que implica que los niños de esa edad deben recibir una “dosis cero” de vacuna triple viral (que sería adicional y no debe ser tenida en cuenta como parte del esquema de vacunación de calendario) abarca a los niños que viven en Campana, Escobar, Exaltación de la Cruz, General San Martín, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Pilar, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Tigre, Vicente López, Zárate, Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, Quilmes, General Las Heras, General. Rodríguez, Luján, Marcos Paz, Merlo, Hurlingham, Ituzaingó, Tres de Febrero, La Matanza y Morón.

Al mismo tiempo, todas las personas que trabajan en la atención de la salud, tanto a nivel asistencial como en mesas de entradas, limpieza, laboratorios y hasta seguridad, deberán acreditar dos dosis de vacuna con componente contra el sarampión aplicada después del año de vida (monovalente, doble o triple viral) si es que no padecieron ya la enfermedad.

Para poder disponer de dosis suficientes, el ministro de Salud, Ginés González García, aseguró que el Gobierno trabaja para liberar de la Aduana vacunas que se “compraron hace mucho tiempo” y estaban paradas ahí.

“En la cartera de Salud nos encontramos con carencias de todo tipo, por eso estamos trabajando para sacar de la Aduana 320 mil dosis de vacunas que se compraron hace mucho tiempo y no las sacaron algunas que se compraron y no fueron usadas”, dijo el ministro días atrás.

“Es importante tener en cuenta que la vacuna triple viral no solo es fundamental y debe formar parte de la rutina de todos los niños, sino también del personal de la salud, viajeros, personas en contacto con niños y adultos inmunosuprimidos y de menores de 6 meses que aún no pueden ser vacunados”, destaca la pediatra Cecilia Avancini.

ANTES DE VIAJAR AL EXTERIOR

Si bien la reemergencia del sarampión se ha extendido ya a gran parte del planeta, con focos en Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Ucrania, Georgia, Filipinas y Pakistán, el escenario que más preocupa a las autoridades sanitaria argentinas es el de Brasil, el país con mayor cantidad de casos del continente, por el permanente intercambio turístico que existe con él y que se acentúa durante el verano en forma particular.

De ahí que las autoridades sanitarias argentinas hayan comenzado ya a hacer circular recomendaciones para quienes tengan planeado viajar durante las próximas semana al exterior, Estas son especialmente estrictas para los bebés. Mientras que en el caso de los menores de seis meses de vida se sugiere aplazar o reprogramar el viaje, puesto que en ellos la vacuna triple viral está contraindicada y es el grupo etario de mayor vulnerabilidad; os niños de 6 a 11 meses de vida deben recibir la “dosis cero” de vacuna al menos quince días ante de viajar.

Con respecto a los niños de 13 meses a cuatro años inclusive, deben acreditar al menos dos dosis de vacuna triple viral. La primera correspondiente al año de vida y la dosis de Campaña Nacional de Seguimiento 2018. Aquellos niños que no hayan recibido la dosis de Campaña 2018, deberán recibir una dosis adicional.

Por su parte, los mayores de cinco años, adolescentes y adultos deben acreditar dos dosis de vacuna con componente contra el sarampión (monovalente, doble o triple viral) aplicada después del año de vida o confirmar a través de un estudio de laboratorio la presencia de anticuerpos contra sarampión. De no contar con las dos dosis recomendadas, la vacuna debe ser aplicada como mínimo 15 días antes del viaje.

Finalmente se recomienda que las embarazadas que vayan a viajar acrediten dos dosis de vacuna con componente antisarampionoso (monovalente, doble o triple viral) aplicada después del año de vida o confirmar a través de un estudio de laboratorio la presencia de anticuerpos contra sarampión. La autoridades sanitarias desaconsejan viajar a las embarazadas sin antecedentes comprobables de vacunación o sin anticuerpos contra el sarampión.

Desde que emergió la enfermedad en septiembre hubo ya 85 casos, la mayoría en el conurbano

Los últimos casos de sarampión endémico en el país se habían registrado en el año 2000

Para frenar el brote días atrás se dispuso ampliar la vacunación a niños de 6 a 11 meses