La historia detrás del incendio que destruyó a una familia y conmocionó a Punta Lara

Rápido, devastador y fatal. Así resultó el siniestro que en el último cuarto de hora del domingo arrasó con una casa de dos plantas situada en Punta Lara y se llevó las vidas de un mujer de 57 años y de un chico de 13.

Sólo pudo salvar la suya un familiar de ambos, de 40 años, que apenas sufrió quemaduras leves, gracias a la decidida y valiente ayuda que le brindó un grupo de vecinos, según pudo reconstruir este diario sobre la tragedia, en base a testimonios del barrio y la investigación del caso.

Todavía nada se sabe con certeza con respecto al desencadenante del fuego y la tragedia en esa casa de 112 entre 3 y 5, en cuyo frente los dueños se ganaban la vida con una verdulería y una gomería.

Lo que sí se pudo establecer, en base a lo asegurado por frentistas del lugar a este diario, es que al momento de desatarse el incendio, a las 23.45 del domingo, quienes fueron identificados por la Policía como Germán Herrera (40), Elena Inés Danna (57) y Brian Dadassio (13) se encontraban durmiendo.

“PEDÍA AYUDA A LOS GRITOS”

Ayer por la tarde, uno de los frentistas que más conmovido se encontraba por la desgracia familiar de sus vecinos, era Maximiliano Quintana (39).

Según le contó a EL DIA, el aprecio que siempre tuvo por las víctimas del incendio, quienes residían justo enfrente de su vivienda, fue un motor en la desesperación por rescatar a los tres ocupantes de la propiedad consumida totalmente por el fuego. Lo mismo fue para otros vecinos de la cuadra.

LE PUEDE INTERESAR

Diez guardias y treinta presos heridos durante una pelea en una cárcel de Florencio Varela

LE PUEDE INTERESAR

“Los macumberitos” atacaron otra vez y volvió el miedo entre los vecinos de Arturo Seguí

Sin ocultar la congoja, expuso que “sólo pudimos ayudar a salir a Germán, que desde la planta baja pedía ayuda desesperadamente y a los gritos”.

Fue en esos dramáticos instantes que el barrio se vio sacudido por el episodio. Mientras algunos avisaron por teléfono para que acudieran los bomberos de la zona, otros se propusieron rescatar a los tres integrantes de la familia acechada por un vertiginoso avance de las llamas y por una cada vez más intensa humareda negra.

“Rompimos las puertas del frente y los vidrios, para luego juntar agua de las zanjas de la cuadra y arrojarlas hacia el interior de la planta baja”, recordó Quintana y lamentó que “sólo pudimos sacar a Germán, ya que las llamas y el humo hacían imposible llegar a la planta alta, donde estaban la mujer y el chico”, explicó.

Luego reprochó que “los bomberos recién llegaron a la media hora” del llamado.

Precisamente, rescatistas de las dotaciones de Punta Lara, Ensenada y El Dique extinguieron las llamas y hallaron entre los escombros los cuerpos completamente calcinados de la mujer y el menor.

Otra de las cuestiones que los investigadores intentan determinar es el vínculo familiar de quienes vivían en esa finca.

Inicialmente, fuentes policiales indicaron que la mujer era abuela del adolescente y pareja del único sobreviviente.

Los vecinos consultados por este diario coincidieron en que los tres tenían un vínculo familiar.

Sobre el final de la tarde, se avanzaba en una línea según la cual Danna “era la madre del chico” y Herrera actuaba como un padre sustituto.

La otra incógnita que envuelve a este caso pasa por determinar, a ciencia cierta, cuál fue la causa que originó el incendio.

En el barrio se conjeturó que habría respondido “a un cortocircuito”.

Pero la causa que se abrió en la comisaría de Punta Lara por lo ocurrido está por ahora caratulada como “averiguación de causales de muerte”.

Intervienen la UFI Nº 11, a cargo del fiscal Álvaro Garganta, y el Juzgado de Garantías Nº 6, en ambos casos de La Plata.

“ESTABA POR IRSE AL MERCADO”

En otro pasaje de la charla que mantuvo con EL DIA, Quintana consignó que cuando se suscitó el fatal incendio, “Germán estaba por irse al Mercado Regional”, como lo hacía habitualmente para abastecerse de frutas y verduras que se comercializaban en el local que atendía Danna.

Precisó al respecto que “el incendio se produjo a las doce menos cuarto de la noche (del domingo) y a la una de la mañana él tenía previsto irse al Mercado” que funciona en 520 y 116.

Ello, a pesar de que, Herrera, “estaba a cargo de atender la gomería que estaba al lado de la verdulería”.

“El chico (en alusión al adolescente fallecido en el incendio) lo ayudaba en la gomería y muchas veces lo acompañaba hasta el Mercado Regional”, destacó.

A la vez, resaltó que “era un pibe bárbaro, porque además de lo que colaboraba con el padre, iba al colegio secundario que está frente al club Universitario, acá en Punta Lara”.

Según las consultas efectuadas por este diario en el barrio, la familia tenía un trato frecuente y cordial con los vecinos de la cuadra y el barrio.

De allí que esta tragedia pegó duro entre sus habitantes, como lo resumió un joven que vive en la misma cuadra y que pidió no ser identificado: “Es algo que todavía nos cuesta creer que haya pasado. Es gente muy buena y que no se merecía semejante desgracia”, dijo.

“Acá estamos todos muy mal. Es un golpe duro para nosotros también”, remarcó el muchacho, quien, a su vez, sostuvo que el único sobreviviente “se fue a la casa de un familiar, porque la suya no se puede habitar más”.

Asimismo, Quintana volvió a recordar el horror: “eran impresionantes las llamas, había que estar para comprobar que parecían de una película. Lo que pasa es que hubo elementos que contribuyeron a que ardiera toda la vivienda, como las gomas del local, el carbón del sector de verdulería y la planta alta, que estaba construida íntegramente con madera”, calculó.

Si bien de la planta baja de la vivienda apenas quedaron en pie algunas pocas paredes de material, Quintana y otros vecinos de la cuadra se apostaron en la vereda para custodiar que ningún extraño ingresara a “tocar nada” de la vivienda escenario de la desgracia.

Otros frentistas de la zona pasaban por el lugar y volteaban su vista hacia esa casa, donde el fuego, sin piedad, se cobró dos vidas.