Una pasión centenaria: historias insólitas y perlitas de la radiofonía argentina

Desde su creación, la radio argentina ha regalado historias increíbles, comenzando por la forma en la que “Los Locos de la Azotea” la alumbraron, hace hoy exactamente 100 años, como contamos en nuestra edición dominical. Para celebrar este aniversario, recopilamos caprichosamente, algunas de las anécdotas que han trascendido en el tiempo.

UNA LOCURA EN LA TERRAZA

Quienes conocieron a Enrique Telémaco Susini, fallecido en 1970, dicen recordar su físico voluminoso y su expresión de ímpetu, como si siempre estuviera esperando algo con optimismo; de hecho fue médico a los 22 años, periodista, melómano y varias otras cosas, aunque ninguna tan importante como haber realizado hace un siglo -el 27 de agosto de 1920- la primera transmisión de radio recreativa en la Argentina.

Con la ayuda de su sobrino Miguel Mugica y sus amigos César Guerrico y Luis Romero Carranza, formó un grupo que terminó por ser bautizado como “Los Locos de la Azotea”, con el que concretó la hazaña con la tecnología de la época y no pocas dotes de acrobacia para instalar una antena horizontal, como las de los radioaficionados, en la terraza del teatro Coliseo porteño, que conectaba con un primitivo aparato de transmisión y llegaba a través de un cable a un micrófono disimulado en la sala.

La aventura de aquellos “Locos”, que transmitieron la ópera “Parsifal” de Richard Wagner -hay un registro grabado con la voz de Susini previo a la función que se puede oír en algunas recopilaciones- no solo deleitó a un puñado de poseedores de receptores “a galena”, que obligaban al escucha al uso de auriculares, sino que inició el fin del silencio en la vida cotidiana de los porteños y luego de los argentinos en su totalidad.

EL GOL DE PENAL QUE NO FUE

En 1934, los hermanos Luis Elías y Manuel “Corner” Sojit protagonizaron una anécdota que trascendió en el tiempo. Resulta que “Corner” había ido al Monumental a cubrir la información de un partido del campeonato de Primera entre River y Platense, mientras Luis Elías estaba a cargo de la transmisión central desde otra cancha. En un momento, “Corner” pide salir al aire con una información de último momento.

-Luis Elías, gooolllll de River, Bernabé Ferreyra de penal, River 1 Platense 0.

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Al terminar el encuentro vuelve a llamar…

-Queridos oyentes, terminó River 0 Platense 0!!!

-Perdón, Corner –se asombró Luis Elías-. Cómo 0 a 0, ¿y el gol de Bernabé Ferreyra de penal en el primer tiempo???

-Ah., no, perdón, pero no fue gol. Yo fui corriendo al teléfono que me prestaban en una casa vecina sin esperar que lo tirara, y dije 1 a 0. Qué me iba a imaginar que Bernabé iba a errar el penal…

EL ALGODÓN DE LA FARMACIA

Años después los Sojit escribieron otra historia en el libro de las curiosidades radiales sobre automovilismo. Luis Elías comandaba la transmisión desde estudios centrales, y en el avión que seguía el Gran Premio de 1947 desde el aire, estaba instalado su hermano, “Corner”, que no era tan conocedor del automovilismo. Según los recuerdos de época, su cobertura era un poco pobre por lo que su hermano lo animó a que relatara el paisaje chaqueño donde se realizaba la carrera.

–Pero dígame, “Corner”, usted no puede describirnos las riquezas del lugar, por ejemplo, ¿hay algodón?

–Sí, Luis Elías –contestó el relator–, algodón debe haber porque justo estamos sobrevolando una farmacia...

UNA “TRANSMISIÓN INFERNAL”

29 de junio de 1982. Santiago Bernabéu. Alemania e Inglaterra abrían la segunda fase del Mundial de España. Radio Rivadavia estaba acreditada para transmitir desde el estadio con Juan Carlos Morales a la cabeza. Antes de salir para la transmisión, el periodista deportivo marplatense recibió un llamado desde Argentina: “Damos el partido, pero no se puede nombrar a Inglaterra”. Ese día, la radio argentina, escribía una de sus historias más insólitas.

“No entendíamos nada. Los partidos anteriores de Inglaterra, que se habían jugado en Bilbao, los habíamos dado sin problemas. El coordinador general me dijo, ‘mirá, se transmite, pero no se nombra a Inglaterra’. Yo contesté que eso era una locura, que habíamos dado con normalidad los partidos de los ingleses de la primera fase. La respuesta fue que no, que esa era la orden”, recordó el periodista en diálogo con Marca, y agregó que, para evitar el ridículo, pidió no hacerlo. Sin embargo, la respuesta fue “está todo vendido, vamos para adelante”.

¿Cómo salieron de ese brete? “Tuvimos que recurrir a frases como ataca el rival de Alemania, avanza el equipo que tiene como portero a Peter Shilton, la selección que se enfrenta a los teutones... ¡Qué sé yo! Lo único que no se podía decir era Inglaterra, pero imagina lo que es contar un partido sin poder nombrar a uno de los dos que lo juegan. Para colmo el partido fue horrible, un 0-0 insoportable. Muy malo. Fue un infierno transmitirlo”.

EL “DESBORDE EMOCIONAL” DE VÍCTOR HUGO

Víctor Hugo Morales ha escrito varias anécdotas en la historia de la radio argentina, sin embargo, su relato del gol de Maradona a los ingleses, el 22 de junio de 1986, en el marco del Mundial de México, será recordado por siempre, sobre todo, por una frase: “Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?”.

“Creo que el momento más importante de mi carrera fue el relato del gol de Maradona contra los ingleses. Viví en carne propia lo que es una emoción violenta. Fue casi vergonzante; cuando recuperé la tranquilidad pensé en cómo habría salido la transmisión. Durante mucho tiempo no quise escucharlo. El desborde emocional me llevó a la pérdida de la conciencia, con llanto incluido”, recordó él, años atrás.

PERLÉ CAYÓ EN LA TRAMPA

En septiembre de 2011, el clásico programa “Canciones son amores”, al frente de Nora Perlé, transcurría como todos los sábados por Radio Mitre, entre música y mensajes de los oyentes. Pero la locutora se encontró con un mensaje muy particular.

“Hoy sentí muchas ganas de comunicarme con vos y con tu programa ya que es para mí una ocasión especial. Como todos los meses me uno a comer con mis queridos amigos de la secundaria. Hace más de 40 años que somos amigos. Así que ahora estamos comiendo un rico asadito escuchándote a vos”, leyó Perlé, con su voz dulce. Luego, sin darse cuenta, llegó a la firma del curioso mensaje: “Desde Banfield, con mucho cariño, te escriben Micho, Tito, Negro, Gordo y Cabezón”. Claro, en ese momento, no se dio cuenta, pero había caído en un chiste verde.

Sin inmutarse, la conductora, visiblemente emocionada por el mensaje, reafirmó el saludo: “Ay, cómo me gustaría verlos, mandenme una foto de todos ustedes por favor. Micho, Tito, Negro, Gordo y Cabezón”, como para que no queden dudas.

Más adelante, Perlé fue notificada del chiste y se lo tomó con humor.