Elevan a juicio la causa por el crimen de Villa Gesell y desvinculan a uno de los imputados

La justicia elevó a juicio la causa por el crimen de Fernando Báez Sosa (18) ocurrido el año pasado en Villa Gesell  a la salida de un boliche bailable donde se habría iniciado una pelea.

Por el hecho en principio fueron imputados 10 jóvenes amigos y jugadores de rugby en un club de Zárate a los que se acusa de haber atacado en patota a la víctima y golpearla hasta provocarle la muerte.

En la resolución de elevación a juicio, que por el momento no tiene fecha, se destaca que de los diez imputados serán ocho los que enfrentarán al tribunal en tanto uno de ellos fue sobreseído al establecerse que no habría tenido participación en las peleas que se desarrollaron dentro y fuera del boliche. El fallo determinó que de los ocho imputados siete de ellos enfrenten cargos por "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas". Estos son Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (19), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (21), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21). Por su parte, Alejo Milanesi (19) que actualmente se encuentra en libertad, será juzgado como "partícipe necesario".

Los jóvenes imputados están actualmente alojados en la Alcaidía 3 de Melchor Romero en nuestra ciudad.

El representante de la familia de la víctima, el abogado platense Fernando Burlando, había pedido un juicio por jurados compuesto por ciudadanos y ciudadanas de acuerdo a la nueva modalidad pero la defensa de los acusados rechazó esa opción.

De la resolución por la que se decidió que la causa vaya a juicio oral, se desprende que los jóvenes están sindicados como las personas que no solamente golpearon a la víctima hasta producirle la muerte sino a un grupo de amigos de éste que intentaron evitar la golpiza.

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En ese contexto, una serie de elementos probatorios entre huellas, videos y otros indicios, permitirá a los jueces establecer diferentes grados de actuación en el hecho, como por ejemplo que Máximo Thomsen sería el dueño de la zapatilla que quedó marcada en el rostro de la víctima cuando ésta fue pateada en el piso.

El crimen de Baéz Sosa conmovió al país y puso una vez más sobre el tapete el tema de la violencia en la nocturnidad al tiempo que mostró una serie de irregularidades en el manejo de esa actividad, sobre todo en lo vinculado a la seguridad dentro y fuera de los boliches.

Para la fiscalía, Báez Sosa fue golpeado hasta morir por los acusados luego de haber protagonizado una pelea dentro del boliche Le Brique unicado en el centro de Villa Gesell y de donde fue expulsado junto con sus diez agresores.

En ese contexto y cuando el joven estaba en un kiosco comiendo un helado, el grupo lo atacó y la víctima no tuvo posibilidad de defenderse debido a la superioridad numérica y la violencia de los golpes y patadas recibidas.

Una serie de videos de cámaras de seguridad municipal y otros tomados por particulares, entre ellos el de uno de los acusados, serán expuestos en el juicio como pruebas centrales así como los dichos de testigos y los mensajes de texto que intercambiaron los imputados luego de cometido el hecho.