El PRO bonaerense camina también su propia interna

Un poco más de un año falta para las Primarias Abiertas que definirán los candidatos de 2023 y el PRO bonaerense transita la misma indefinición (digamos, una obvia tirantez) que afronta el partido a nivel nacional: ¿conviene presentar más de una lista amarilla para enfrentar al radicalismo, que por ahora no piensa bajarse de esa interna, o es más conveniente unificarse para no regalarle nada a los boinas blancas? La tensión entre Mauricio Macri, que da señales de querer “volver a ser”, y Horacio Rodríguez Larreta, que se piensa a si mismo como el nuevo líder natural del espacio, atraviesa la dinámica diaria de la fuerza.

Un ejemplo muy gráfico de esa situación se dio la semana pasada. Macri decidió una bajada a La Plata, de la mano de María Eugenia Vidal y, sobre todo, del exministro de Seguridad provincial y actual diputado, Cristian Ritondo. Se subió sobre la marcha a esa caminata el alcalde Julio Garro, acaso porque no le haya quedado otra y a costa de arriesgar que se lea como un alineamiento. Garro y un grupete de colegas pretenden armar un polo de poder interno para juntar masa crítica y sentarse a negociar el año que viene con Macri, Larreta o el que termine en la poltrona de jefe.

Con apoyo vidalista (lo poco que queda de esa expresión en tierra bonaerense, luego de la derrota frente a Axel Kicillof) y, se ha visto, del propio Macri, Ritondo blanqueó sus aspiraciones de ser candidato a gobernador de PRO. Juega para ello con su bagaje como exministro del área más sensible de la Provincia. Su perfil discursivo como pre-postulante, de hecho, está muy influenciado por la cuestión seguridad.

Cristian Ritondo / Archivo

En frente lo tiene a Diego Santilli, su amigo personal, el último ganador de la elección de medio término en la Provincia. Es el hombre de Larreta en Buenos Aires y acaso hoy estaríamos hablando de que sería el candidato natural a la gobernación si su triunfo sobre el oficialismo, el año pasado, hubiera sido un poco más contundente.

Después de la foto de Ritondo con Macri y Vidal en La Plata, Rodríguez Larreta subió la apuesta: organizó un encuentro en Pilar con dirigentes de PRO de la Primera y Tercera Secciones Electorales de la Provincia. O sea: el Conurbano. La mayoría, hombres y mujeres que representan la oposición en sus distritos de origen, gobernados por el peronismo. El mensaje fue: “Esta es la tropa para hacer campaña por Santilli en la zona clave de la Provincia”. En efecto, en el Gran Buenos Aires los amarillos pretenden disputar poder con el PJ, un rol desafiante que en el interior provincial es más asumido por el radicalismo.

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Vidal, que hoy aparece cercana a Macri, siempre fue una protegida de Larreta. De hecho, ella fue su apuesta porteña el año pasado y ganó, aunque no hizo una elección espectacular. Sus voceros oficiosos también la anotan en la carrera por la pre-candidatura presidencial del PRO, en la que se asoman el propio expresidente -nunca de manera explícita-, el alcalde porteño y, claro, Patricia Bullrich. Fuentes que conocen la dinámica interna aseguran que Vidal está más para ser la postulante a vice a Macri, si decidiera lanzarse, que la cabeza de una boleta nacional. Rumores.

Hay una impresión extendida que una división los debilitaría ante el radicalismo

La supuesta intención de Bullrich de dirimir con Larreta la postulación presidencial del PRO se englobaría en una lógica según la cual la ex ministra debería competir con la boleta completita. Esto es: de presidente para abajo, a pelear todos los cargos. Así, la propia Bullrich viene anotando al intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, como su postulante a la gobernación. Iguacel parte con un nivel de conocimiento mucho más bajo que Ritondo y Santilli, que son figuras más nacionales. Bullrich, que trabaja en tándem con Macri bajo un esquema que cierto reduccionismo denominó como “halcones”, ¿podría negociar con el expresidente ese casillero provincial llegado el caso? Es posible.

Diego Santilli / Archivo

En esa mirada ornitológica de la política que tienen en el PRO, Rodríguez Larreta es definido como “paloma”. Sus ideas fuerza, replicadas por Santilli a nivel provincial, giran en torno a lo imperioso de mantener la unidad de Juntos, en no derechizar el espacio sino mantenerlo con un perfil de centro (“Los extremos fracasan”, suele decir) y, si le toca gobernar, reunir el apoyo de un 70 por ciento, no en términos electorales sino de acuerdos políticos posteriores a un eventual triunfo, para llevar adelante cambios estructurales a nivel nacional.

Desde que le ganó la PASO provincial a Facundo Manes, los radicales bonaerenses mirarían con cierta desconfianza a Santilli. Dato: ayer fue muy comentada una foto “ecuménica”, aparentemente armada por el vidalismo provincial, que se sacó Ritondo con Maximiliano Abad, el titular de la UCR bonaerense.

Ya se ha dicho en este espacio: el PRO bonaerense sufre una suerte de crisis de liderazgo por la derrota del año 2019, la mudanza -el regreso, en verdad- de Vidal a la Capital Federal para postularse por ese distinto y la salida de la Provincia de Jorge Macri, el intendente de Vicente López que manejaba el partido y que ahora es funcionario de Rodríguez Larreta con aspiraciones de sucederlo.

Con la chapa de haber ganado hace dos años en medio de una ola derrotista, los intendentes amarillos se quedaron pues con las riendas del partido. Lo dicho: el de Lanús, Néstor Grindetti, y el platense Garro trabajan en la conformación de un espacio interno (se supone que buscan a ciertos peronistas decepcionados con Kicillof), que también se anota a la hora de postular a uno de ellos para la precandidatura a gobernador. Así, la lista crece.

En el año que queda hasta los cierres de listas avanzarán negociaciones y conversaciones internas. Hay una impresión extendida en buena parte de la dirigencia de PRO provincial respecto a que la división los debilitaría. Es que el radicalismo, que en verdad no tiene aún un candidato a gobernador firme, sólo parece tener en claro que le dará PASO a los amarillos en todos los cargos y lo hará con una sola lista.