Juzgan en China a un cardenal prodemocrático y el Papa no se pronuncia

HONG KONG

El proceso contra el cardenal católico Joseph Zen, de 90 años, y otros cinco activistas comenzó ayer en Hong Kong por acusaciones de haber gestionado un fondo para defender a las personas detenidas en las protestas prodemocráticas contra el gobierno central comunista.

El anciano clérigo fue detenido este año invocando la ley de seguridad nacional que China impuso en Hong Kong para acallar cualquier disidencia. Su arresto conmocionó a la comunidad católica y reavivó las críticas contra el Vaticano por su acercamiento con Beijing, con voces de censura incluso entre altos cargos de la jerarquía eclesiástica.

La policía todavía no formuló los cargos contra Zen, pero los delitos contra la seguridad nacional implican sentencias que pueden llegar hasta la cadena perpetua. En cambio, los otros activistas juzgados junto al clérigo están siendo procesados por delitos menos graves como haber omitido el registro de la sociedad que gestionaban como una corporación.

Zen, obispo en retiro de Hong Kong, llegó ayer al tribunal caminando con la ayuda de un bastón.

El Vaticano ha permanecido en silencio sobre su arresto y el papa Francisco declinó comentar el caso, en un momento en el que la Santa Sede trabaja para renovar un controvertido acuerdo con Beijing que data de 2018 para el nombramiento de arzobispos en China.

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Zen ha calificado este acuerdo (mediante el cual el Papa reconocería a los obispos nombrados por el gobierno chino, y a su vez éste reconocería al Papa como único líder de la Iglesia católica) como una “venta” de los católicos clandestinos en China. En 2020, Zen viajó a Roma para instar a Francisco a no renovar el acuerdo, pero se le negó una audiencia.

Una de las voces críticas en la jerarquía católica que se alzó en defensa de Zen ante el juicio al que está sometido fue el cardenal alemán Gerhard Müller. “Lo abandonamos”, dijo el clérigo al diario italiano Il Messaggero este mes, afirmando estar decepcionado de que un reciente cónclave no se pronunciara a su favor.

China respondió a las protestas de 2019 con una ruda represión y actualmente la mayoría de los activistas están en la cárcel o han huido.