La pasión acompañó en Rosario: de la angustia de la previa al delirio del final

Más de 60 micros y muchísimos autos particulares inundaron desde las primeras horas del viernes la Autopista La Plata-Buenos Aires para emprender el viaje rumbo a Rosario, cargado de tensión por lo que había en juego.

Sin embargo, en ningún momento importó el clima, las intensas lluvias que amenazaron con postergar el partido ni tampoco la etapa del mes. Mucho menos los costos. Cuando la pasión manda, la conciencia queda de lado. Y si hay un deporte que entiende de ello, ese es el fútbol.

Así lo demostraron ayer los miles y miles de hinchas de Gimnasia que dijeron presente en la cancha de Newell´s para apoyar a los dirigidos por Leonardo Madelón. Muchos de ellos llegaron por los micros de las filiales y barriadas, otros tantos en sus autos y hasta se ha visto a alguno en las redes sociales intentando hacer lo propio en bicicleta, embanderado a la ilusión.

Y lo concreto es que el equipo respondió. El Lobo fue más y venció a Colón por 1 a 0 gracias al golazo de Nicolás Colazo para así quedarse en la Primera División del fútbol argentino de cara a la temporada entrante. El esfuerzo fue recompensado. Valió la pena.

Así lo sintieron desde primer instante en que pusieron pie en Rosario los miles de fanáticos triperos. Bajo una impresionante lluvia, que le agregó más condimento a la previa, tiñeron de azul y blanco una ciudad acostumbrada a otros colores. Y le dejaron en claro al plantel que el único resultado posible era el que finalmente terminaron consiguiendo. A la inversa de lo que suele suceder, se pasó de la agonía al éxtasis.

El nerviosismo, la ansiedad y la angustia de la previa del cruce frente a los dirigidos por Israel Damonte quedaron en el olvido cuando Andrés Merlos pitó el final tras los ocho minutos de tiempo agregado que se jugaron en un Coloso Marcelo Bielsa cargado de una tensión que se sintió en todo momento desde los cuatro costados y que encontró algo de liberación con el zurdazo de Colazo sobre el cierre de la primera mitad.

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No obstante, los instantes previos al final, con el Sabalero plenamente volcado en ofensiva y el Lobo desperdiciando chances concretas que no supo aprovechar, generó más de un sobresalto que terminó en explosión.

Llantos, abrazos, brazos al cielo. Todo tipo de descarga y ese sentir tan particular del hincha, que sabe y entiende que el sufrimiento es moneda corriente y que las alegrías suelen ser pocas. Ayer tuvo una.

Lo cierto es que todo concluyó en festejo y sobre todo en desahogo para los miles de fanáticos Triperos, varios quienes, una vez decretada la salvación albiazul, se volcaron al campo de juego a celebrar con el nutrido grupo de jugadores que permaneció allí durante largos minutos.

Gimnasia hizo lo que tenía que hacer, puso pie firme en Rosario, venció a Colón 1 a 0 y sigue en la elite del fútbol argentino. Madelón y sus muchachos compensaron a los miles de fanáticos que hicieron la travesía rumbo a Santa Fe y a los otros cientos de miles que tuvieron que seguirlo por televisión o por radio, pero sufriendo de la misma manera.

El Lobo cumplió. Sufrió durante todo el año y debió llegar a una instancia en la que absolutamente nadie quiere estar. No obstante, salió airoso de la misma y le regaló a sus fanáticos una jornada que difícilmente olvidarán.

El regreso por la noche a la Ciudad terminó siendo feliz para la gran caravana que fue a Rosario cargada de angustia, ansiedad y nerviosismo, pero que volvió a La Plata feliz, exultante y con el deseo de hacer las cosas mejor de cara al 2024.