Cristina no logra “aggiornar” su relato y sus movimientos condicionan al Frente de Todos

Hay en marcha una nueva adaptación del kirchnerismo a los tiempos que corren para intentar obturar la inevitable pérdida de poder que genera el resquebrajamiento del Frente de Todos a causa de una gestión aquejada por la alta inflación y pobreza y por el temor a un agravamiento de la crisis por la “sequía” en las reservas. Pero ese “ajuste” discursivo, como siempre, está condicionado por su persistente mirada hacia el pasado: el “Luche y Vuelve” de los ‘70 para comparar la supuesta proscripción de Cristina Kirchner con la campaña que rompió el exilio de Perón o el recuerdo del “salario mínimo más alto de Sudamérica” durante su último paso por Casa Rosada por haber atrasado “artificialmente” el dólar algo que, a la postre, provocó una ulterior devaluación.

Es por eso que el camino para esta nueva adecuación del cristinismo no está exento de contradicciones: reclama cambios en el acuerdo con el FMI e insiste con consignas polémicas como que el déficit fiscal y los sueldos “altos” no producen inflación mientras blinda la gestión de un Sergio Massa que se abraza a los financistas de Washington y pretende sellar un “techo salarial” para 2023 con la CGT. En el mismo sentido, hay un clamor por una mayor redistribución de la riqueza pero, a diferencia de lo que ocurría con Martín Guzmán, no hay ningún embate contra el titular del Palacio de Hacienda para que habilite el pago de “sumas fijas” a trabajadores o incremente los subsidios. En el fondo hay temor a que una eventual espiralización de los precios o una corrida cambiaria ponga en una situación de extrema debilidad al oficialismo a poco de ir a las urnas.

El entendimiento con Massa, en este sentido, da cuenta de la sangría de poder que viene sufriendo el espacio político que orbita alrededor de la Vice desde 2019. El ministro viene de tomar medidas que pegan en la línea de flotación de la corriente discursiva que emana del Instituto Patria: otorgó “prebendas” al campo con un dólar diferencial y lanzó un canje de deuda que le hizo numerosas concesiones a los bancos, pero que tuvo un resultado por debajo de lo esperado. Sí dicha operación condiciona un eventual intento de normalización macro de la próxima administración considerando que logró “patear” más deuda en pesos hacia 2024 y 2025.

INFLACIÓN, SIN CONTROL

La inflación, además, sigue lejos de poder contenerse. Este martes el Indec informará un IPC de febrero cercano al 6 por ciento que arrojó el de enero. La inercia en los precios no encuentra un ancla y en marzo se computarán las subas en los servicios públicos, alimentos y en la educación. A fin de mes, el organismo estadístico anunciará la pobreza del segundo semestre de 2022 que retomaría su carrera alcista acercándose al 40 por ciento de la población.

La embestida contra la Justicia llevó a la Vice a decir que hoy Argentina no se rige por un “estado constitucional” cuando los fundamentos del fallo que la condenó por administración fraudulenta detallaron el direccionamiento de la obra pública en favor de Lázaro Báez que, vale decir, conformó su empresa a poco de asumir Néstor Kirchner la presidencia.

Sin lograr imponer su “hegemonía” en los gobernadores peronistas, en el sentido gramsciano que dio el discurso en la universidad de Río Negro del último viernes, pero tampoco en otros actores del oficialismo como la CGT y algunos intendentes de la Provincia -Martín Insaurralde parece condicionar un apoyo a la reelección del gobernador Axel Kicillof a la inclusión de la Vice en la boleta del FdT-, el cristinismo está abocado a intentar conservar su capital político.

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IMPULSAR A CRISTINA

Por eso el plenario de la militancia de ayer en Avellaneda no buscó que en este contexto de crisis Cristina vuelva a competir por la primera magistratura sino, en verdad, “torcer” su decisión de no ser “candidata a nada” y que en última instancia se postule para lograr una banca como senadora. El objetivo, claro está, es no dejar “huérfanos” a los dirigentes del espacio que participarán de los próximos comicios y necesitan del “efecto arrastre” de la ex presidenta.

Sí hay una decisión de enfundar a Wado de Pedro como “candidato” y por eso hasta se le permiten fotos “incómodas” como las que lo retrataron en la semana en la Expo Agro de San Nicolás. En un sector del oficialismo, en el que paradójicamente coinciden buena parte del kirchnerismo y los “Gordos” de la CGT, siempre remisos a la tutela kirchnerista, se estimula una fórmula presidencial que incluya a Massa y al ministro camporista.

La ex mandataria sabe que la economía no va a ayudar en las elecciones. Pese a sus discursos públicos, no puede hacer mucho para “despegarse” de un Gobierno del que forma parte y que no pudo evitar que “una inflación del 100 por ciento por primera vez” tenga como mayor exponente a trabajadores formales “pobres”.

Tampoco tiene mucho para ofrecer como “esperanza” -el perimido lema del acto del 17 de noviembre en el Único- y por eso el objetivo de máxima sería conservar el mandato de la Provincia y conformar un bloque robusto en Diputados.

LA RESISTENCIA DE ALBERTO

Alberto Fernández, en tanto, está abocado a resistir la presión del kirchnerismo para que desista de seguir fantaseando con su sueño de reelección. Hasta mediados de mayo, se sabe, buscará no perder centralidad en la discusión electoral del oficialismo. Mientras, comparte actos con Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz, dos dirigentes que también suenan para compartir fórmula en las PASO de FdT.

Pero esos movimientos no logran invisibilizar la soledad política del jefe de Estado. Sólo tiene como férreo defensor a Aníbal Fernández en la batalla dialéctica contra La Cámpora. El funcionario viene de poner en marcha el refuerzo de 1.400 agentes de fuerzas federales en Rosario. Pero no pudo dejar de polemizar con Agustín Rossi, jefe de Gabinete y a cargo del diseño de la tardía respuesta oficial que ocasionó el atentado narco contra el supermercado de la familia Messi, por el envío de oficiales del Cuerpo de Ingenieros del Ejército a las barriadas de aquella ciudad.

En el Gobierno sigue faltando una estrategia adecuada para enfrentar el crecimiento del narcotráfico en la ciudad santafesina, a la que utiliza como base de distribución por su ubicación estratégica en el paso de la Hidrovía y de las rutas nacionales que enlazan la capital con la frontera norte del país. Resulta inentendible que varios integrantes del gabinete aseguren que los jefes narcos no usen celulares desde sus celdas. “Falta inteligencia criminal y penitenciaria”, conjeturó ese mismo miércoles un funcionario de Defensa consultado. Dos días después se conoció el intento frustrado de un capo narco de fugarse de la cárcel de Ezeiza por una falla en el helicóptero con el que pretendía escapar.

ECONOMÍA, INSEGURIDAD Y EDUCACIÓN

La economía y la inseguridad, como se observa, condicionan el ánimo social a pocos meses de las elecciones nacionales. Pero también la educación, que ya exhibe facturas por el cierre de escuelas que parió la cuarentena por el covid cuando regía “el paternalismo sanitario” del Gobierno. Según un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, sólo el 43 por ciento de los chicos termina sin problemas ni repitencias la primaria. El Observatorio de Deuda Social de la UCA había advertido a fines de 2020 que eran necesarios urgentes dispositivos para prevenir “retrocesos” en la escuela por el encierro obligado.

La falta de planificación también explica la escasa inversión y que la suba en el empleo sea en base a trabajo “precario y de bajos salarios”, como reconoció Cristina durante su alocución en la universidad patagónica, en un intento por “despegarse” del fenómeno.

Tal vez por eso el principal desafío de Juntos por el Cambio es llegar a la campaña con una plataforma electoral sustentable. Desde la citada megamuestra rural Patricia Bullrich deslizó que esa propuesta “estaba terminándose” pero hace tiempo que las fundaciones de los partidos que componen la alianza opositora anticipan, sin éxito, su presentación.

Las reformas económicas serán clave para intentar salir de la crisis: los economistas del “partido amarillo” se han asesorado con Carlos Melconian pero también con Domingo Cavallo. Cambios en la legislación laboral, como un “blanqueo” o la creación de un fondo por despido en lugar de la clásica indemnización, son algunas de las propuestas para crear empleo de calidad. Pero esas enmiendas demandarán fortaleza política para poder concretarse. Por eso las miradas del armado opositor están puestas en la elección de octubre.

PROBLEMAS DE COHESIÓN

La alianza opositora aún exhibe problemas de cohesión que hacen temer por eventuales fracturas en provincias con elecciones anticipadas, como Mendoza y Tucumán.

La tensión por la definición de las fórmulas presidenciales también alimenta la discordia. La líder del PRO viene de acercarse a dirigentes de la UCR y de sellar un acuerdo con el economista liberal Ricardo López Murphy. En la otra trinchera PRO, Horacio Rodríguez Larreta sigue su construcción antigrieta con radicales como Gerardo Morales, que el próximo miércoles se lanzará oficialmente como precandidato presidencial, y también con Elisa Carrió.

Empero, hay incógnitas que persisten. ¿Cuál será el rol de Mauricio Macri en la interna PRO si finalmente desiste de competir por un “segundo tiempo” en Casa Rosada? ¿Cuándo oficializará su postulación Facundo Manes? El neurólogo insiste con su pretensión de “refrescar” a la coalición opositora pero no termina de definir su propuesta electoral. Hay, en este sentido, coincidencias entre el oficialismo y la oposición: no son pocos los que especulan que las candidaturas más fuertes de ambos espacios se sellarán horas antes del cierre de listas del 24 de junio.