La salida de Elon Musk del Gobierno de EE.UU, cada vez más cerca

Al parecer, Elon Musk se dispone a dejar su cargo en el Gobierno de EE. UU. porque está cansado de lo que considera una letanía de ataques despiadados y poco éticos por parte de la izquierda, según un informe del periódico The Washington Post.

Aún no está claro cuándo dejará Musk de dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), pero su estatus de funcionario especial expirará a finales del mes que viene. Una persona familiarizada con su forma de pensar dijo al Washington Post que Musk confiaba en que su labor en el DOGE perduraría tras su partida, ya que los empleados del departamento ya se han establecido en varias agencias federales.

Pero las especulaciones sobre la posible marcha de Musk llegan cuando su influencia en el Gobierno parece menguar. El New York Times informó la semana pasada que el comisario en funciones del IRS (Servicio de Rentas Internas de EE. UU.) estaba siendo sustituido después de que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, se quejara de que Musk había instalado a su candidato preferido en el cargo sin el apoyo de Bessent. Musk también ha irritado a otros miembros del Gabinete al no coordinarse con ellos en las medidas de reducción de costes.

Mientras tanto, el analista estadounidense Dan Ives, de la empresa Wedbush Securities, ha dicho que Musk debería dejar su papel en el Gobierno y centrar de nuevo sus esfuerzos en Tesla, argumentando que la compañía se enfrenta a un momento de “alerta roja”.

“Musk tiene que dejar el Gobierno, dar un gran paso atrás en DOGE y volver a ser el director ejecutivo de Tesla a tiempo completo”, escribió Ives a sus clientes el domingo, según el canal internacional Bloomberg. Añadió: “Tesla es Musk y Musk es Tesla. Y cualquiera que piense que el daño que Musk ha infligido a la marca no es real, que pase algún tiempo hablando con compradores de autos en EE. UU., Europa y Asia. Pensará de otra manera después de esas conversaciones”.

“Desafortunadamente, Tesla se ha convertido en un símbolo político a nivel mundial del Gobierno de Trump y de DOGE”, expresó Ives, para después argumentar que la compañía se enfrenta a “una destrucción de la demanda potencialmente permanente del 15-20 % debido al daño a la marca que Musk ha provocado con DOGE”.

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El Washington Post también reveló que algunos funcionarios se habían negado a cumplir con el requisito de Musk de que los empleados federales enviaran correos electrónicos semanales enumerando cinco cosas que lograron la semana anterior. Musk advirtió que no enviar el correo electrónico contaría como dimisión.

Sin embargo, apenas dos días después de que se emitiera la orden de Musk, el 22 de febrero, la Oficina de Administración de Personal de EE. UU. afirmó en una sesión informativa para responsables de recursos humanos que la participación era voluntaria y que no hacerlo no se consideraría una dimisión, como muestra un correo electrónico obtenido por el Washington Post.

El correo electrónico también decía que la oficina no tenía intención de hacer nada con los mensajes enviados.

Las agencias aplican ahora políticas diferentes, y algunas han dejado de exigir estos correos electrónicos. Un número menor de departamentos sigue cumpliendo el mandato, mientras que otros exigen el envío de correos electrónicos, pero no hacen un seguimiento para comprobar el cumplimiento, ni rastrean las respuestas de una forma que los empleados hayan notado. Muchos de los que siguen enviando los correos electrónicos envían mensajes similares cada semana o los consideran una broma.